El retraso mental es una patología más frecuente en el género masculino, en una proporción de aproximadamente 1,5:1. De la misma forma, la prevalencia del retraso mental en la población mundial es de un 1%.
El retraso mental debe manifestarse antes de los 18 años de edad y sus causas son muy variadas, si bien la teoría más generalizada se refiere a que es consecuencia de diversos procesos patológicos que afectan el funcionamiento del sistema nervioso central.
¿Qué es el retraso mental?
El retraso mental implica una capacidad intelectual significativamente inferior a la norma (entendida como un promedio estimado acorde a la edad). Generalmente se acompaña con limitaciones significativas en las áreas de la comunicación, el cuidado de sí mismo, las habilidades sociales e interpersonales, el autocontrol, las habilidades académicas y el desempeño laboral.
La capacidad intelectual general se define mediante el coeficiente de inteligencia (CI) y este se obtiene mediante la aplicación de tests de inteligencia estandarizados como el Wechsler o el Stanford-Binet. Cuando nos referimos a una “capacidad intelectual inferior al promedio”, se entiende un CI por debajo de los 70 puntos.
No obstante, más allá de la presencia de un CI bajo, las personas con retraso mental suelen manifestar incapacidades adaptativas; es decir, tienen problemas para afrontar con eficacia las exigencias de la vida cotidiana.
Obviamente, la capacidad adaptativa puede estar influida por distintos factores, entre los que se incluyen características escolares, motivacionales y de la personalidad, las oportunidades sociales y laborales, así como los trastornos mentales y las enfermedades médicas que pueden coexistir con el retraso mental. De hecho, buena parte de las ayudas terapéuticas pueden incidir y mejorar los problemas de adaptación mientras que el CI cognoscitivo suele mantenerse dentro de ciertos límites ya que el mismo es un atributo mucho más estable a lo largo del tiempo.
Tipos de retraso mental
El retraso mental se manifiesta con diferentes niveles de gravedad:
– Retraso mental leve: CI entre 50-55 y aproximadamente 70.
– Retraso mental moderado: CI entre 35-40 y 50-55.
– Retraso mental grave: CI entre 20-25 y 35-40.
– Retraso mental profundo: CI inferior a 20 o 25.
También se puede hablar de un retraso mental de gravedad no especificada. Un diagnóstico que se brinda cuando existe una clara presunción de retraso mental pero no es posible verificar el CI a través de las pruebas psicodiagnósticas.
Las características del retraso mental varían de una persona a otra
Vale aclarar que las características del retraso mental en relación al comportamiento o las peculiaridades personológicas varían muchísimo. En algunos casos se puede apreciar un comportamiento pasivo y dependiente mientras en otro se manifiesta impulsividad y agresividad. En muchas ocasiones estas conductas están fuertemente determinadas por la incapacidad para comunicarse de manera adecuada con las personas que le rodean.
Finalmente, debe conocerse que la edad y el modo de inicio del retraso mental dependen muchísimo de la etiología y la gravedad intrínseca al trastorno. Por ejemplo, el retraso mental más grave suele reconocerse rápidamente gracias a un fenotipo característico mientras que el retraso mental más ligero suele detectarse cuando el niño entra en la escuela. El curso de esta enfermedad dependerá esencialmente de cuán estimulante sea el ambiente donde se encuentra inserto el niño y de la gravedad del trastorno así como de las enfermedades médicas subyacentes.
Fuente:
APA (2002) DSM-IV-TR: Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Barcelona: Masson.
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