Algunas personas tienen problemas para dormir, pero a otras les ocurre justo lo contrario: experimentan una somnolencia diurna excesiva. Hay quienes van dando cabezazos a todas horas o se quedan dormidos a la primera de cambio en situaciones en las que la mayoría de las personas no podría conciliar el sueño.
Sin embargo, dormir demasiado es malo. Por esa razón, la somnolencia es una queja común en las consultas de Neurología ya que esa sensación de sueño constante puede llegar a ser bastante difícil de gestionar, afectando el día a día de quien la padece.
La somnolencia diurna excesiva, una hipersomnia a la que debes prestar atención
La somnolencia diurna excesiva es la sensación de estar especialmente cansado o somnoliento durante el día. A diferencia de la fatiga, que está más relacionada con la falta de energía, la somnolencia puede hacer que esa sensación de sueño y agotamiento mental interfiera en las actividades diarias o incluso las relaciones. De hecho, suele conllevar problemas de concentración, memoria y del humor.
En el ámbito clínico, la somnolencia excesiva es una hipersomnia, un estado fisiológico que promueve el sueño. La excesiva somnolencia diurna (ESD) es la sensación subjetiva de sueño a horas o situaciones inapropiadas. Para hacer referencia a este trastorno, esa somnolencia se debe producir a diario durante al menos tres meses.
Afecta a entre el 4 y 6% de la población y puede ser más serio de lo que aparenta ya que la hipersomnia podría favorecer patologías más graves o ser el preludio de las mismas ya que se ha relacionado con enfermedades como el Alzheimer y otras demencias, así como las neuropatías periféricas y otros trastornos neuromusculares.
¿Cuáles son las causas de la somnolencia diurna en adultos?
La excesiva somnolencia diurna puede estar causada por diferentes factores, por lo que es importante distinguir entre una hipersomnia primaria y otra secundaria. En la hipersomnia primaria se produce una alteración en el ritmo sueño-vigilia, como en la narcolepsia, una enfermedad neurológica crónica que genera hipersomnia excesiva y en muchos casos también cataplejía.
En cambio, la hipersomnia secundaria se debe a diversas enfermedades o a la ingesta o abstinencia de fármacos. De hecho, una de las causas de la somnolencia diurna en adultos más comunes es el sueño insuficiente. Si no duermes bien durante la noche, ya sea porque no puedes por tu trabajo, por algún problema de salud o por las preocupaciones, es normal que durante la jornada te quedes dormido.
De hecho, la somnolencia diurna suele ser común en las personas que tienen trabajos de gran responsabilidad y duermen 5 horas o menos cada noche. En esos casos, tienen dificultades para levantarse por las mañanas y experimentan episodios de somnolencia durante el día. Sus deudas de sueño son las responsables de esa hipersomnia.
En otros casos, la causa de la somnolencia diurna en adultos es un sueño fragmentado. De hecho, es importante tener claro que la calidad del sueño es tan importante como la cantidad. Si no logras dormir de un tirón durante el tiempo suficiente, tu sueño no será reparador.
Los despertares frecuentes durante la noche pueden impedir el adecuado descanso, generando una somnolencia diurna excesiva. Los movimientos periódicos de las piernas durante la noche, como el síndrome de piernas inquietas, son una causa común de fragmentación del sueño. Otras enfermedades, como la artritis, el dolor crónico, la epilepsia, el asma, la apnea, las disfunciones urinarias, el reflujo gastroesofágico e incluso el síndrome del colon irritable se asocian a la fragmentación del sueño.
También se conoce que algunas enfermedades del sistema nervioso pueden provocar una somnolencia diurna excesiva.Muchas encefalopatías tóxicas y metabólicas generan hipersomnia, en especial cuando se daña la formación reticular del tronco o las estructuras diencefálicas paramedianas ya que estas intervienen en la regulación del estado de sueño-vigilia. La hipersomnia diurna es común tras una encefalitis o traumatismo, pero también en las demencias degenerativas o personas con trastornos neuromusculares.
Incluso trastornos psicológicos como la depresión pueden ser la causa de la somnolencia diurna en adultos, sobre todo cuando sufren insomnio durante la noche. Obviamente, existe una larga lista de medicamentos que también provocan hipersomnia, entre los que se encuentran los sedantes, hipnóticos, antidepresivos, ansiolíticos, antihistamínicos, antiepilépticos, antihipertensivos y neurolépticos.
Las consecuencias de la somnolencia excesiva durante el día
Como norma, un adulto debe dormir al menos 7 horas. Si esas deudas de sueño no se saldan, terminaremos pagando las consecuencias. No solo experimentaremos cambios de humor sino también dificultades cognitivas como falta de concentración, lentitud del pensamiento y problemas de memoria.
Esos cambios suelen afectar nuestro desempeño, provocan errores y accidentes o hacen que nuestra jornada sea cuesta arriba, por lo que terminan generando una fatiga crónica. A la larga, según su intensidad y frecuencia, podrían llegar a afectar la calidad de vida.
Los problemas que acarrea la somnolencia diurna excesiva no terminan ahí. Las personas que padecen de hipersomniatienen más probabilidades de sufrir enfermedades metabólicas como diabetes y obesidad, patologías cardiacas, como la insuficiencia y el infarto, además de accidentes cerebrovasculares, problemas dermatológicos como la alopecia, oculares como el cuadro de párpado flácido e incluso déficits nutricionales e inmunológicos que aumentan la predisposición a desarrollar algunos tipos de cáncer.
¿Cómo evitar que la hipersomnia se cronifique?
La mejor manera de poner remedio a este problema es evitar que se perpetúe. Es importante que intentes comprender qué se encuentra en su base y que evites algunos hábitos que pueden empeorarlo:
- Disminuir el consumo de sustancias excitantes como el café o té negro, sobre tododurante la tarde o al final del día.
- Tomar una cena ligera y esperar tres horas para acostarse para que la digestión no afecte el sueño.
- Evitar siestas prolongadas (más de 20-30 minutos) que afecten la calidad del sueño nocturno, y nunca tomarlas por la tarde-noche.
- Mantener horarios de sueño regulares, acostándose y levantándose siempre a la misma hora.
- Evitar la exposición a las luces azules brillantes, en especial las que emiten las pantallas de los dispositivos electrónicos, por la noche si existen problemas para conciliar el sueño.
- Mantener un ambiente adecuado que favorezca el sueño evitando ruidos y asegurándose de que la temperatura sea agradable.
- Si es necesario, realizar un ritual antes de acostarse para relajarse, como escuchar música tranquila o darse una ducha caliente.
Si la somnolencia diurna persiste, a pesar de que duermes bien de noche, es conveniente consultar a un especialista del sueño.
Fuentes:
Gandhi, K. D. et. Al. (2021) Excessive Daytime Sleepiness: A Clinical Review. Mayo Clin Proc; 96(5): 1288-1301.
Erro, M. E. & sandio, B. (2007) Las hipersomnias: diagnóstico, clasificación y tratamiento. Anales Sis San Navarra; 30(1).
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