
Las diferencias curiosísimas entre el funcionamiento de zurdos y derechos ha sido un tema recurrente en este sitio. Ahora les traigo a colación un experimento no menos interesante.
Todos sabemos que culturalmente se ha asociado la derecha con la vida, lo correcto, lo bueno y lo positivo mientras que a la izquierda se ha asociado la muerte, lo incorrecto, lo inadecuado y lo negativo. Esta asociación se observa a través del tiempo y en las más diversas culturas, baste recordar que el término «siniestro» (que deriva del latín y significaba originariamente izquierdo) se utiliza para hacer referencia a un suceso negativo y de consecuencias nefastas. Además de que en la Edad Media ser zurdo equivalía a estar poseído por el demonio.
Estas asociaciones, ya sean verdaderas o no, ejercen su influencia en diversos aspectos de la vida como la distribución del espacio en casas e iglesias, las posiciones en que se sientan hombres y mujeres a la mesa, la mano que utilizamos para saludar o para jurar… y seguimos contando. La sociedad y la cultura aportan un sistema simbólico en el que se asienta la dualidad derecha-izquierda y en el que nos vemos insertos sin percatarnos. Pero… esta realidad no es una verdad aceptada por todos, los zurdos comprenden las cosas bajo otra perspectiva.
Recientemente se ha descubierto que los zurdos tienden a asociar la izquierda con lo bueno y lo agradable y la derecha con lo inadecuado y lo desagradable; más allá de la enorme influencia que podría ejercer el contexto cultural.
Casasanto, investigador de la Universidad de Stanford, presentó a los 219 participantes en el experimento un diagrama como el que se muestra en la figura a continuación. El diagrama se explicaba de la siguiente manera: «Ese chico es Bob. Bob hará una visita al zoológico. A él le encantan las cebras pues cree que son buenas, pero le disgustan los pandas y piensa que son malos». El participante simplemente debía dibujar la cebra y el panda en los diferentes recuadros.
El 65% de las personas diestras localizaron las cosas buenas en el recuadro de la derecha mientras que el 77% de los zurdos las situaron a la izquierda. Curiosamente, sólo el 14% de los participantes pensó que su elección tenía alguna relación con su mano dominante. Posteriormente este experimento fue repetido con 100 estudiantes alemanes (con el fin de eliminar cualquier posible influencia cultural) y los resultados fueron casi idénticos: el 71% de los zurdos ubicaba las imágenes consideradas como positivas a su izquierda mientras que el 66% de los derechos lo hacía corresponder con su mano predominante.
Sin embargo, ¿podría esta correlación estar mediatizada por el uso de las manos en el momento de dibujar? Para despejar esta incógnita se diseñó un tercer experimento: en esta ocasión los 87 participantes simplemente debían indicar de forma verbal dónde ubicarían a los animales buenos o malos. En esta ocasión los resultados fueron igualmente contundentes: el 67% de las personas ubicaban los animales buenos según su predominancia manual.
Por si estos resultados aún no fuesen suficientes, a un total de 286 personas se les mostraron imágenes abstractas como las que pueden apreciar en la figura a continuación. Cada participante debía indicar cuál de los dos objetos le parecía más atractivo, inteligente, honesto y feliz. Finalmente debían decidir cuál de los dos objetos comprarían si estuviese en una tienda.
Una vez más, los zurdos prefirieron el objeto colocado a la izquierda y los diestros el objeto ubicado a la derecha. En resumen: la colocación espacial de los objetos incidía en la percepción de las personas de los mismos. Un resultado muy interesante y con amplias repercusiones a nivel de marketing.
El autor del estudio concluye que las experiencias sensorio-motoras, en este caso la mayor facilidad y fluidez de interacción con uno u otro lado del espacio, son suficientes para generar asociaciones estables entre dimensiones concretas como el espacio y conceptos de un alto grado de abstracción, como la bondad, inteligencia o la honestidad.
Así, hipotetiza que las personas manejan dos metáforas mentales para referirse a los conceptos de izquierda-derecha: una referida al uso cultural y del lenguaje y otra que enfatiza en las experiencias corporales. Para las personas diestras no existiría incongruencias entre ambas representaciones pero para los zurdos si, siendo quizás ésta la razón por la cual en los zurdos predomina una orientación más corporal mientras que en los diestros predominaría una orientación cultural en relación con los conceptos y los significados asociados a la derecha y la izquierda.
Los resultados, sin lugar a dudas son interesantes; no obstante, quisiera acotar que nuestra preferencia manual no nos hace zurdos o derechos ya que una buena parte de la población presenta una lateralidad cruzada por lo que considero que el término representación corporal quedaría demasiado holgado para representar este fenómeno que podría estar circunscrito solamente al uso de las manos. No obstante, la mayoría de las personas asumen el uso preferente de una mano u otra como la muestra de que son zurdos o derechos por lo que la explicación quizás también debería buscar correlaciones con nuestras suposiciones.
Fuentes:
Santiago, J. (2009) Diestros y zurdos no ven el mismo lado bueno a las cosas. Ciencia Cognitiva, 3:1, 30-32.
Santiago, J. (2009) Diestros y zurdos no ven el mismo lado bueno a las cosas. Ciencia Cognitiva, 3:1, 30-32.
Casasanto, D. (2009) Embodiment of abstract concepts: Good and bad in right- and left-handers. Journal of Experimental Psychology: General; 138(3): 351-367.
Francisco Javier dice
Lo encuentro interesante, siempre es bueno poder descubrir algo más sobre cómo nos comunicamos y vemos la vida.
Saludos y felicitaciones.
Jennifer Delgado Suarez dice
Francisco Javier, creo que en el mundo de la comunicación y la comprensión humana queda mucho por investigar y mucho por aprender. Solo intento construir una ventana hacia el conocimiento más complejo que existe (al menos para mi): el conocimiento de uno mismo.
Gracias por tus apreciaciones,
Un saludo.
Anónimo dice
Sería bueno citar las fuentes correctamente es decir Julio Santiago de Torres. Facultad de Psicología de Granada.
Las referencias sí son de Daniel Casasanto. Pero esto es un texto extraído de la revista ciencia cognitiva 🙂
Jennifer Delgado Suarez dice
Anónimo:
Si revisa detalladamente el texto de la revista Ciencia Cognitiva (que por demás considero una de las mejores publicaciones que existe en la red de habla hispana) podrá apreciar que en el texto que he presentado existen muchos datos que no se brindan en la misma. Sobre todo los que se refieren a los datos estadísticos, extraidos directamente del artículo en inglés.
No obstante, las imágenes que utilizo si son tomadas de la revista Ciencia Cognitiva.
Siguiendo este link podrá revisar nuevamente el artículo publicado en la revista Ciencia Cognitiva: http://medina-psicologia.ugr.es/cienciacognitiva/?p=63
Mientras que siguiendo este link tendrá acceso al artículo original en inglés: http://apophenia.wdfiles.com/local–files/start/Casasanto-EmbodimentOfAbstractConcepts.pdf
Reciba un saludo y por supuesto, mis reconocimientos al autor del excelente artículo de Ciencia Cognitiva Julio Santiago de Torres de la Facultad de Psicología de Granada.