Muchas personas creen que las técnicas de relajación para niños no son necesarias puesto que estos no tienen problemas ni tensiones. Sin embargo, los niños también tienen sus propios motivos de preocupación, temores y ansiedades, que pueden abarcar desde el miedo de la oscuridad hasta la necesidad de lidiar con las presiones del colegio.
Cuando esas emociones negativas toman el mando y se instauran durante mucho tiempo, pueden terminar provocando diferentes problemas, desde trastornos de adaptación hasta fobias o ansiedad. Por eso, uno de los mayores regalos que pueden hacer los padres a sus hijos consiste en enseñarles a relajarse desde una edad temprana.
Se puede comenzar cuando los niños tienen apenas dos años y medio, aunque hasta los 6 años las técnicas de relajación se deben presentar como un juego. Ya a partir de los 7 años se pueden introducir ejercicios de relajación más estructurados, en dependencia del grado de madurez psicológica del niño.
Métodos de relajación para niños
Existen diferentes técnicas de relajación en niños, su eficacia dependerá de la edad del pequeño y de sus características de personalidad y temperamento. Para encontrar el ejercicio de relajación ideal, el niño tendrá que probar diferentes técnicas, hasta que encuentre aquella con la que se siente más a gusto.
- Respiración Profunda
La técnica de respiración profunda es muy eficaz para frenar la respuesta natural del cuerpo ante el estrés. De hecho, disminuye la frecuencia cardíaca, baja la presión arterial y proporciona una sensación muy agradable de control y tranquilidad.
Los pasos son muy sencillos:
– Inhalar profundamente por la nariz.
– Contener la respiración por un momento.
– Soltar lentamente por la boca.
En el caso de los niños pequeños, se le puede animar recurriendo a la imaginación. Se les puede decir que imaginen que son como una rana, que se quedará tranquila en su estanque, concentrándose en cómo sube y baja el abdomen con cada respiración.
- Relajación muscular progresiva
La técnica de relajación muscular progresiva es maravillosa para aliviar el estrés cotidiano. Y solo es necesario ir tensando y relajando los diferentes grupos musculares del cuerpo.
Los pasos, a repetir tres veces cada uno, son:
– Cara. Pedirle al niño que haga como si estuviera oliendo algo desagradable, y luego debe relajar la cara.
– Mandíbula. Pedirle que apriete las mandíbulas con tanta fuerza como hacen los perros cuando sostienen un hueso. Luego debe liberar ese hueso imaginario y relajar completamente la mandíbula.
– Brazos y hombros. Pedirle que estire los brazos delante de sí y luego que los levante por encima de su cabeza. Debe estirarlos tanto como pueda. Luego debe dejarlos caer, como si fueran un peso muerto, completamente relajados.
– Manos y brazos. Pedirle que imagine que está apretando una naranja con su mano, tan fuerte como pueda. Luego debe dejar caer esa naranja al suelo. Repetir el ejercicio con la otra mano.
– Piernas y pies. Pedirle que presione los dedos de los pies contra el suelo, como si los estuviera excavando en la arena de la playa. Es importante que presione de forma alternativa, primero con un pie y luego con otro, y que separe lo suficiente las piernas. Luego pídele que relaje las piernas.
- Visualización: Pasos en el cielo
Se trata de una preciosa técnica de relajación para niños ya que conjuga la imaginación con la visualización. Lo ideal es hacerla de noche, a la hora de dormir.
Los pasos son muy sencillos:
– Acostado, pedirle que se quede quieto y cierre los ojos. Debe imaginar que está acostado fuera, en un área abierta mirando al cielo, como sobre el césped del jardín o la arena de la playa.
– Debe imaginar las nubes, como pasan delante de sus ojos. Luego puede imaginar cómo las nubes adoptan sus formas favoritas.
– Pedirle que imagine una escalera hecha de nubes, que comienza precisamente donde se encuentra y termina en el cielo. Pedirle que suba la escalera y se relaje a cada paso que da. Incluso puede construir un escondite secreto en las nubes, donde podrá ir cada vez que esté enojado o se sienta mal.
- Muñeco de nieve
Esta técnica de relajación infantil, que mezcla la relajación muscular con la relajación autógena de Shultz, le encanta a los niños ya que les invita a echar a volar su imaginación mientras se divierten.
Los pasos son muy sencillos:
– Pedirle al niño que imagine que es un muñeco de nieve que se ha congelado por completo durante el invierno. Debe colocarse en la posición del muñeco de nieve y tensar por completo los músculos, manteniéndose inmóvil.
– Pedirle que imagine que poco a poco está llegando la primavera, que imagine los primeros y tímidos rayos de sol, que poco a poco van calentando más. A medida que siente ese calor, debe imaginar cómo los músculos se van relajando poco a poco ya que el muñeco de nieve se va descongelando, hasta que llegue el punto en que se descongele por completo y se convierta en un maleable charco de agua.
- Burbujas cargadas de pensamientos felices
Es una técnica de respiración para niños que también le ayuda a relajarse y potencia una actitud más positiva ante la vida. Además, es muy divertida.
Los pasos son:
– Explicar la conexión entre la respiración profunda y la relajación, de manera que el niño lo pueda entender. Si es pequeño, se le puede decir que la manera en que respira puede hacer que se sienta más ansioso o, al contrario, más calmado. Por eso es tan importante prestarle atención a la respiración.
– Con un soplador de burbuja en mano, explicarle que la idea es formar la burbuja más grande, para lo cual debe soplar profunda y lentamente.
– Cada vez que sople y salga una burbuja, pedirle que piense algo positivo o en algo que le gusta mucho, de esta forma se potencia aún más la sensación de tranquilidad y relajación.
- Marioneta
Es una técnica de relajación muscular ideal para los niños de cualquier edad ya que hace leva en su imaginación y es muy divertida.
Aplicarla es muy sencilla, basta seguir estos pasos:
– Explicarle que jugaréis a que es una marioneta, pero tú controlarás sus hilos. Tendrá un hilo en las piernas y los brazos, otro en la espalda y otro en la cabeza.
– El marionetista tirará de los diferentes hilos, de manera que el niño realice distintas acciones.
– Cuando el niño comprenda la dinámica del juego, se le dice que el marionetista es un poco torpe y que de vez se le caerá algún hilo. En ese caso, el niño debe relajar esa parte del cuerpo completamente, dejándola inerme durante uno segundos.
– Al final del juego, el marionetista dejará caer todos los hilos, de manera que el niño relaje todo su cuerpo.
- Refugio seguro
Se trata de una técnica de imaginación guiada a través de la cual se consigue un estado de relajación. Es perfecta para los niños muy creativos e imaginativos y muy conveniente para abordar los problemas de tensión y ansiedad.
Los pasos son muy sencillos:
– Pedirle que imagine un sitio en el que se sienta a gusto. Puede ser un claro en el bosque, bajo una palmera en la playa o incluso en medio de las nubes.
– Una vez que encuentre el sitio donde se halla relajado, puede imaginar que construye un pequeño refugio.
– En ese refugio, que puede ser una pequeña casa en un árbol o un castigo, colocará algunas de las pertenencias que más le gustan y le hacen sentirse tranquilo, como su peluche preferido, pero también puede invitar a un león para que le proteja. No hay límite a la fantasía.
– Se van añadiendo cada vez más detalles, de manera que el niño se sienta relajado y seguro. Luego se le explica que cada vez que se sienta nervioso, ansioso o inseguro, puede visitar ese sitio.
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