
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno de ansiedad caracterizado por pensamientos recurrentes e inquietantes (llamados obsesiones) y comportamientos rituales repetitivos que la persona se siente impulsada a realizar (llamadas compulsiones).
Las obsesiones también pueden aparecer como imágenes intrusivas o impulsos no deseados. La mayoría de las personas con TOC tienen tanto obsesiones como compulsiones, pero una minoría, aproximadamente el 20%, tienen solo obsesiones y un 10% solo compulsiones.
La persona con TOC por lo general intenta luchar activamente contra las obsesiones, neutralizarlas mediante las compulsiones o evitan directamente las situaciones que los provocan. En la mayoría de los casos, las compulsiones sirven para combatir la ansiedad. Sin embargo, a la larga esos rituales terminan generando más ansiedad, sobre todo cuando son muy complejos y exigentes, por lo que se convierten en una pescadilla que se muerde la cola.
Un sello distintivo del trastorno obsesivo compulsivo es que la persona reconoce que sus pensamientos o comportamientos no tienen sentido o son excesivos, pero aún así no logra controlarlos.
De hecho, una persona puede pasar horas cada noche hurgando la basura de la casa para asegurarse de que no tira nada de valor. Sin embargo, cuando se le pregunta qué está buscando, responde que: «No tengo ni idea, yo no tengo nada de valor«. La mayoría de las personas con TOC tienen múltiples tipos de obsesiones y compulsiones. Pueden quejarse de los gérmenes, la contaminación por amianto o cualquier otra cosa.
Los 2 síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo
1. Obsesiones
En el TOC, las obsesiones son recurrentes y persistentes, bajo forma de pensamientos, impulsos o imágenes que se experimentan como intrusas e inapropiadas y que causan una ansiedad o angustia pronunciadas.
Esos pensamientos, impulsos o imágenes no son simplemente preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real sino sobre hechos que para la mayoría de las personas son intrascendentes y que no representan ningún peligro.
La persona con TOC intentará ignorar o suprimir esos pensamientos, impulsos o imágenes, pero para hacerlo recurrirá a otros pensamientos o acciones que son la base de rituales obsesivos.
2. Compulsiones
Las compulsiones son comportamientos repetitivos (lavarse las manos, ordenar, comprobar) o actos mentales (rezar, contar , repetir palabras en la mente) que la persona se siente empujada a realizar en respuesta a una obsesión o siguiendo unas normas que aplican de manera rígida
Esos comportamientos o actos mentales tienen como objetivo prevenir o reducir el malestar o evitar algún acontecimiento o situación temida. Sin embargo, estos comportamientos u operaciones mentales o bien no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar y prevenir o son claramente excesivos
Obviamente, tanto las obsesiones como las compulsiones provocan un malestar significativo, que consume tiempo (más de 1 hora al día) o interfieren significativamente con la rutina de la persona, ya sea en el plano personal, profesional o social. Normalmente es necesario combinar la terapia psicológica con el uso de medicamentos para el TOC, al menos durante los primeros meses.
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