Muchas veces se piensa que sólo las personas que padecen de un trastorno antisocial de la personalidad o aquellos que tienen una lesión cerebral son capaces de desarrollar conductas inmorales extremas. Se dice (casi a manera de excusa) que estas personas son incapaces de experimentar remordimiento y que incluso no pueden sentir empatía. Quizás esta idea nos hace sentir seguros pero lo cierto es que las personas “normales” también pueden presentar conductas inmorales extremas.
¿Qué es una conducta inmoral exactamente?
En primer lugar, debemos partir del hecho de que una conducta inmoral es todo aquel comportamiento que sobrepasa los límites establecidos por un contexto cultural determinado y que causa perjuicios a otra persona o grupo de personas. Solemos creer que sólo las personas “enfermas” o con determinados rasgos de personalidad pueden ser capaces de exhibir este tipo de comportamientos; sin embargo, muchas personas que podrían ser calificadas como empáticas también pueden (en ciertos contextos) comportarse de esta forma. ¿Qué sucede? ¿Cómo es posible que puedan continuar con sus vidas sin afectarse?
La teoría de la desvinculación moral
A responder a estas preguntas acude la Teoría de la Desvinculación Moral que se sustenta en la Disonancia Cognitiva. Festinger, en la década de los años ’50, postuló que las personas tienen una tendencia a mantener una coherencia entre sus pensamientos y acciones; cuando por alguna razón esta coherencia se rompe, experimentamos un estado de Disonancia Cognitiva. En el caso de las conductas inmorales (fundamentalmente debido al costo psicológico que genera el hecho de admitir como propios estos comportamientos) las personas tienden a modificar sus actitudes en aras de hacerlas coincidir con sus conductas.
La Teoría de la Desvinculación Moral, propuesta por Bandura en el año 2002, analiza cómo estas personas pueden resolver la Disonancia Cognitiva cuando exhiben conductas inmorales. No obstante, vale aclarar que la Desvinculación Moral es más bien un mecanismo de resolución de conflictos que facilita la desaparición de la culpa y no una característica de personalidad.
Pero… ¿a través de qué mecanismos se desarrolla el proceso de Desvinculación Moral?
1. Las personas justifican el acto inmoral reestructurando y reinterpretando su comportamiento bajo la óptica de que el fin justifica los medios y, por ende, a la larga el comportamiento inmoral será beneficioso. Esta óptica se basa en un pensamiento utilitario pero también se utiliza el pensamiento comparativo; o sea, la persona compara su comportamiento con las conductas de otras personas, que siempre son aún más deleznables moralmente.
2. Las personas resuelven el conflicto negando o rechazando la responsabilidad individual pues sostienen que con su comportamiento no han tenido la intención de lastimar o violar alguna norma. Las personas que asumen esta justificación se ven a sí mismas controladas por las situaciones externas, pensando que son éstas las verdaderas responsables de su comportamiento.
3. Las personas rechazan las consecuencias negativas de sus actos afirmando que las consecuencias no afectarán directamente a las víctimas ya que éstas incluso podrían obtener beneficios. De más está puntualizar que este tipo de justificación hace que la propensión a cometer actos inmorales aumente de manera superlativa ya que no se percibe la existencia de una víctima.
4. Las personas ponen la responsabilidad en la víctima, quien, en última instancia, los ha impulsado a llevar a cabo el acto inmoral. De esta forma, muchas de las personas que cometen actos inmorales consideran que sus comportamientos son justos pues están asumiendo una actitud responsable al castigar al otro.
5. Las personas deshumanizan a la víctima. Esta estrategia es particularmente utilizada por los líderes que tienen bajo su poder a un gran número de personas (como puede leerse con mayor detenimiento en el artículo: «Los peligros del poder«). Eliminar los rasgos humanos en un proceso de degradación hace que la persona que comete el acto inmoral elimine todo rastro de empatía y posible sentimiento de culpa.
Vale aclarar que un requisito fundamental para que se evidencien estos mecanismos es que la persona perciba que actuó libremente ya que sólo de esta forma podrá vivenciar la Disonancia Cognitiva que le compulsará a resolver el conflicto entre comportamiento y pensamiento.
Fuentes:
Bandura, A. (2002) Selective Moral Disengagement in the Exercise of Moral Agency. Journal of Moral Education; 31: 101-119.
Festinger, L. (1957) A Theory of Cognitive Dissonance. Evanston, IL: Row, Perterson & Company.
Juancho dice
Un articulo muy muy interesante. Lo tendré siempre en cuenta porque la verdad es que esto se utiliza todo el tiempo. En especial el primer mecanismo, se lo ve mucho en personas con adicciones, sobretodo lo he visto en fumadores de marihuana. Algo así es la conversación:
-"Sabias tu que la marihuana hace mal a la salud?"
-"Pero el tabaco dicen que hace peor"
En ningún momento se intento hace una comparación y esta de mas decir que el tabaco también hace mal, pero eso no significa que la marihuana no haga mal. Por supuesto luego siguen las excusas (o mejor dicho,mecanismos de Desvinculación Moral jeje) y hablan de sus beneficios (como si ellos tuviesen cáncer o sida y estuviesen muy débiles por falta de apetito; o dolores crónicos), y como es que consiguen hacer todo mejor en ese estado "volado".
Jennifer Delgado Suarez dice
Juancho,
El mecanismo que citas sería una suerte de racionalización (búsqueda de elementos lógicos que sustenten su conducta) y desvinculación moral de la conducta que se señala como inapropiada. Y, como bien dices, es muy común. Precisamente por ello se afirma que el primer gran paso para recuperar a un adicto es que reconozca su problemática ya que ha establecido mecanismos de negación tan acusados que no desea reconocer el problema.
Saludos
anónimo dice
Mi conocimiento sobre psicológia no va más allá del interes propio de ampliar cultura y como en este caso
buscando respuestas sobre la conducta humana tan compleja en ocasiones ,Esta teoria ,me hace entender el mecanismo de defensa que ha utilizado cierta persona adúltera para justificar sus actos inmorales y crueles ,aún conociendo el daño que ocasionaba ,se consideraba ajeno e incluso la víctima
Jennifer Delgado Suarez dice
Anónimo,
Me alegra que este artículo te haya resultado interesante. Precisamente, el objetivo de este blog es hacer llegar la Psicología a todas aquellas personas que no son profesionales de la psiquis pero que desean profundizar en sus secretos.
arb2000 dice
Excelente artículo.
Realmente ayudan a entender, que no comprender, ciertas actitudes.
Sin embargo discrepo de la opinión de Juancho relacionándolo con la marihuana. De hecho me parece que la respuesta exacta a esa pregunta concreta sería algo así ¿podrías decirme qué mal hace a la salud la marihuana? … y en función de las respuestas argumentarlas (única sustancia de la que no se ha reportado ni una sola muerte por sobredosis o sus efectos nocivos están por demostrar, en tanto en cuanto lo pudieramos comparar con otras sustancias legales como la nicotina, alcohol, comida basura, …)
Volviendo al tema yo asociaría este tipo de conductas con personajes relevantes, poderosos, que no son capaces de medir las consecuencias de sus actos. O eso creía hasta ahora, que resulta lo saben pero se autoengañan. Increible como somos los humanos…
Muy buen artículo. A partir de hoy seguiré este blog pues me ha resultado muy ilustrativo.
Un saludo
Angel
Javier dice
Los políticos son considerados gente normal y sin embargo son capaces de las mayores bajezas y ser los más ruines del planeta. Son capaces de crear guerras (y asesinar a millones de personas) para satisfacer su ego o llenarse el bolsillo. En españa, por ejemplo, tenemos a los políticos del PP que robaron los zumos a un banco de alimentos para ofrecérselos a los periodistas. En Sanlucar de Barrameda. Cuando les pillaron alegaron que "fué un error". No sólo roban ganando miles de euros al mes, sino que roban a los más pobres. ¿Habeis visto alguna vez semejante ruindad? Pues esa gentuza es considerada normal. Incluso buena gente. Pero sólo por otgra gentuza ladrona, mentirosa y explotadora, como banqueros o grandes empresarios.
Jennifer Delgado dice
Ángel,
Ante todo, bienvenido al blog, espero que disfrutes la lectura de los artículos 🙂
Creo que Juancho se refería a que la comparación entre la marihuana, el tabaco o incluso la bollería industrial, no es una razón de peso para argumentar por qué la consumimos.
Creo que lo importante es no inventarnos excusas sino asumir que tomamos ciertas decisiones simplemente porque nos gusta, porque nos hace sentir bien. Creo que la honradez para consigo mismo es fundamental, no autoengañarnos.
Jennifer Delgado dice
Javier,
Así nos va en España. No obstante, considero que aún peor del hecho de que los políticos cometan actos tan deleznables como el que comentas, es el hecho de que muchas personas del pueblo los pasen por alto y que no haya un sistema jurídico que castigue o corrija esos comportamientos 🙁
Luis Tovar dice
Gracias por el artículo. Me ha parecido muy instructivo y bien explicado.
A mi modo de ver, estos mecánismos psicológicos explicarían cómo conseguimos evitar que afrontemos nuestra responsabilidad frente a lo que les hacemos a los demás animales. Los utilizamos para servirnos de comida, de vestimenta, de entretenimiento, y otros fines, a costa de cercenar su libertad y de destruir sus vidas. Hacer lo mismo con seres humanos se considera esclavitud y asesinato.
No hay ninguna diferencia moral entre explotar a seres humanos o explotar a otros animales. Todos igualmente sentimos y tenemos los mismos intereses básicos. ¿Cómo es que tanta gente continúa comiendo y explotando animales a pesar de ser consciente de todo el daño y sufrimiento que causa? Si no son puros psicópatas – y no considero que lo sean – entonces este artículo debe tener razón.
Es cierto que hay mucha gente que jamás se ha cuestionado o reflexionado sobre este tema, especialmente aquellos cuya relación con los demás animales se limita a comprar cadáveres o secreciones animales en el supermercado. Me refiero concretamente a las reacciones de muchas otras personas cuando se les enfrenta este problema.
Un saludo.
Jennifer Delgado dice
Luis,
Has tocado un tema con el que me siento particularmente identificada. Como bien dices, hay personas que ni siquiera se han planteado esta cuestión porque para ellos ciertos comportamientos son tan "normales", que no piensan que exista una alternativa.
Por otro lado, están aquellos que en algún momento se lo han planteado pero han recurrido a "racionalizaciones" para explicar su comportamiento y continuar sintiéndose bien consigo mismos sin tener que cambiar nada.
Igor Sanz dice
Muy interesante el artículo, Jennifer, y muy acertados igualmente los dos últimos apuntes que habéis destacado tanto tú como Luis.
Tanto ahora al describir la moral como unas limitaciones de conducta establecidas culturalmente, como ahora al notar lo mucho que es aceptado automáticamente es entendido socialmente como “normal”, creo que estarías probablemente tocando el que podría ser un método más de desvinculación moral, que sería la aceptación de actos inmorales por la simple apelación a lo establecido. La cuestión de los animales nohumanos, de hecho, vendría a ser el ejemplo más representativo de ello.
La moral, en realidad, se fundamenta en la lógica y se determina a partir de la aplicación de ésta a los hechos empíricos y objetivos. La esclavitud humana no es más inmoral hoy de lo que lo era hace 200 años, pero el reconocimiento de tal condición sí está hoy más extendido que entonces. E, igualmente, la explotación de nohumanos es ahora tan inmoral como lo será dentro de 200 años, pero se ignora este hecho apelando a su “normalidad” (entre otras cosas).
Un saludo.