El trastorno bipolar afecta a unos 2 millones de personas solo en Estados Unidos. Se desarrolla tanto en hombres como en mujeres en la misma proporción, aunque existen algunos factores de riesgo que predicen una mayor probabilidad de sufrir este problema.
El primer episodio en los hombres tiende a ser una fase maníaca mientras que las mujeres son más propensas a experimentar primero un cuadro depresivo. La edad media estimada para el inicio del trastorno bipolar es durante los 20 años, aunque hay casos en los cuales ha aparecido en la niñez. De hecho, el trastorno bipolar suele aparecer antes de los 20 años en aproximadamente una de cada cinco personas.
Los más jóvenes primero pueden sufrir ciclotimia, que es básicamente una forma menos extrema del trastorno bipolar y se caracteriza por episodios depresivos hipomaníacos más ligeros. Aunque las personas con ciclotimia muestran síntomas menos intensos, lo cierto es que casi la mitad de ellas tendrá un episodio maníaco completo.
Las principales causas del trastorno bipolar
Hasta el momento, las causas del trastorno bipolar no están bien claras, si bien se piensa que es probable que se trate de una conjugación de factores genéticos, neuroquímicos y ambientales.
Cada vez hay menos dudas de que la genética y los antecedentes familiares influyen en las probabilidades de ser diagnosticado con un trastorno bipolar. Se conoce que esta patología es más común en quienes tienen un hermano o un padre que ya sufre la enfermedad y en las familias que tienen varias generaciones afectadas con trastornos del humor.
De hecho, se postula que las causas del trastorno bipolar son predominantemente biológicas ya que afecta a una parte específica del cerebro, debido a un mal funcionamiento de algunos neurotransmisores. Al tratarse de un trastorno biológico, puede permanecer en estado latente y activarse espontáneamente o se puede desencadenar a partir del estrés, el abuso de alcohol y drogas o incluso problemas hormonales. Entre las personas que tienen cierto riesgo de padecer esta enfermedad, el trastorno bipolar suele aparecer en edades más tempranas.
Algunos fármacos, como los medicamentos para la depresión, también pueden desencadenar un episodio maníaco en personas que ya son susceptibles al trastorno bipolar. Por lo tanto, un episodio depresivo debe ser tratado con cuidado pues puede convertirse en un episodio maníaco. Otros medicamentos también pueden producir un estado que se asemeja a la manía. Los supresores del apetito, por ejemplo, pueden causar un aumento de la energía, disminución de la necesidad de sueño y aumento de la locuacidad. No obstante, cuando se abandona la medicación, la persona vuelve a su estado de ánimo normal .
Otras sustancias que pueden desencadenar un episodio maníaco son: las drogas ilícitas como la cocaína, el éxtasis y las anfetaminas, las dosis excesivas de medicamentos para combatir el resfriado común, el exceso de cafeína y la prednisona.
¿Cuáles son los síntomas del trastorno bipolar?
En la vida cotidiana, experimentamos una amplia variedad de emociones y sentimientos. Por lo general, estos estados de ánimo duran un día o algunas horas, pero no mucho más. Sin embargo, en el caso de las personas con trastorno bipolar esos estados de ánimo suele durar varias semanas o cambiar rápidamente en poco tiempo.
Una distinción importante entre el trastorno bipolar y las emociones de la vida cotidiana es que esta afección provoca cierto grado de incapacidad para enfrentar las actividades cotidianas. La persona no puede trabajar o comunicarse de manera eficaz e incluso puede tener una percepción distorsionada de la realidad.
Los síntomas del trastorno bipolar a menudo pasan desapercibidos, sobre todo en las primeras fases. No obstante, buscar un tratamiento a tiempo puede marcar la diferencia.
Durante una fase maníaca los síntomas del trastorno bipolar son:
- La persona comienza a creer que es muy importante
- Positividad exagerada
- Menor necesidad de sueño
- Falta de apetito y pérdida de peso
- Hablar rápido con fuga de ideas e impulsividad
- Se mueve rápidamente de un tema a otro por lo que a menudo es difícil seguir sus ideas
- Falta de concentración, se distrae fácilmente
- Aumento del nivel de actividad
- Implicación excesiva en actividades placenteras
- Irritabilidad y comportamiento agresivo
Al contrario, durante la fase de depresión los síntomas del trastorno bipolar son:
- Sentimientos de tristeza o desesperanza
- Pérdida de interés por las actividades que antes le resultaban placenteras
- Dificultad para dormir con despertares en la madrugada
- Pérdida de energía y letargo constante
- Sentimiento de culpa o baja autoestima
- Dificultad para concentrarse
- Pensamientos negativos sobre el futuro
- Aumento o pérdida de peso
- Ideas suicidas
Vale aclarar que el principal método que se utiliza para diagnosticar el trastorno bipolar es una entrevista a fondo con un psiquiatra, psicólogo u otro profesional de la salud mental.
¿Cuál es el mejor tratamiento para el trastorno bipolar?
Aunque el trastorno bipolar a menudo es una condición crónica, existen diferentes tratamientos bastante eficaces. No obstante, lo cierto es que las personas con trastorno bipolar solo suelen buscar ayuda cuando están en la fase depresiva.
Cuando el problema pasa o están en la fase maníaca, suelen creer que ya no necesitan los medicamentos y dejan de tomarlos. Cuando la fase depresiva vuelve, recurren nuevamente a los fármacos, por lo que suele ser un problema bastante difícil de estabilizar.
En algunos casos, estas personas también buscan consuelo en el alcohol y las drogas, pero estas sustancias solo empeoran el problema y no son una solución a largo plazo.
En sentido general, los tratamientos del trastorno bipolar que se prescriben comúnmente son:
- Los estabilizadores del humor, que son los medicamentos más antiguos, confiables y bien tolerados por la mayoría, como el litio.
- Los antipsicóticos atípicos, una línea de tratamiento más moderna, aunque más costosa y no está exenta de numerosos efectos secundarios.
- La psicoterapia, con el objetivo de mantener estable a la persona y prevenir las recaídas.
Hay ocasiones en que se deben seguir otras estrategias terapéuticas, como combinar diferentes medicamentos, entre los que se incluyen los antidepresivos. No obstante, en sentido general, el tratamiento del trastorno bipolar se divide en tres categorías. En primer lugar, encontramos el tratamiento agudo, que se centra en la supresión de los síntomas actuales y continúa hasta que estos remitan. En segundo lugar hallamos el tratamiento que previene el retorno de los síntomas del mismo episodio maníaco o depresivo y, por último, el tratamiento de mantenimiento, cuyo objetivo es prevenir la recurrencia de los síntomas.
Obviamente, las personas que experimentan síntomas que amenazan la vida, tales como el comportamiento impulsivo (por ejemplo: abuso de sustancias, promiscuidad o agresividad) o síntomas psicóticos (como alucinaciones o delirios) y las ideas suicidas, deberán ser evaluadas inmediatamente por un médico.
¿Cuál es el pronóstico? ¿Tiene cura?
Con el tratamiento adecuado, el pronóstico del trastorno bipolar es favorable. La mayoría responden bien a un medicamento o a una combinación de ellos. De hecho, aproximadamente el 50% de las personas con este trastorno responde al litio mientras que solo un 10% de los casos es difícil de tratar y padecen episodios frecuentes.
Como promedio, una persona con trastorno bipolar logra liberarse de los síntomas durante unos cinco años entre el primer y segundo episodios. Conforme pasa el tiempo el intervalo entre los episodios puede acortarse, sobre todo si el tratamiento se interrumpe antes de tiempo. Se estima que una persona con trastorno bipolar tendrá un promedio de ocho o nueve episodios más durante el transcurso de su vida.
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