Crecer nunca ha sido fácil. La etapa de la adolescencia siempre se ha revestido de un halo conflictivo. Y si bien los adolescentes de hoy enfrentan los mismos problemas que hace décadas – desde la presión por obtener buenas calificaciones escolares hasta esos primeros amores no correspondidos – también se ven obligados a afrontar nuevos desafíos.
A los ámbitos de antaño – la escuela, la familia y los amigos – se suma la dimensión digital, de manera que las presiones con las que deben lidiar se multiplican. Ese nuevo escenario amplifica las dudas y los retos, añadiendo capas de incertidumbre, tanto para ellos como para quienes los acompañan en su camino.
Como padre o madre, es probable que también estés intentando entender un mundo que no existía cuando eras adolescente, mientras buscas la manera de convertirte en el puerto seguro donde tus hijos puedan refugiarse cuando lo necesiten.
El preocupante aumento de los trastornos mentales en adolescentes
La salud mental de los adolescentes está cada vez más a riesgo. La Organización Mundial de la Salud alertó que uno de cada 7 jóvenes de menos de 19 años sufre algún problema psicológico. En tan solo una década, de 2011 a 2021, el número de adolescentes que informaron sentimientos de tristeza y desesperanza prácticamente se duplicó, pasando del 28% al 42%, según un estudio de los CDC.
Los suicidios ya se han convertido en la segunda causa de muerte entre los adolescentes y en Estados Unidos los fallecimientos por sobredosis de drogas en esa etapa de la vida casi se han triplicado desde 2018.
Por si fuera poco, muchos de los trastornos mentales más comunes en adolescentes no se diagnostican ni se tratan. En gran parte, debido a que los padres suelen pensar que los cambios de humor, en la personalidad o en los hábitos de sus hijos son propios de esa etapa de la vida, por lo que no les confieren demasiada importancia.
De hecho, no siempre es evidente que un adolescente está luchando contra un problema de salud mental. A simple vista, puede parecer que está bien: saca las notas habituales, se comporta de manera considerada y respetuosa en casa y comparte con sus amistades como siempre. En realidad, como los sentimientos de ansiedad o depresión suelen ser nuevos para un adolescente, incluso él/ella puede pensar que forman parte del crecimiento.
La buena noticia es que la mayoría de los trastornos psicológicos más comunes en adolescentes se pueden prevenir y curar. La clave consiste en actuar con rapidez, en vez de dejar pasar meses, para evitar que el problema se instaure y se vuelva resistente al tratamiento.
Los trastornos mentales más comunes en adolescentes
La adolescencia siempre ha sido un periodo de altibajos, autodescubrimiento y muchas dudas. No obstante, el peso que cargan hoy los adolescentes parece multiplicarse, por lo que muchos sienten como si intentaran mantenerse a flote en un mar que no para de agitarse.
Como padre o madre, no puedes proteger a tus hijos de todo ni aislarlos bajo una campana de cristal, pero puedes prestar atención a las señales de alarma. Los cambios de humor, el aislamiento o la irritabilidad constante no siempre son “cosas de adolescentes”. Entender cuándo algo deja de formar parte del proceso y se convierte en una problema más serio es el primer paso para proporcionarles la ayuda que necesitan.
1. Ansiedad
Los trastornos de ansiedad son el problema de salud mental más común en adolescentes: se estima que afecta al 32% de ellos. Del estrés postraumático a los ataques de pánico, estos trastornos psicológicos pueden manifestarse de diferentes formas.
La ansiedad no implica únicamente sentirse nervioso antes de un examen importante, ser tímido o tener dificultades para hablar en público, este trastorno puede causar un deterioro significativo en la calidad de vida, haciendo que las actividades cotidianas y el estudio se vuelvan cuesta arriba.
¿Cómo reconocer sus síntomas?
- Notas que tu hijo siempre está preocupado, nervioso o estresado.
- Se agobia con actividades que antes disfrutaba.
- Evita situaciones sociales y sale menos con sus amigos.
- Tiene problemas para concentrarse y recordar cosas.
- Se queja con frecuencia de dolores de cabeza o gastrointestinales.
- Presenta dificultades para dormir.
2. Trastornos del comportamiento
El trastorno de conducta es un problema de salud mental que no debe tomarse a la ligera ya que generalmente conduce a comportamientos destructivos, antisociales y agresivos. Se estima que afecta aproximadamente al 3,5% de los adolescentes y aumenta el riesgo de que acaben cometiendo actividades delictivas.
No se trata simplemente de una fase rebelde o de “cosas de la edad”, sino de un comportamiento dañino que, si no se le pone coto, puede convertirse en una espiral que empuje a los adolescentes hacia entornos nocivos donde sus conductas se normalizan, lo que incrementa las probabilidades de que abandonen los estudios y se metan en problemas legales
¿Cómo reconocer sus síntomas?
- Tu hijo se muestra indiferente hacia los sentimientos de los demás.
- Desafía constantemente las reglas y normas, tanto en casa como en el colegio o la sociedad.
- Se comporta de manera hostil o incluso agresiva.
- Presenta un comportamiento rencoroso o vengativo.
- Suele ausentarse de la escuela.
- No muestra remordimientos o preocupación por el impacto de sus acciones.
- Miente con frecuencia o muestra un comportamiento manipulador.
3. Depresión
Desde fuera, podría parecer que los adolescentes no tienen grandes preocupaciones ni motivos para sentirse tristes, pero no es así. Las estadísticas indican que el 13% de ellos sufre depresión mayor. La presión académica, los cambios hormonales, la necesidad de encajar socialmente y las expectativas de un futuro incierto pueden convertirse en una tormenta emocional difícil de gestionar, sobre todo para jóvenes que no tienen mucha experiencia de vida.
Por supuesto, todos tenemos días malos, pero la depresión va mucho más allá. No es sentirse triste de vez en cuando, sino que se trata de un problema de salud mental serio que puede afectar profundamente la vida cotidiana. Sin el apoyo adecuado, este trastorno mental común en adolescentes puede abrir puertas peligrosas, como pensamientos autodestructivos, ideas suicidas o la tendencia al consumo de sustancias para anestesiar el dolor.
¿Cómo reconocer sus síntomas?
- Notas que tu hijo se agota con facilidad.
- Se muestra irritable por cosas intrascendentes.
- Se encuentra triste y desesperanzado.
- Pierde el interés por las cosas que antes disfrutaba.
- Se aísla de familiares y amigos.
- Le cuesta concentrarse.
- Aparecen cambios en el apetito o en los hábitos de sueño.
4. Trastornos alimenticios
Los trastornos alimentarios, como la anorexia y la bulimia nerviosa, suelen aparecer durante la adolescencia y la adultez temprana. No se trata simplemente de que tu hijo sea melindroso con la comida, sino que desarrolla una relación patológica con esta debido a una preocupación exagerada por su peso, apariencia y figura corporal.
Se estima que 1 de cada 100 adolescentes padece anorexia nerviosa y 4 de cada 100 tiene bulimia nerviosa. Estos trastornos no deben ser pasados por alto ya que a menudo generan complicaciones médicas y, aunque no lo parezca, tienen una de las mayores tasas de mortalidad entre todos los trastornos mentales.
¿Cómo reconocer sus síntomas?
- Notas una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal.
- Percibes un terror a engordar, aun estando por debajo del peso ideal.
- Evita comer en entornos sociales.
- Restringe la cantidad de comida o, al contrario, come demasiado y luego vomita.
- Reduce la ingesta de líquidos.
- Comienza a realizar ejercicio de manera compulsiva.
- Consume laxantes o diuréticos.
5. Adicciones
El abuso de sustancias no es un problema exclusivo de los adultos. Los adolescentes están atravesando una etapa muy peligrosa en la que comienzan a vivir nuevas experiencias, lo que incluye desde el alcohol hasta otro tipo de drogas. Dado que su cerebro aún no ha madurado por completo, no solo pueden desarrollar más rápido la adicción, sino que esta puede ser más dañina.
Sin embargo, el peligro no proviene únicamente de las sustancias. Estudios realizados en diferentes países muestran que aproximadamente el 34% de los adolescentes son adictos a su smartphone y el 25% a las redes sociales. Neurocientíficos del University College de Londres comprobaron que la adicción a Internet también puede afectar el funcionamiento cerebral en la adolescencia.
¿Cómo reconocer sus síntomas?
- El abanico de intereses de tu hijo se restringe.
- Sus calificaciones escolares bajan y pierde el interés por las actividades académicas.
- Reduce su vida social.
- Pierde interés por su apariencia.
- Abandona pasatiempos o deportes que antes disfrutaba.
- Pasa demasiado tiempo delante de la pantalla, en el caso de las adicciones tecnológicas.
- Está más irritable o de peor humor.
- Duerme demasiado o presenta insomnio.
¿Qué pueden hacer los padres para lidiar con un trastorno mental en adolescentes?
Los trastornos mentales no discriminan. Pueden aparecer a cualquier edad y no existe una solución única para todos. A diferencia de los adultos, los adolescentes a menudo carecen de las herramientas emocionales para identificar o verbalizar lo que sienten, lo que hace que la detección y el tratamiento temprano sean esenciales.
¿Qué pueden hacer los padres? Prestar atención y escuchar a sus hijos. Es fundamental que no minimices sus preocupaciones. Los adolescentes afrontan muchos desafíos, desde el acoso escolar y los problemas con la imagen corporal hasta las luchas con la identidad de género.
Si notas que tu hijo ya no es el de antes, el primer paso es intentar averiguar si se trata tan solo de una fase o algo más grave. Por supuesto, a menudo es más fácil decirlo que hacerlo ya que la mayoría de los adolescentes no hablan mucho. En ese caso, coméntale tus preocupaciones y hazle saber que estás ahí para escucharle y apoyarle, no para juzgarlo, castigarlo ni sermonearlo.
También es importante que contengas el impulso de querer “arreglar” las cosas de inmediato. Es normal que desees que los problemas desaparezcan, pero frases como “vas a superar esto», «es tan solo un momento de tu vida» o «te olvidarás de ello en dos años” no son de gran ayuda. En ese preciso instante, los adolescentes solo perciben que todo su mundo se está derrumbando a su alrededor y no saben qué hacer.
A veces, el simple hecho de saber que sus padres se preocupan y están a su lado para acompañarlos sin criticar puede marcar una gran diferencia.
Si el problema persiste, es importante que actúes rápido para evitar que se enquiste. Consultar a un psicólogo puede ser el mejor camino para que reciba el apoyo y el tratamiento que necesita. Así aprenderá técnicas de afrontamiento más asertivas que le servirán para toda la vida.
Referencias Bibliográficas:
Chang, M. Lee, I. (2024) Functional connectivity changes in the brain of adolescents with internet addiction: A systematic literature review of imaging studies. PLOS Ment Health; 1(1): e0000022.
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Caner, N. et. Al. (2022) The contribution of social media addiction to adolescent LIFE: Social appearance anxiety.Curr Psychol; 41(12) :8424–8433.
Bhanderi, D. J. et. Al. (2021) Smartphone Use and Its Addiction among Adolescents in the Age Group of 16–19 Years Indian J Community Med; 46(1):88–92.
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