10 Libros sobre la diversidad y la tolerancia para niños

“La belleza del universo no es sólo la unidad en la variedad, sino también la diversidad en la unidad”, dijo Umberto Eco. Por desgracia, cuando el mundo cambia demasiado rápido, como está ocurriendo ahora y como ya ha sucedido en el pasado, se pierden las certezas y nos aferramos a lo que conocemos, a lo que es igual que nosotros. Así nos volvemos intransigentes e intolerantes.

Sin embargo, si queremos vivir en un mundo abierto donde cada voz sea escuchada y en el que la diversidad no reste puntos sino que sume, es fundamental educar a los niños en el respeto a la diversidad y la tolerancia.

La tolerancia nos beneficia a todos

El anarquista Mijail Bakunin nos dehó una pista en el siglo XIX cuando dijo: “Yo soy libre solamente en la medida en que reconozco la humanidad y respeto la libertad de todos los hombres que me rodean”. Eso significa que la tolerancia no es simplemente algo que se pone en práctica con los demás sino que puede actuar como un boomerang. Todos somos diferentes y, por ende, potenciales víctimas de la intolerancia. Si sembramos intolerancia, intolerancia recibiremos, como muestra este conmovedor discurso del pastor Luterano alemán Martin Niemöller:

«Primero vinieron a buscar a los socialistas, y yo no dije nada, 

Porque yo no era un socialista. 

Luego vinieron para los sindicalistas, y yo no dije nada, 

Porque yo no era un sindicalista. 

Luego vinieron a buscar a los judíos, y yo no dije nada, 

Porque yo no era judío. 

Luego vinieron a buscarme, y no quedó nadie para hablar por mí.»

Para transmitir a los niños valores como la tolerancia a lo diferente, no hay nada mejor que los libros. A través de los libros infantiles sobre la diversidad los niños acceden a un universo en el que se sienten más cómodos, pueden identificarse con los personajes y van moldeando su mente, de manera que luego pueden convertirse en personas más abiertas, tolerantes y respetuosas.

Libros sobre la diversidad para niños para educar en la tolerancia y la aceptación de lo diferente

Este libro infantil ya se ha convertido en un clásico para trabajar la diversidad. Su historia es tan sencilla como iluminadora y sus ilustraciones minimalistas no se quedan atrás. Sin duda, cuando el mensaje es importante, no hacen falta tantas palabras.

 

Sus protagonistas son figuras geométricas, todos son círculos, excepto un pequeño cuadrado. Todos juegan felices hasta que llega la hora de regresar a casa. Entonces surge un problema: “Cuadradito” no puede entrar porque la puerta es redonda. El pequeño cuadrado se estira, se tuerce, se dobla… pero nada funciona.

 

Sus amigos redonditos le animan desde dentro: “Sé redondo”. El pequeño cuadrado lo intenta con todas sus fuerzas pero no lo consigue. Sus compañeros continúan instándole: “Te lo tienes que creer”. “Cuadradito” se repite a sí mismo “soy redondo, soy redondo…” pero no resulta. En su empeño por lograr que su amigo entre con ellos, los “Redonditos” incluso proponen recortar las esquinas a “Cuadradito”, pero el pequeño cuadrado no se deja, asustado por el dolor que le supondría.

 

Finalmente, los pequeños círculos llegan a la conclusión que el problema no es su amigo cuadrado, sino la puerta, por lo que le recortan “cuatro esquinitas de nada” que harán posible que “Cuadradito” pueda entrar. Este cuento para trabajar la diversidad le enseña a los niños que a veces, aunque nos esforcemos por ser como los demás, siempre hay algo que nos hace distintos. Y eso no debería ser un problema.

 

 

Este libro también es otro clásico para abordar las diferencias y la discapacidad. Su lección de fondo es valiosísima, no solo para los niños sino también para los adultos: a veces nos centramos demasiado en el problema, hasta el punto que los árboles nos impiden ver el bosque, cuando sería mucho mejor destinar nuestra energía a buscar una solución para las dificultades que nos aquejan. Este libro nos enseña que llorar sobre la leche derramada no tiene mucho sentido.

 

El protagonista es Lorenzo, un niño pequeño que desde siempre ha arrastrado consigo un cazo. Ese cazo le causa imnumerables problemas, lo obstaculiza y hasta hace que se atasque. Como resultado, Lorenzo se enfada a menudo y llora, no quiere saber nada del mundo que le ha condenado a llevar ese cazo.

 

Sin embargo, un día encuentra a una persona que le enseñará a usar su cazo adecuadamente, para que no le cause tantos problemas. Esa persona le enseñará a ver el lado positivo de la vida y aprender a convivir con ese cazo que lo hace tan especial.

 

 

Lo confieso, me encantan los libros de Oliver Jeffers, no puedo sino enamorarme de sus trazos tan sencillos y, aún así, enormemente expresivos. Y sus giros de humor también sorprenden, por lo que este libro no defrauda. Es un cuento con valores ideal para reflexionar con los niños sobre la identidad personal y la identidad de grupo, así como para enseñarles que es importante seguir el propio camino aún a riesgo de que les etiqueten de diferentes. Este cuento sobre la diversidad cultural les enseñará que aspirar a algo diferente no es malo, al contrario, podría ser divertido e incluso aportar valor al grupo.

 

La historia versa sobre los Huguis, unos personajes muy especiales porque son todos iguales, no solo tienen el mismo aspecto sino que también piensan lo mismo y tienen los mismos gustos. Al menos aparentemente, porque un día a uno de ellos se le ocurre diferenciarse un poco.

 

A Ruperto, que es como se llama el personaje principal, se le ocurre la idea de tejerse un precioso jersey nuevo. Aquello escandalizó a los Huguis. ¡¿Cómo se atrevía a ser diferente?! Todos lo criticaron. Al inicio, porque luego, poco a poco se fueron sumando a la idea y, se tejieron sus propios jerséis para ser diferentes de los demás. Cuando cada uno tuvo su jérsey, ya no había nadie igual. Sin embargo, ¿basta un jérsey para ser diferentes? ¿Volverán a ser todos iguales?

 

 

Este libro es simplemente fantástico, un cuento con valores que todos los niños pueden releer varias veces a lo largo de su infancia pues toca temas sensibles como sentirse diferentes y marginados, abordando además el acoso escolar. No obstante, su mensaje final es muy positivo ya que nos anima a aceptar lo que nos hace únicos, ser capaces de reírnos de nosotros mismos y, sobre todo, no acomplejarnos por los supuestos “defectos”.

 

Este libro infantil sobre la diversidad comienza con dos niños, Hugo, quien sufre tartamudez, y Bernardo, que tiene dislexia. A ambos, el matón de la clase les hace la vida imposible y les cataloga de “raros”. Entonces a los dos amigos, hartos de esa situación y necesitados de consuelo, se les ocurre una idea brillante: fundar un club donde se sentirán menos solos y más seguros.

 

Sin embargo, su sorpresa es mayúscula cuando descubren que no son los únicos que quieren formar parte de “El Club de los Raros”. Poco a poco los otros niños de su clase van reconociendo las cosas que los diferencian de los demás y piden sumarse al club. Al final, incluso el matón quiere unirse a ellos. Entonces todos comprenden que lo «normal» es ser «raro». Aunque en ese punto de la historia ya nadie es raro porque todos se aceptan como son.

 

En Francia, el miércoles es el día de los niños, un día que se destina a la diversión. Esa es la razón por la que este libro se titula “Miércoles”. Su éxito ha sido tal que, de la mano del programa Primeras Páginas, el Estado se lo regaló a todos los padres primerizos. De hecho, más allá de su historia, lo verdaderamente interesante es cuántas reflexiones despierta cuando se cierra el libro.

 

“Miércoles” versa sobre dos amigos, Redondelito y Gran Cuadrado, que se reúnen precisamente el miércoles para jugar a su juego favorito: crear diferentes cosas transformando figuras geométricas.

 

Primero, convierten un cuadrado en una mariposa y luego en una cometa. Más tarde, el círculo se transforma en una flor y en un hongo. Sin embargo, Redondelito no podía jugar tan bien como Gran Cuadrado, así que un día, después de una discusión, deciden cambiar las reglas del juego. Ahora combinarán sus formas para construir otras figuras juntos. Todo es posible si trabajan y se divierten juntos. Las posibilidades son ahora infinitas y ya no importa quién es el más grande o quién puede convertirse en más cosas.

 

Este libro les enseña a los niños la importancia de trabajar juntos y ayudar a quienes están en desventaja. También les enseña que muchas veces en la unión está la fuerza y que en ocasiones las diferencias son las que aportan más valor.

 

 

Es simplemente libro fantástico que aborda la sensación de ser diferentes y no encajar en el mundo. También enseña a los niños cuánto pueden llegar a dañar las burlas de los demás, sobre todo cuando estos no aceptan la diversidad y no son tolerantes. Se trata de una auténtica obra maestra sobre el respeto a las diferencias y la búsqueda de la identidad, un tema central en la infancia tardía.

 

Este libro infantil sobre la diversidad se inspira en unos pajarracos, unos bichos raros que causan extrañeza en los demás. Por eso, muchas veces se burlan de ellos, y como esas burlas les afectan bastante, intentan pasar desapercibidos.

 

Tal es el caso del protagonista del libro, un ave invisible con la que los niños se identificarán rápidamente. El problema es que todos se burlan de ella, por lo que intenta desesperadamente ser igual que los demás y busca ideas para lograr que su plumaje pueda tener color.

 

 

Este libro también se ha convertido en un clásico para trabajar la diversidad vendiendo millones de copias en todo el mundo, lo cual no es extraño ya que sus ilustraciones son estupendas y su mensaje muy profundo. Trata sobre la importancia de tener un mundo arcoiris, más que una realidad monocolor, pero también sobre la necesidad de aceptarse a uno mismo, así como descubrir eso que nos hace especiales y que podemos aportar a los demás.

 

Este cuento versa sobre Elmer, un elefante que no es gris como todos los demás sino de colores. Tiene la capacidad de hacer reír a todos los demás elefantes y todos le quieren mucho, pero Elmer un día piensa que todos se reían de él porque era diferente. Entonces se le mete entre ceja y ceja ser como los demás y esa misma noche, antes de que todos se despierten, se pinta de gris.

 

Cuando llegó a la manada, ningún elefante lo reconoció y los vio tan serios que no pudo aguantarse más y comenzó a reírse dándoles un gran susto. En ese momento empezó a llover y Elmer volvió a ser como era antes, de colores. El elefante más viejo de la manada decidió que esa había sido la broma más divertida que se había hecho y que todos los años se celebraría el día de Elmer: todos los elefantes se pintarían ese día de colores y Elmer de color elefante.

 

 

Este libro infantil es todo un clásico que data de 1922, pero no ha perdido ni un ápice de actualidad. De hecho, es uno de esos libros infantiles que merece un puesto de honor en la biblioteca de los niños.

 

“Hubo una vez un conejo de peluche, y en principio fue realmente espléndido. Era gordo y rechoncho, como debe ser un conejo”, comienza el libro. Sin embargo, siguiendo la línea de Pinocho, el peluche decide que quería convertirse en un conejo real. Y lo consigue.

 

El conejo está muy contento pero cuando llega al bosque, los otros conejos se burlan de él porque es diferente y le despreciaban, hasta el punto de dejarlo solo. Sin embargo, ¿qué pasaría si todos se burlaran del que es distinto? También los juguetes de cuerda se ríen de él porque no tiene un mecanismo complicado y le desprecian. Pero al final, ¿quién se ganará el cariño del niño?

 

 

Hay una ciudad donde absolutamente todo es de color azul, hasta los lobos. Sin embargo, los lobos no solo son del mismo color sino que siempre hacen las mismas cosas a la misma hora y siguiendo los mismos hábitos.

 

Un buen día, a aquella ciudad monocromática llega un lobo rojo en una bici roja. Obviamente, el recién llegado desconcierta a toda la ciudad. Y encima de todo, el lobo rojo es alegre, se ríe continuamente y sabe silbar de mil modos distintos. ¡Jamás se ha visto algo así! ¿Los lobos azules se desharán de un tipo tan raro o acabarán contagiándose de sus extrañas costumbres?

 

Este extraordinario libro infantil sobre la diversidad es ideal para abordar temas como la inmigración y la tolerancia a las diferencias. También habla sobre cómo el inconformismo puede conducir a la felicidad y de cómo, tras un normal periodo de incertidumbre e inseguridad, lo mejor es aceptar la diversidad como parte de la nueva norma.

 

 

Sus ilustraciones son fascinantes, generan una especie de nostalgia mientras cautivan nuestra atención. Y están acompañadas de una excelente historia con varios giros divertidos.

 

El libro versa sobre unas abejas que viven en una colmena donde cada vez hay menos espacio. Las abejas están hartas de trabajar tan apretujadas, sin «espacio para hacer un sudoku, jugar al parchís o a las damas«. Así que deciden investigar la situación.

 

Tres abejas arquitectas son las encargadas de resolver el enigma. Después de trabajar noche y día, sin descanso, llegan a la conclusión que la falta de espacio es porque hay una abeja de más en la colmena.

 

En este punto se desata una histeria colectiva. Las abejas se preguntan: ¿será extranjera?, ¿será inmigrante?, ¿y si trae enfermedades?, ¿quizás me quiere robar el trabajo? Proponen diferentes métodos para encontrar a la abeja que sobra, pero ninguno funciona. Mientras tanto, el desorden crece y crece. Por suerte, la abeja reina interviene y les hace ver que todas son abejas, y que no sobra ninguna, sino que falta un dormitorio en la colmena.

 

Se trata de una excelente historia que resalta valores como la convivencia y la tolerancia, con un mensaje de solidaridad pero sin caer en la lección moralizante. Un libro infantil imprescindible para los tiempos que corren.