
En el póker, como en la vida, hay que tomar decisiones constantemente. Y al igual que en la vida, a veces ganamos y otras perdemos, a veces la suerte nos sonríe y otras veces nos vuelve la espalda.
Cuando las cosas van mal, cuando tenemos una mala racha y el mundo se vuelve gris, la frustración puede conducirnos a un estado muy destructivo que en el mundo del póker se conoce como “tilt”.
El 88% de los jugadores de póker confiesan haberlo experimentado en su máxima intensidad al menos una vez, pero el 100% de nosotros lo hemos vivido en más de una ocasión a lo largo de nuestra vida.
¿Qué es el tilt?
El psicólogo Jussi Palomäki definió el tilt como “la pérdida de control debido a emociones negativas muy intensas provocadas por los elementos del juego, que desembocan en una reducción de la capacidad para tomar decisiones en el póker”.
En otras palabras, el tilt es un estado de confusión mental en el cual el jugador pierde su enfoque, se distrae del juego y se deja llevar por las emociones. Como resultado, toma malas decisiones y pierde. En los peores casos de tilt, un jugador puede terminar perdiendo las ganancias de toda una vida en apenas 20 minutos de juego.
En la vida podemos atravesar por momentos o periodos similares en los que reina la confusión mental y tomamos pésimas decisiones de las que después nos arrepentimos. Al igual que en la mesa de juego, en la vida cotidiana ese estado suele estar causado por:
– Expectativas demasiado elevadas que no se han cumplido
– Una mala racha en la que el universo parece conspirar contra nosotros
– Sucesos imprevistos que sobrepasan nuestros recursos de afrontamiento
El problema es que el estado de tilt termina generando un círculo vicioso, tanto en el juego como en la vida. A medida que perdemos, aumenta la frustración, la agresividad y/o la desesperanza, lo cual incrementa aún más el estado de confusión. Si no logramos ponerle freno, caeremos en picado.
5 tipos de tilt en el juego que también sufrimos en la vida
- Tilt frenético
Es el tilt por excelencia, el más fácil de reconocer y el más difícil de superar. El jugador se vuelve agresivo, se enoja y se frustra con cada pérdida, alzando cada vez más la apuesta para ganar lo perdido. En muchos casos termina sufriendo una auténtica desesperación, lo cual le lleva a forzar las situaciones para intentar ganar rápidamente. El problema es que la desesperación por ganar le impulsa a tomar pésimas decisiones.
¿Cómo se manifiesta en la vida?
Este tilt nos recuerda todas esas situaciones en las que reaccionamos con enojo y frustración, llevándonos por delante todo lo que encontremos a nuestro paso. En estos casos desarrollamos una visión de túnel, nos concentramos tanto en la situación o persona que ha desatado nuestra ira, que no somos capaces de ver más allá. Ese estado de obcecación nos lleva a tomar pésimas decisiones que pueden romper relaciones o hacernos perder buenas oportunidades.
- Tilt de la debilidad
Debido a su naturaleza pasiva, este tilt no se reconoce con facilidad porque es exactamente lo opuesto a la ira. Transcurre por debajo del radar de la conciencia, lo cual lo hace aún más peligroso. El jugador víctima de este estado se escuda detrás de cualquier excusa para retirarse y se resiste a subir o apostar. En este caso, las pérdidas provienen fundamentalmente del dinero que podría haber ganado si se hubiera atrevido a arriesgar un poco.
¿Cómo se manifiesta en la vida?
Este estado de pérdida de confianza en uno mismo es bastante común en la vida cotidiana y nos conduce, al igual que en el póker, a desaprovechar las buenas oportunidades recurriendo a cualquier excusa para escondernos en nuestra zona de confort. El problema es que no nos damos cuenta de que en esa zona de confort no solo no nos estamos “enriqueciendo” sino que además estamos afrontando pérdidas paulatinas, ya sea en el plano personal o profesional, que por su carácter acumulativo podrían llegar a crearnos dificultades muy serias a mediano y largo plazo.
- Tilt del exceso de confianza
Todos los extremos son malos, tanto en la vida como en el póker. En el juego, ganar mucho también puede ser peligroso pues desencadena emociones tan intensas que nublar el juicio de la misma manera que la ira o la desesperación. En este estado, el jugador comienza a creer que es invencible, por lo que deja de prestar atención y comienza a jugar de manera demasiado floja o muy agresiva. Como resultado, empieza a perder.
¿Cómo se manifiesta en la vida?
El exceso de confianza puede hacer que demos muchas cosas por sentado, dejemos de prestarles atención y terminemos perdiéndolas. Es un fenómeno común en las relaciones de pareja, en las que con el paso del tiempo olvidamos cultivar los pequeños detalles. También puede ocurrir en el plano profesional, cuando después de una buena racha nos confiamos demasiado y nos volvemos descuidados o asumimos más tareas de las que podemos gestionar. En cualquier caso, si no corregimos el rumbo rápidamente, el desastre está garantizado.
- Tilt desafiante
A veces, la aparición del tilt puede estar relacionada con el comportamiento de un oponente. En ese caso, el jugador puede empezar a jugar de manera agresiva y marcar faroles imprudentes con el único propósito de burlarse de su adversario. También puede aparecer cuando el jugador desea demostrar cuán bueno es, de manera que termina sucumbiendo a la presión que se ha impuesto. Huelga decir que ambos comportamientos son una receta segura para el desastre.
¿Cómo se manifiesta en la vida?
Este tilt ejemplifica a la perfección esos momentos en los que nos dejamos llevar por las provocaciones de los demás y, en vez de responder con mesura y de manera reflexiva, permitimos que las emociones tomen el mando y guíen nuestro comportamiento. También se manifiesta cuando ponemos demasiada presión sobre nuestros hombros queriendo ser perfectos, generalmente para impresionar a alguien y ganarnos su aprobación, lo cual termina ejerciendo un efecto desgastante que nos conduce a tomar malas decisiones.
- Tilt del abatimiento
Es un punto sin retorno, un estado que el jugador de póker profesional Mike Caro llamó el “umbral de la miseria”. Cuando una racha perdedora ha sido brutal, el jugador pierde toda la confianza en que puede ganar y se sumerge en la autocompasión. Se niega a levantarse de la mesa, pero no es capaz de pensar de manera racional, le gana el abatimiento y tira todo su dinero con un juego descuidado.
¿Cómo se manifiesta en la vida?
Esta situación de abatimiento se suele producir cuando sufrimos una pérdida considerable, ya se trate en la vida personal o profesional. El golpe es tan fuerte que perdemos la confianza en que podremos recuperarnos. Implica una situación de desesperanza en la que sentimos que hemos tocado fondo y no somos lo suficientemente resilientes como para recomponer los pedazos rotos. En esos casos, suele ser necesaria la ayuda de un psicólogo ya que estas situaciones pueden generar una depresión grave.
¿Cómo afrontar el tilt en el juego y en la vida?
Los grandes jugadores son conscientes de que necesitan desarrollar ciertas competencias psicológicas para triunfar en el póker y no son pocos quienes siguen programas psicológicos para aprender a evitar y controlar el tilt, como explican desde Casino Móvil, una plataforma especializada en apuestas y juegos de azar. Curiosamente, los pasos de esos programas también se pueden extrapolar a la vida cotidiana, para mantener el control ante situaciones estresantes.
– Descubre tus disparadores. Todos tenemos puntos sensibles, botones rojos que nos hacen saltar cuando alguien los presiona. Conocer esos puntos sensibles nos permitirá gestionarlos mejor y estar atentos para que no se desencadene una “tormenta perfecta” en nuestro interior. A la hora de explorarlos, es fundamental no caer en los autoengaños y ser sinceros con nosotros mismos para descubrir realmente qué nos molesta, nos hace perder la paciencia y nos sume en la confusión.
– Acepta las probabilidades. Todos los jugadores tienen una tendencia natural a sobreestimar las posibilidades de ganar y sentir que es “injusto” cuando su oponente gana. En la vida real nos sucede lo mismo. Si enfrentamos los problemas con las expectativas erróneas, pensando que no deberían estar pasando, solo añadiremos más leña al fuego de la frustración. En su lugar, es mejor aplicar la aceptación radical y asumir que siempre habrá buenos y malos tiempos.
– Comprende qué te sucede. Psicólogos de la Universidad de Helsinki analizaron qué ocurre en la mente del jugador cuando entra en tilt. Descubrieron que primero se produce una disociación, la cual provoca una sensación de vacío, incredulidad y embotamiento. Generalmente ocurre cuando sentimos que perder es injusto. Luego desarrollamos un comportamiento de persecución para restablecer un equilibrio “justo” de victorias y derrotas. Cada persona puede reaccionar de manera diferente, por lo que es esencial que descubras tu propio mecanismo y detectes las pistas que te avisan que estás a punto de perder el control.
– Pon distancia. En el caso del juego, adoptar una distancia puede equivaler a levantarnos de la mesa o apagar el ordenador antes de que el ten descarrile. En la vida real, si no podemos alejarnos físicamente de la situación que nos está estresando, es conveniente adoptar una distancia psicológica recurriendo a técnicas de respiración, relajación y/o meditación que nos ayuden a asumir una perspectiva más racional y desapegada de lo que está ocurriendo.
– Establece un stop-loss. Los jugadores están familiarizados con este concepto, pero muy pocos lo aplican pues muchas veces se dejan llevar por la esperanza de ganar. Este concepto también es muy interesante para la vida pues nos anima a reflexionar sobre lo que estamos dispuestos a perder y hasta dónde queremos llegar. Se trata de fijar un punto máximo, trazar una línea mientras seamos plenamente conscientes, que nos proteja en caso de que el cerebro emocional tome el mando.
Fuentes:
Wei, X. et. Al. (2016) The Science and Detection of Tilting. Proceedings of the 2016 ACM on International Conference on Multimedia Retrieval; 79-86.
Palomäki, J. (2013) New Perspectives on Emotional Processes and Decision Making in the Game of Poker — with Special Emphasis on the Tilting Phenomenon. Studies in Cognitive Science; 4: 5-85.
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