El miembro fantasma es una sensación muy común en aquellas personas que pierden un miembro. Se refiere a que la extremidad inexistente se continúa percibiendo como si fuese real. Sus mecanismos neuropsicológicos aparecen en el libro Psicología Curiosa.
Sin embargo, el caso que traigo a colación es bien diferente, se trata de una señora de 64 años que después de un accidente cerebrovascular comenzó a experimentar la sensación del miembro fantasma pero en esta ocasión la extremidad inexistente se refería a ¡un tercer brazo!
Aunque resulta extremadamente inusual la señora no solo podía sentir este tercer brazo sino que también podía verlo. A partir del consecuente escaneo al que fue sometido su cerebro, los neurólogos establecieron que en la corteza somatosensorial se había establecido un área donde se proyectaba un tercer brazo, con funcionalidades idénticas a las otras dos áreas cerebrales dedicadas al control de los brazos verdaderos.
Esta condición, sin lugar a dudas, es extremadamente rara aunque ya se habían reportado casos anteriores en la literatura médica, conociéndosele como: «miembro fantasma supernumeroso». Está asociado a accidentes cerebrovasculares que afectan las áreas subcorticales del cerebro.
Sin embargo, una de las particularidades de este caso es que la señora también podía ver este nuevo miembro. Además, podía sentir el cerrar de los dedos fantasmas sobre la mano inexistente y si se tocaba alguna parte del cuerpo con la mano fantasma, experimentaba el toque invisible tanto en la parte del cuerpo que supuestamente se había tocado como en la mano inexistente. Incluso reportaba que podía rascarse con sus dedos fantasmas y aliviar la sensación de picor.
Sin embargo, su miembro inexistente no podía penetrar objetos sólidos como una pared o una mesa, exactamente como un brazo verdadero.
Debe destacarse que la señora no tenía alucinaciones visuales ya que ella misma reconocía que tener un tercer miembro era imposible. Sabía que la experiencia era irreal; no obstante, veía y sentía un tercer brazo. El brazo en ocasiones era muy pálido, otras veces era blanco o casi transparente.
Los neurólogos le pidieron que moviera su brazo fantasma mientras escaneaban su cerebro. Asombrosamente cuando la señora movía el brazo frente a sus ojos, la corteza visual se activaba, como si captase un estímulo que verdaderamente se estuviese moviendo delante de los ojos. A su vez, cuando le pidieron que se tocase el pecho, las áreas cerebrales donde se proyectan las sensaciones del pecho también se activaron como si efectivamente hubiesen experimentado un estímulo táctil. Así, las dudas sobre la veracidad se despejaron pues habría que ser un mitómano muy experto para poder engañar una resonancia magnética funcional.
Actualmente no existe una explicación para el fenómeno, los neurólogos hipotetizan que existe una alteración del esquema corporal a nivel cerebral. En palabras simples: el cerebro afectado por el ictus duplicó un área especializada en la propiocepción y el control de uno de los brazos.
En resumen, que el apasionante mundo de la Neuropsicología nunca deja de asombrarnos.
Si eres de los que disfrutas aprendiendo sobre los casos más extraños, puedes hallar una recopilación de casos curiosos en el libro Psicología Curiosa.
Fuente:
Khateb, A. et. Al. (2009) Seeing the Phantom: A Functional Magnetic Resonance Imaging Study of a Supernumerary Phantom Limb. Annals of Neurology;65: 698–705.
Anónimo dice
Muy interesante este caso, los engaños del cerebro son verdaderamente inimaginables.
Me pasaré a menudo por el blog.
Antuan
Jorge Mux dice
Realmente increíble.
Muchos saludos.
Jennifer Delgado Suarez dice
Jorge, Bienvenido al blog.
Cuando la psicologia converge con la psiquiatria y la neurologia realmente existen una infinidad de casos raros que no dejan de asombrarme.
Por supuesto, mas allá del sensacionalismo siempre busco als fuentes científicas donde han sido publicados originalmente los casos, asi no somos víctimas del marketing viral 😉
Un saludo