¿Estás aburrido? ¿Podrías ser más específico? ¿Podrías determinar qué tipo de aburrimiento estás experimentando?
Todos nos hemos sentido aburridos en alguna que otra ocasión pero lo cierto es que la Psicología no le ha dedicado mucho tiempo a investigar esta sensación, quizás porque el aburrimiento es muy discreto, no se manifiesta con ataques de llanto o euforia. Sin embargo, las sensaciones que genera son muy negativas y diferentes estudios la han vinculado tanto con el estrés como con el consumo de drogas y alcohol.
Los tipos de aburrimiento
En la década del ‘30 los psicólogos finalmente se dieron a la tarea de investigar el aburrimiento y descubrieron que existían diferentes tipos. No obstante, esta teoría no encontró una gran aceptación en la comunidad científica, hasta que en el año 2006 Goetz, un psicólogo de la Universidad de Konstanz, en Alemania, la retomó y se dedicó a catalogar el aburrimiento.
Así descubrió que, según el nivel de activación emocional y las sensaciones experimentadas, existían cuatro tipos de aburrimiento. Estos son:
– El aburrimiento indiferente: se refiere a la necesidad de aislarse del entorno que le rodea asumiendo una actitud de indiferencia que les permite alcanzar cierto estado de relajación. Lo esencial de este tipo de aburrimiento es que no se experimentan emociones negativas.
– El aburrimiento de calibración: viene acompañado por cierto grado de incertidumbre ya que las personas quieren hacer algo pero no saben qué. Las emociones que se experimentan son ligeramente más negativas y los pensamientos vagan sin rumbo fijo, pero sin buscar alternativas que le permitan escapar de la monotonía.
– El aburrimiento de búsqueda: la persona siente un estado de inquietud interior por lo que intenta eliminarlo buscando una distracción. En este caso se experimenta un mayor nivel de activación y se suele pensar en las diferentes actividades que podrían sacarnos de ese estado.
– El aburrimiento reactivo: la persona se siente más infeliz, enojada o irritable. Este aburrimiento es la respuesta ante una situación específica, como cuando estamos escuchando una conferencia aburrida y deseamos escapar pero no podemos.
El aburrimiento apático
Goetz no ha dejado de estudiar este fenómeno y ahora ha descubierto un nuevo tipo de aburrimiento: el aburrimiento apático. Lo más interesante es que el 36% de las experiencias de aburrimiento que vivenciamos se deben precisamente a la apatía.
Ni corto ni perezoso, reclutó a 63 estudiantes universitarios y a 80 estudiantes de secundaria. A cada uno se le dio un portátil que estaba programado para sonar seis veces al día, al azar. En ese momento los estudiantes debían indicar qué estaban haciendo y cómo se sentían. Si reportaban sentirse aburridos, debían ser aún más específicos sobre sus ideas, sensaciones y emociones.
Los resultados confirmaron la existencia de los cuatro tipos de aburrimiento que se habían identificado con anterioridad pero también se apreció una nueva modalidad: el aburrimiento apático. ¿En qué consiste?
Las personas que experimentaban el aburrimiento apático informaron emociones negativas muy desagradables, equiparables al nivel del aburrimiento reactivo, solo que no experimentaban irritabilidad o enojo sino más bien un estado de apatía bastante parecido al que se evidencia en los cuadros depresivos. Estas personas decían sentirse aburridas pero, al mismo tiempo, incapaces de buscar soluciones o de experimentar emociones intensas más allá de la apatía.
Como punto final, vale aclarar que aunque solemos ver el aburrimiento como un estado negativo, también hay estudios que nos indican que el aburrimiento tiene un lado positivo porque puede estimular la creatividad y el autoconocimiento, todo depende de cómo enfrentemos este estado y las emociones que genera.
Fuente:
Goetz, T. et. Al. (2013) Types of boredom: An experience sampling approach. Motivation and Emotion; 38: 401–419.
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