Solemos pensar que la ropa que usamos no es más que ropa y que los accesorios de moda no son más que complementos pero la realidad es mucho más compleja. La ropa y los accesorios no solo influyen en la imagen que proyectamos ante los demás, convirtiéndose en una especie de «marca de identidad», sino que también pueden influyen nuestros comportamientos y estados de ánimo, haciéndonos sentir más cómodos y seguros o, al contrario, haciendo que nos sintamos inseguros y cohibidos. De hecho, unas simples gafas de sol pueden ir mucho más allá, aunque no seamos conscientes de ello.
¿Cuáles son los efectos psicológicos más comunes que sufrimos al usar gafas de sol?
1. Las gafas de sol nos hacen desconfiar
Psicólogos de las universidades de Toronto y Carolina del Norte idearon un experimento muy interesante: reclutaron a un grupo de personas y les pidieron que se involucraran en un juego económico por ordenador. El truco radicó en que la mitad de ellos debían usar gafas de sol y la otra mitad usaban unas gafas idénticas pero con cristales transparentes que dejaban pasar toda la luz.
Así se apreció que quienes usaban gafas oscuras compartían menos dinero en el juego con el supuesto compañero que se encontraba en otra sala. Y los pocos que compartían el dinero, lo hacían mostrando más desconfianza. ¿Por qué?
Los investigadores piensan que la oscuridad que nos ofrecen las gafas de sol genera un falso sentido del anonimato, es como si pensáramos que unas gafas nos permiten pasar desapercibidos y ocultarnos a los ojos de los demás. De esta forma, podríamos sentirnos menos presionados por las reglas sociales y el código moral, por lo que podríamos ser más propensos a hacer cosas que “a cara descubierta” no nos atreveríamos.
2. Las gafas de sol nos conducen a mentir
Psicólogos de la Universidad de Carolina del Norte y de la Harvard Business School reclutaron a un grupo de personas y les dijeron que estaban haciendo un estudio de marketing para evaluar marcas de gafas de sol auténticas y sus copias.
A continuación, les pidieron que realizaran una serie de tareas matemáticas usando las gafas de sol, y que por cada respuesta correcta les pagarían. Los resultados fueron sorprendentes: el 70% de las personas que creían usar marcas copiadas mintieron para ganar una recompensa mayor, mientras que en el grupo de las personas que creían usar marcas auténticas, solo mintió un 30%. ¿Por qué?
Los investigadores sugieren que la falta de autenticidad de un complemento de moda, un detalle aparentemente tan intrascendente, puede hacer que la persona que las lleva se sienta menos auténtica y, por lo tanto, menos comprometida con sus valores y más propensa a mentir y actuar de manera deshonesta. En fin, que el hecho de sentirse como un fraude puede hacernos más propensos a cometer fraudes.
3. Las gafas de sol nos protegen de la ira
La influencia de las gafas de sol no siempre es negativa. Psicólogos de la Universidad de Chieti-Pescara realizaron un estudio aún más curioso: se acercaban a personas que se encontraban paseando por la playa y les pedían que realizaran un test donde se evaluaba su nivel de ira y amargura.
Descubrieron que las personas sin gafas que caminaban de frente al sol, mostraban niveles más altos de ira mientras que quienes usaban gafas se mostraban más relajadas. ¿Por qué?
Estos investigadores piensan que la respuesta radica en que nuestro estado de ánimo también está determinado por nuestra postura y los movimientos faciales. Por tanto, si caminamos de frente al sol activando los mismos músculos faciales que usamos para expresar la ira, es probable que nuestro cerebro lo perciba como que estamos enfadados. Desde esa perspectiva, unas gafas de sol nos protegerían de este pequeño desliz cognitivo y actuarían como una sonrisa falsa, que nos ayuda a mejorar el estado de ánimo.
Fuentes:
Marzoli, D. et. Al. (2013) Sun-induced frowning fosters aggressive feelings. Cognition and Emotion; 27(8): 1513-1521.
Zhong, C., Bohns, V., & Gino, F. (2010) Good Lamps Are the Best Police: Darkness Increases Dishonesty and Self-Interested Behavior. Psychological Science; 21(3): 311-314.
Gino, F.; Norton, M. I. & Ariely, D. (2010) The Counterfeit Self: The Deceptive Costs of Faking It. Psychological Science; 21(5): 712–720.
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