Dicen que todas las familias son disfuncionales, aunque cada cual a su manera. Si nuestros padres nos dan todo lo que pedimos, no desarrollarán nuestras capacidades para afrontar el mundo real. Y si no recibimos todo lo que necesitamos, podríamos sufrir heridas emocionales difíciles de cerrar. De una forma u otra, es difícil salir completamente ilesos de la infancia, lo que suele conducir a una percepción distorsionada de la realidad. La pregunta es: ¿hasta qué punto?
Loa patrones aprendidos en la infancia vuelven una y otra vez
Si has tenido una infancia difícil, es probable que en aquel momento hayas adoptado cualquier comportamiento que te ayudará a lidiar con la situación. A falta de recursos psicológicos, intentaste afrontar como buenamente podías situaciones como el fracaso, el rechazo, la violencia o la pérdida.
Sin embargo, es probable que muchos de esos comportamientos se hayan quedado enquistados en ti y los repliques en otras circunstancias. En ese caso, se hace referencia a conductas disfuncionales ya que no se adaptan a tu situación actual y a menudo solo sirven para agravarla.
De hecho, también es probable que termines «atraído» por el mismo tipo de dolor que experimentaste en tu infancia, de forma que seguirá arruinando tu vida en bucle. Todos tenemos la tendencia a repetir los patrones relacionales que aprendimos de niños porque es muy difícil darnos cuenta de que lo que nos mantuvo relativamente a salvo en una etapa de nuestra vida, no es válido para otros momentos.
Todos esos viejos patrones pueden causarnos mucho daño, por lo que en cierto punto tenemos que plantearnos una decisión: seguimos por ese camino sufriendo y asumiendo el rol de víctimas o decidimos cambiar y tomar las riendas emprendiendo lo que podría llamarse el “viaje del héroe”.
Por desgracia, muchas personas nunca llegan a tener clara su elección.
El viaje del héroe, convertir las heridas en sabiduría
En 1949, Joseph Campbell publicó el libro “El héroe de las mil caras” en el que hacía referencia a un mito muy arraigado en nuestra cultura: el del héroe que se embarca en una aventura, emerge victorioso de una crisis decisiva y regresa a casa cambiado para mejor.
Setenta años más tarde, psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte comprobaron los beneficios de plantearnos nuestra vida como el viaje del héroe.
En realidad, nuestro cerebro está programado para escuchar historias, de manera que estas tienen un influjo poderoso en nuestra mente e incluso actúan a nivel inconsciente. Investigaciones anteriores habían descubierto que cuando llegamos a los 20 años, la mayoría de nosotros ya hemos construido una identidad narrativa que explica cómo nos convertimos en quienes somos y hacia dónde podría llevarnos la vida en un futuro.
Percibir nuestra vida como el viaje de un héroe promueve beneficios psicológicos, desde un mayor bienestar y satisfacción vital hasta una sensación de progreso y un menor riesgo de desarrollar depresión. La forma en que nos contamos nuestra historia, la estructura narrativa que elijamos, determina el sentido que tomará nuestra vida.
El inesperado beneficio de tener una infancia difícil
Si has tenido una infancia difícil, es más probable que te atrevas a emprender ese viaje. A fin de cuentas, casi nadie inicia un camino complicado solo por diversión o por una vocación masoquista, sino que lo hace empujado por una vida intolerable o un peligro emocional latente.
Una infancia difícil puede motivarte a iniciar el viaje que te ayudará a afrontar mejor tu dolor, miedos e inseguridades. Es la paradoja según la cual, haber sufrido puede convertirse en el mejor aliciente para dejar el rol de víctima a un lado y emprender ese camino de transformación que te lleve a convertirte en tu mejor versión.
¿Cómo dar el primer paso?
A partir de la fusión del viaje del héroe y el modelo PERMA de Seligman, que recoge las bases e indicadores del bienestar, puedes elaborar tu propia narrativa heroica teniendo en cuenta algunas claves:
- Acepta el llamado. Joseph Campbell escribió: “esa cueva en la que temes entrar contiene el tesoro que buscas”. Por tanto, comienza a ver los desafíos que te plantea la vida como una invitación a embarcarte en tu viaje personal.
- Comprométete profundamente. Para compensar las cosas que van mal, busca actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien. Así podrás comenzar a experimentar el poder sanador de la alegría y la serenidad.
- Busca apoyo. No tienes que emprender ese viaje solo. Puedes pedir ayuda a un terapeuta, pero también a amigos o personas que han vivido experiencias similares. Solo asegúrate de que esas relaciones no fomenten el victimismo, sino que realmente sean fuente de apoyo y resiliencia.
- Busca el significado. Realiza un trabajo de introspección para descubrir tus puntos fuertes y aquello que te motiva. Intenta encontrarle un significado a lo que te ha ocurrido para que puedas incorporarlo en tu historia vital y sigas adelante. A fin de cuentas, “la felicidad es el resultado de encontrar un propósito significativo en la vida”, como escribiera Viktor Frankl.
- Celebra tus logros. El viaje del héroe suena bien, pero no es fácil ni lineal. Tendrás recaídas, así que asegúrate de celebrar también tus victorias, incluso las más pequeñas. Y cuando te sientas perdido o estancado, pregúntate en qué punto estás y echa la vista atrás para constatar todo lo que has recorrido. Toma un descanso, si lo necesitas, y luego sigue adelante.
Referencias Bibliográficas:
Birnbaum, J. S. (2024) One Surprising Positive of a Rough Childhood. En: Psychology Today.
Rogers, B. A. et. (2023) Seeing your life story as a Hero’s Journey increases meaning in life. J Pers Soc Psychol; 125(4):752-778.
McAdams, D. P. (2019) First we invented stories, then they changed us”: The Evolution of Narrative Identity. Evolutionary Studies in Imaginative Culture; 3(1):1-83.
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