Nos gusta pensar que tenemos todo bajo control y que somos los comandantes de nuestras vidas. Pero a menudo muchas de las pequeñas decisiones que tomamos a diario y que por su efecto acumulativo pueden llegar a tener un gran impacto en nuestra vida, dependen de factores externos de los que no somos siquiera conscientes.
Nuestro entorno influye en nuestros comportamientos y decisiones alimentarias. Algo tan sencillo y aparentemente trivial como el tamaño de la copa puede determinar la cantidad de vino que beberemos.
De hecho, ¿sabías que el tamaño de las copas de vino ha aumentado casi siete veces en los últimos 300 años? No obstante, el aumento más marcado se ha producido desde 1990, momento a partir del cual se ha duplicado su tamaño. Por tanto, no es extraño que en muchos países el consumo de vino se haya disparado.
Dime de qué tamaño es la copa y te diré cuánto beberás
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge concluyó que usar copas más grandes en los restaurantes conduce a un aumento significativo en la cantidad de vino que se consume.
Estos investigadores analizaron diferentes estudios realizados entre 2015 y 2018 en bares y restaurantes de Cambridge. El equipo utilizó copas de 300 ml como punto de referencia para comparar las diferencias en el consumo.
Comprobaron que, en los restaurantes, cuando el tamaño de la copa aumentaba a 370 ml, las ventas de vino se incrementaban un 7,3%. Al contrario, la reducción del tamaño de la copa a 250 ml produjo a una caída del 9,6% en las ventas de vino.
Los psicólogos explican que “verter el vino de la botella a la copa, como hacemos en la mayoría de los restaurantes, hace que aumentemos la dosis estándar, un efecto que puede ser más acuciado según el tamaño de la copa o la botella […] Por tanto, es probable que las personas beban más si usan copas más grandes”.
En práctica, aunque la copa sea más grande seguiremos percibiendo que se trata de una dosis normal, lo cual hará que bebamos más. También advierten que es difícil para el consumidor normal diferenciar entre las copas de 250, 300 o 370 ml, lo cual nos lleva a aumentar el consumo sin ser conscientes. De hecho, cuando las copas son de 450 ml las personas no beben más porque notan que son mucho más grandes y toman medidas conscientes para reducir la cantidad de alcohol, como beber más lentamente o verter con mayor precaución.
“A todos nos gusta pensar que somos inmunes a las influencias sutiles en nuestro comportamiento, como el tamaño de una copa de vino, pero investigaciones como esta muestran claramente que no es así”, indicó el estudio.
Fuentes:
Pilling, M. et. Al. (2020) The effect of wine glass size on volume of wine sold: A mega-analysis of studies in bars and restaurants. Addiction.
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