
Esta vez el iluminado creador es Charcot, uno de los neurólogos más prominentes del siglo XIX. Iniciemos entonces la historia: En el ya lejano 1892 y cuando Charcot se encontraba en los finales de su carrera profesional halló un curioso tratamiento en una revista francesa:»Vibration therapeutics: Application of rapid and continuous vibrations to the treatment of certain nervous system disorders«. El artículo hacía alusión a la terapia vibratoria para curar algunos desórdenes neurológicos. Como Charcot murió un año después su discípulo Gilles de la Tourette continuó con el proyecto vibracional: una silla vibratoria para atender las neuralgias, los dolores de espalda y los dolores de cabeza.
Las sesiones en la silla vibratoria podían llegar a durar hasta 30 minutos según el trastorno que se tratase. La frecuencia, dirección e intensidad de las vibraciones podían ser reguladas por el terapeuta. Las mejorías comenzaban a notarse después de la quinta o la sexta sesión. Este tratamiento era particularmente eficaz con los enfermos de Parkinson: después de una sesión de vibraciones las personas podían dormir tranquilamente sin manifestar los movimientos involuntarios típicos del Parkinson.
Sin embargo, la idea no era totalmente nueva, ya Isaac Newton y David Hartley habían hecho referencia a la misma.
No obstante, aún más extraña resultó la invención del discípulo. A la muerte de Charcot, Gilles de la Tourette no solo continúo aplicando las sesiones con la silla vibratoria sino que además diseñó y aplicó un casco para hacer vibrar solamente la cabeza del enfermo, en el intento de tratar la migraña y la neurastenia. Probablemente esté de más decir que este invento no tuvo la misma aceptación e incluso, después de un periodo de tiempo, el colegio de medicina le retiró la licencia al inventor.
Aunque parezca un tanto descabellado, actualmente la terapia vibratoria es ampliamente aplicada, sobre todo entre los enfermos de Parkinson quienes disminuyen sus movimientos incontrolados en alrededor de un 15% después de una sesión.
Fuente:
Goetz, C. G. (2009) Jean-Martin Charcot and his vibratory chair for Parkinson disease. Historical Neurology; 73: 475-478.
Una recopilación de los instrumentos más bizarros de la Ciencia Psicológica puede hallarse en el libro: Psicología Curiosa
Silla Evac Chair dice
Interesante! Saludos