“La violencia no es fuerza sino debilidad, nunca podrá crear cosa alguna, solamente la destruirá”, dijo el filósofo Benedetto Croce. Por desgracia, el maltrato y el abuso siguen existiendo. Desde la el maltrato físico hasta el abuso psicológico, existen diferentes tipos de violencia de las que podemos convertirnos en víctimas.
El problema es de tal magnitud que cada año más de 1,6 millones de personas pierden la vida violentamente en el mundo. De hecho, la violencia es una de las principales causas de muerte en las personas menores de 44 años. Por si fuera poco, la Organización Mundial de la Salud ha revelado que por cada persona que muere por causas violentas, muchas otras resultan heridas y sufren desde lesiones físicas hasta problemas emocionales que lastran su bienestar y afectan su salud mental.
¿Qué es la violencia exactamente?
La violencia es un fenómeno complejo y multidimensional que siempre nos ha preocupado como sociedad, a pesar de que contenerla sigue siendo un desafío. Obviamente, la amplia variedad de códigos éticos y culturales que existen en los diferentes países añaden complejidad al concepto de violencia. Los comportamientos aceptados y aquellos inadmisibles que se consideran violentos han variado con el paso del tiempo, cambian según la cultura e incluso se someten a una revisión constante.
La OMS definió la violencia como “el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que tiene como consecuencia o es muy probable que tenga como consecuencia un traumatismo, daños psicológicos, problemas de desarrollo o la muerte”.
Desde el punto de vista psicológico, el concepto de violencia hace referencia a cualquier acción intencional que cause daño físico, psicológico o emocional a otra persona, por lo que se incluye tanto la violencia física como la violencia verbal o emocional, poniendo el énfasis en el impacto que tienen esas acciones sobre la víctima.
Melanie Klein creía que la violencia es el resultado de la incapacidad para manejar y resolver estos conflictos de manera saludable. “La violencia es un intento desesperado de reparar un sentimiento de pérdida y destrucción”, escribió.
En cambio, Albert Bandura pensaba que la violencia se aprende a través de la observación e imitación de los modelos violentos. Consideraba que “la violencia es una conducta aprendida, no una respuesta innata a la frustración”.
De hecho, los diferentes tipos de violencias no dejan de ser un fenómeno social y cultural que refleja las desigualdades y los conflictos de las sociedades en las que se producen. Por esa razón, algunos sociólogos han destacado la importancia de analizar las estructuras y las relaciones de poder que subyacen a la violencia, así como los factores sociales y culturales que la perpetúan.
El sociólogo Pierre Bourdieu, por ejemplo, analizaba la violencia en el marco de las estructuras y las relaciones de poder en la sociedad. Bourdieu argumentaba que la violencia muchas veces es una forma de mantener y reforzar la dominación. Creía que “la violencia simbólica está en la base de la violencia física y no puede ser comprendida si no se la reconoce como tal”.
¿Qué tipos de violencia existen?
La violencia puede manifestarse de diferentes maneras. Algunas veces es evidente, en otras ocasiones adquiere formas mucho más sutiles y difíciles de detectar. No obstante, en todos los casos sus consecuencias suelen ser devastadoras para quien la sufre.
Tipos de violencia según el infractor
Una clasificación básica de la violencia se enfoca en el agresor, la persona o grupo que comete la agresión:
1. Autoinflingida
La violencia autoinfligida, también conocida como autolesión, se refiere al daño que se causa una persona a sí misma de manera deliberada, sin tener intención de suicidarse. Se estima que entre el 5 y el 20% de la población se autolesiona, un problema más común en los adolescentes, jóvenes y personas con algún trastorno de salud mental.
Este tipo de violencia suele manifestarse de diferentes maneras, desde realizarse cortes y quemaduras en los brazos y muslos, hasta golpearse a sí mismo, arrancarse el pelo o las uñas. No obstante, también incluye el consumo de sustancias dañinas o la provocación deliberada de enfermedades.
Las personas que se autolesionan, suelen hacerlo para lidiar con emociones difíciles o dolorosas, como la ansiedad, la depresión, la ira o la culpa. Al causarse dolor físico, a menudo experimentan un alivio temporal, aunque suele ser breve y seguido de sentimientos de vergüenza o culpabilidad por haberse lastimado. Por ende, a largo plazo esas lesiones suelen empeorar los problemas subyacentes y perpetúan el ciclo de dolor emocional y físico.
Cabe aclarar que, aunque la autolesión no suele ser un comportamiento suicida, puede ser peligrosa porque a menudo estas personas sufren lesiones graves, como cortes profundos, quemaduras o fracturas óseas, y pueden necesitar atención médica. Además, la autolesión puede ser un indicador de problemas emocionales o psicológicos subyacentes que deben ser tratados.
2. Violencia interpersonal
La violencia interpersonal se refiere a cualquier tipo de agresión o conducta violenta entre dos o más personas, ya sea de índole física, sexual, psicológica o verbal. De hecho, puede ocurrir en todo tipo de relaciones interpersonales: en el marco de la pareja, familia, entre amigos, compañeros de trabajo, vecinos…
La violencia física interpersonal, por ejemplo, implica el uso de la fuerza física y causa lesiones directas a la persona, las cuales pueden llegar a ser graves o incluso mortales. Este tipo de violencia a menudo adquiere un carácter sexual, lo cual significa que se trata de cualquier tipo de actividad sexual sin el consentimiento del otro, incluyendo el acoso sexual.
En el plano interpersonal, la violencia verbal también suele ser común. En este caso, se refiere a un estilo de comunicación agresivo, vejatorio y/o cortante. Generalmente están involucrados insultos, amenazas y gritos, aunque también puede producirse mediante críticas constantes o incluso el uso del silencio como castigo.
De hecho, la violencia psicológica también es relativamente común en las relaciones interpersonales e implica comportamientos que causan daño emocional. Es más difícil de detectar ya suele producirse mediante el acoso, la humillación, la intimidación o la manipulación. En cualquier caso, este tipo de violencia afecta profundamente la relación y también puede causar daños significativos a la persona que la sufre.
3. Violencia colectiva
La violencia colectiva suele ser particularmente aterradora y sus consecuencias a menudo son impredecibles. Se refiere a cualquier forma de violencia en la que un grupo o comunidad ataca a otro grupo o individuo. Esta forma de violencia abarca los conflictos entre grupos étnicos, religiosos, políticos o culturales.
La violencia colectiva puede tener diferente intensidad, por lo que se manifiesta tanto a través de disturbios y manifestaciones violentas como en las guerras civiles y genocidios. En muchos casos, la violencia colectiva surge como resultado de una profunda división entre los grupos que conforman la sociedad. De hecho, la discriminación y la opresión suelen ser factores creadores de la tensión que conduce a la violencia colectiva.
Un ejemplo de violencia colectiva son los pogromos, que se refieren a los ataques violentos contra un grupo específico de personas, como los judíos en Europa del Este en la década de 1800, los cuales estuvieron motivados por la creencia de que los judíos eran una amenaza para la sociedad y la economía local.
Otro ejemplo de violencia colectiva es la guerra civil, que suele ocurrir cuando se produce una profunda división política o social en un país. El genocidio también es otro lamentable ejemplo de violencia colectiva. Se refiere al intento deliberado de exterminar a un grupo específico de personas debido a su raza, religión u origen étnico, como el exterminio de millones de judíos en manos de los nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, cabe aclarar que la violencia colectiva también puede ocurrir en un contexto de protestas y disturbios, generando desde acciones de brutalidad policial hasta actos vandálicos de los manifestantes.
Tipos de violencia según la naturaleza del acto
Al analizar los diferentes tipos de violencia, también se puede realizar una distinción entre el acto, según la naturaleza y el contenido de la agresión:
4. Violencia física
La violencia física es, probablemente, la más conocida y fácil de distinguir ya que se refiere a todas aquellas acciones intencionales que causan daño, dolor o lesión a otra persona mediante el uso de la fuerza. Por tanto, se trata de todo contacto físico que cause daño, desde un golpe hasta un empujón.
Obviamente, la violencia física puede tener graves consecuencias para la salud y el bienestar de la víctima. Puede causar lesiones físicas, como fracturas, contusiones, hematomas y lesiones internas, además de tener un impacto emocional negativo. En algunos casos, la violencia física incluso puede ser considerada como un delito penal y ser castigada por la ley.
Cabe aclarar que, aunque siempre se pone el foco en la víctima ya que es importante protegerla, la persona violenta a menudo también necesita ayuda profesional para abordar los problemas subyacentes y evitar futuros actos de violencia.
5. Violencia sexual
La violencia sexual implica cualquier forma de contacto o conducta sexual no deseada o forzada, lo cual significa que es impuesta a la persona sin su consentimiento. Este tipo de violencia puede adoptar muchas formas, desde la violación y el abuso sexual hasta el acoso. Curiosamente, este tipo de comportamientos violentos no siempre proviene de desconocidos, la mayoría de los casos de violencia sexual se producen precisamente en los entornos más cercanos, adoptando la forma de violencia intrafamiliar.
La violencia sexual también incluye otras situaciones, como el matrimonio forzado, la mutilación genital femenina y la explotación sexual comercial. Además, abarca cualquier acto de índole sexual que se realice sin el consentimiento de la persona, desde tocamientos no deseados hasta la exposición a material sexual sin su consentimiento.
La violencia sexual termina siendo un acto de poder y control que causa daños emocionales, físicos y psicológicos a la persona afectada. Por desgracia, quienes han sido víctimas de estos actos a menudo experimentan sentimientos de vergüenza, culpa, ansiedad y miedo. Suelen tener dificultades para hablar de su experiencia y pedir ayuda, por lo que es importante que comprendan que lo sucedido no es culpa suya.
6. Violencia verbal
La violencia verbal implica todas aquellas formas de comunicación que causen daño, dolor o humillación. Puede ser tanto verbal como no verbal, por lo que puede tratarse de insultos, gritos, descalificaciones, amenazas y sarcasmo, pero también el silencio y la indiferencia cuando se usan para hacer daño al otro.
A menudo este tipo de violencia es perpetrada por personas que tienen una relación cercana con la víctima, de manera que a sus efectos devastadores se suma la acción demoledora del vínculo afectivo. Por eso, es uno de los tipos de violencia más difíciles de detectar y erradicar.
No obstante, la violencia verbal puede ser muy dañina para la autoestima y la salud emocional de la víctima. Sus efectos pueden ser duraderos, causando todo tipo de problemas de salud mental, desde depresión hasta ansiedad. También suele afectar el rendimiento académico o laboral de la persona, así como su esfera social y la calidad de vida en general.
7. Violencia económica
La violencia económica es una de las más subrepticias, pero también más extendidas, generalmente en el marco de las relaciones interpersonales más estrechas. Se trata de la utilización de los recursos económicos para controlar, manipular o dañar a otra persona. Esta forma de violencia puede adoptar diversas vertientes, como limitar el acceso a los recursos económicos de la persona, retenerle el dinero, controlar sus bienes o incluso impedirle trabajar o buscar empleo para que tenga que depender financieramente del maltratador.
Obviamente, la violencia económica puede ser particularmente dañina para las personas que dependen económicamente de su pareja o su familia, como las mujeres, los niños y las personas mayores. En algunos casos consiste en privar de los recursos necesarios para cubrir necesidades básicas o restringir el acceso a la educación, lo que dificulta que la víctima pueda alcanzar su independencia económica.
La violencia económica también puede producirse cuando una persona amenaza a otra con causarle un daño económico o si sus acciones tienen un impacto económico negativo, como el endeudamiento forzado o malgastar los recursos compartidos. Estas prácticas pueden provocar daños económicos duraderos a la persona afectada y entorpecen su recuperación económica.
Por desgracia, este tipo de violencia puede ser difícil de detectar ya que suele ocurrir de manera gradual, a lo largo del tiempo. Las personas afectadas se sienten atrapadas en la relación y tienen dificultades para cortar por lo sano porque no cuentan con un sustento económico que les permita liberarse de ese yugo que las oprime.
8. Violencia cultural
La violencia cultural se basa en la discriminación y el prejuicio hacia ciertos grupos culturales. Generalmente se manifiesta a través de la imposición de normas y valores culturales que marginan y excluyen a otras personas y comunidades enteras. De hecho, este tipo de violencia se produce en el contexto de las relaciones sociales y puede ser ejercida tanto por los individuos como por grupos o incluso la sociedad en general.
La discriminación racial, étnica o religiosa son algunas de las manifestaciones más comunes de la violencia cultural. No obstante, también puede expresarse como una intolerancia hacia prácticas culturales diferentes a las propias, la negación de los derechos de los demás, la imposición de estereotipos culturales y la marginación y exclusión de grupos diferentes.
Dentro de todos los tipos de violencia, esta modalidad es particularmente dañina porque ataca la identidad cultural y la autoestima de las personas y comunidades marginadas. Limita su acceso a oportunidades y recursos, como la educación, el empleo, la atención médica y la participación política y social. Como resultado, suele conducir a una mayor desigualdad y exclusión social.
9. Ciberacoso
Con la difusión de Internet y las redes sociales también han surgido nuevos tipos de violencias. El ciberacoso, por ejemplo, se refiere a una forma de acoso, intimidación, hostigamiento o agresión que se produce mediante los medios digitales, ya sean las redes sociales, correo electrónico, mensajes de texto o las aplicaciones de mensajería instantánea.
El ciberacoso puede producirse de mil maneras diferentes. Una persona puede difundir rumores y mentiras sobre otra, difamarla, exponer información privada, crear perfiles falsos que le causen problemas, suplantar su identidad o acosarla por razones sexuales, raciales, religiosas o de cualquier otra índole. También incluye las amenazas por las redes sociales y la incitación al odio.
Reconocer el ciberacoso como una forma de violencia es importante ya que promueve la conciencia social y la toma de medidas para prevenirlo, detectarlo y solucionarlo. Por desgracia, las víctimas suelen sentirse atrapadas y aisladas. Las propias características del ciberacoso hacen que se sienten indefensas ante los agresores, quienes pueden permanecer en el anonimato o pueden estar ubicados en cualquier parte del mundo.
Además, el ciberacoso es particularmente dañino porque puede ser constante. La persona puede sentirse perseguida y vigilada, por lo que a menudo termina provocando ansiedad, insomnio, trastorno de estrés postraumático y en no pocas ocasiones termina con el suicido.
10. Negligencia
La negligencia es una forma peculiar de violencia ya que se produce por omisión. No es un acto activo, como el golpe o la frase hiriente, sino que se refiere a la falta de cuidado o atención hacia las necesidades de otra persona, sobre todo cuando se trata de alguien dependiente o especialmente vulnerable. Aunque este tipo de violencia puede producirse en diferentes contextos, es más común en el seno del hogar, la escuela y los servicios de salud.
La negligencia puede adquirir diferentes matices, desde la negación de comida, abrigo, atención médica, educación y otros recursos necesarios hasta la falta de supervisión y protección. La negligencia emocional sufrida en la infancia, por ejemplo, deja huellas psicológicas para toda la vida ya que los padres, que deberían ser una fuente de apoyo y cariño, presentan una actitud indiferente hacia las necesidades de sus hijos.
La negligencia puede ser difícil de detectar, sobre todo cuando se trata de una forma de violencia por omisión. No obstante, puede tener graves consecuencias para la salud y el bienestar de las personas afectadas ya que puede conducir a problemas de salud, malnutrición, enfermedades, lesiones y daños psicológicos a largo plazo.
Obviamente, la violencia suele tener efectos devastadores, tanto para la víctima como para el perpetrador y para la sociedad en general. Por esa razón, es importante recordar que se puede producir en cualquier contexto y puede adquirir diferentes formas. No obstante, ningún tipo de violencia es aceptable. Si eres víctima de la violencia o conoces a alguien que lo sea, es fundamental que pidas ayuda.
Fuentes:
Bandura, A. (1973) Aggression: A Social Learning Analysis. The Prentice-Hall: Nueva Jersey.
Bourdieu, P. (1998) La dominación masculina. Anagrama: Barcelona.
Klein, M. (1957) Envy and gratitude; a study of unconscious sources. Basic Books: Nueva York.
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