
Cada vez son más las parejas que recurren a la inseminación artificial, lo cual no es extraño si tenemos en cuenta que en España la tasa de infertilidad ya ha llegado al 17% y los especialistas opinan que continuará aumentando. Aproximadamente en el 40% de los casos el problema radica en el hombre, casi siempre debido a la escasa calidad del semen.
En este punto muchas parejas optan por la inseminación con donante pero una vez que ha pasado la euforia de los primeros meses, es normal que la madre comience a preguntarse cómo se sentirá su pareja: ¿Asumirá que el hijo es completamente suyo o tendrá ciertas reservas? ¿Cómo se sentirá cuando hagan el típico comentario “no se parece en nada a su padre”?
Comencemos por el principio
Cuando una pareja se somete a las pruebas de fertilidad y le comunican que el “problema” radica en el hombre, es normal que este experimente frustración, enfado, tristeza y resentimiento. Estos sentimientos negativos pueden estar generados por la creencia de que su incapacidad para tener hijos afecta su masculinidad, o quizás porque siente que le ha fallado a su pareja.
En la década de los ’90 se realizó un estudio en 137 hombres y se pudo apreciar que quienes tenían problemas de fertilidad presentaban una autoestima más baja, mostraban niveles de ansiedad más elevados y tenían una mayor propensión a desarrollar trastornos psicosomáticos. Sin embargo, lo cierto es que el impacto de la infertilidad no tiene que durar por siempre.
A la primera reacción normalmente le sigue el periodo de aceptación y, más tarde, muchos hombres ya se encuentran psicológicamente preparados para asumir la paternidad. Lo más importante en estos casos es no presionarle demasiado sino dejarle el lapso de tiempo que necesite para procesar e interiorizar esa nueva realidad. En este periodo la comunicación será fundamental, cuando el hombre siente que su pareja le apoya incondicionalmente todo se hace más sencillo.
¿Y después qué?
El cariño y el amor que se experimenta por un hijo no están determinados biológicamente. Un padre de 3 hijos concebidos a través de la inseminación por donación de semen no pudo expresar mejor este sentir: “Un hijo no son genes, sino una vida completa limpiando mocos, haciéndole el bocadillo para el colegio, enseñándole a andar en bicicleta, curándole las heridas, castigándole cuando se porta mal y en todo eso da igual de quien es el semen.”
Ser padres no implica necesariamente la existencia de un vínculo biológico sino satisfacer las necesidades del niño día tras día. En esa deliciosa cotidianidad se fomentan lazos emocionales muy profundos, vínculos que muchos padres biológicos jamás llegan a tener con sus hijos.
Esto significa que los sentimientos de la persona que ha tenido un hijo mediante la inseminación por donación de semen no tienen por qué ser diferentes de los que experimentan los padres biológicos. Obviamente, cada persona es un mundo y reaccionará de manera diversa ante esta situación pero, como regla general, las parejas que conciben mediante la inseminación artificial son bastante maduras emocionalmente y tienen las condiciones socio-económicas necesarias como para enfrentar sin complicaciones la llegada de un bebé.
El procedimiento de inseminación artificial por donación de semen
Este procedimiento es muy sencillo y tiene una elevada tasa de éxito, sobre todo si se compara con otros tratamientos de fertilidad. Se recomienda cuando el hombre padece de enfermedades hereditarias, esterilidad o cuando los espermatozoides tienen problemas de movilidad o no son suficientes.
El porcentaje de éxito dependerá de la edad de la pareja y del problema de fertilidad que exista de base pero normalmente hay un 20% de probabilidades de concebir en cada ciclo. Lo usual es que se realicen hasta cuatro intentos y la tasa de éxito, sobre todo cuando se aplica la estimulación ovárica, es muy elevada.
Por supuesto, también dependerá de la clínica que elijas ya que no todas pueden ofrecer las mismas garantías. Por ejemplo, IVI es uno de los centros europeos con mejores tasas de embarazo ya que siempre se mantienen al tanto de los nuevos avances en este campo. Por eso pueden afirmar que el 90% de sus pacientes logran quedar embarazados. No obstante, su verdadero secreto radica en la personalización del tratamiento.
Y a continuación, para los que estáis interesados, os dejo un vídeo donde se explica claramente en qué consiste la inseminación artificial por donación de semen y cómo transcurre todo el procedimiento.
Fuente:
Kedem, P. et. Al. (1990) Psychological aspects of male infertility. The British Journal of Medical Psychology; 63(1): 73-80.
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