
Dios favorece la humildad y el humanismo, o al menos eso es lo que nos han enseñado en una sociedad de moral judeo-cristiana, pero… ¿cómo? ¿cuáles son los mecanismos?
En la Universidad de Columbia se ha indagado sobre el efecto de Dios en el egoísmo y el comportamiento prosocial.
El estudio primeramente le ha suministrado a los 50 participantes un test de oraciones desorganizadas. Para aquellos que no conocen en qué consiste la prueba se las resumo: a las personas se les pide que pongan en un orden lógico las palabras que le brindan para formar una frase que tenga sentido. Pero las palabras se brindan con un objetivo específico: que la persona evoque determinados conceptos y poder crear un priming.
En la investigación a la mitad de las personas le suministraron palabras que evocaban el concepto de Dios: espíritu, divino, Dios, sagrado, profeta… A la otra mitad de los participantes se le proporcionaron palabras neutras.
Después de cuplimentar esta primera tarea cada participante jugó una versión del Dictator Game, un juego muy utilizado en las investigaciones psicológicas.
Este juego provee las siguientes instrucciones: “Has sido elegido como consultor en esta tarea de “toma de decisiones” económicas. Encontrarás diez dólares en monedas. Puedes tomar todas las monedas que desees conociendo que aquellas que dejes, en caso de que dejes algunas, las tomará otro participante que no conoces”.
Para liberar a las personas de la posible presión social les aseguraron que sus decisiones serían confidenciales y que su identidad sería desconocida por la persona que eventualmente podría recibir las monedas.
Los resultados mostraron que aquellos que tenían el priming del concepto de Dios dejaban más monedas a beneficio de los extraños. ¿Por qué?
Los autores del estudio proponen dos posibles explicaciones:
1. Activación de representaciones: en esencia esta teoría asevera que el priming de un concepto como el de Dios activa una serie de representaciones que aumentan la posibilidad de una planificación y un comportamiento coherentes con esta representación. En otras palabras: las personas asocian el concepto de Dios con la benevolencia, la humanidad… y esto haría que fuesen más caritativos para con las demás personas.
Entonces no puedo evitar una asociación con un estudio precedente donde los investigados también debían someterse a un juego financiero. Las personas que realizaban la tarea en una habitación donde estaba a la vista un maletín clásico de negocios se comportaban de manera más ávida y competitiva que aquellos que cumplimentaban la tarea en una estancia donde se dejaba entrever una mochila.
Así, probablemente cualquier objeto o entidad podría variar sustancialmente nuestros comportamientos en tanto activan representaciones diversas que median nuestra toma de decisiones actuando como un priming muy efectivo.
2. El ojo divino: independientemente del poder del priming, en el caso específico de la figura de Dios, las personas realizarían una asociación inmediata con una presencia omnipresente que observa sus acciones. En palabras sencillas: con un par de ojos al dorso todos nos comportamos mejor.
Por supuesto, los comportamientos diversos entre los participantes de la investigación también podrían deberse a una mezcla de ambas explicaciones. Tenemos una tendencia a comportarnos de mejor manera porque tenemos activadas determinadas representaciones mentales que nos inducen a optar por aquellas decisiones más humanitarias mientras que a la vez imaginarnos el control divino, actúa como un regulador muy eficaz del comportamiento.
Fuente:
Shariff. A. F. & Norenzayan, A. (2007) God Is Watching You. Priming God Concepts Increases Prosocial Behavior in an Anonymous Economic Game. Psychological Science; 18(9): 803-809.
Deja una respuesta