El tema de las personas geniales se ha convertido en la actualidad en un ámbito polémico desde la misma concepción del término hasta la caracterización de sus diversas peculiaridades. Se considera un genio: “a una persona que hace un aporte creativo de gran envergadura sobre un área del conocimiento y que alcanza un reconocimiento de la comunidad científica”, mostrándose como una extensión más avanzada de la superdotación, el talento y la creatividad. Los genios son personas que rompen el marco de lo ya existente, creando obras completamente novedosas, creativas y avanzadas que transforman el campo del saber al que pertenecen.
Sin embargo, al contrario de la creencia popular, no se nace siendo genio; los genios se desarrollan. Y es que para ser genio no basta con que la predisposición biológica y con tener determinadas aptitudes; también es necesario un medio cultural que sea desarrollador. Así, en la genialidad coinciden un cúmulo de factores: la existencia de aptitudes, un talento especial, mucha fuerza de voluntad, la capacidad de proyectarse al futuro, la flexibilidad y divergencia del pensamiento y el desarrollo de una imaginación ajustada a la realidad. Sin embargo, un entorno cultural que fomente la motivación y brinde oportunidades para expresar las creaciones resulta un aliciente imprescindible.
Los genios son personas con una notable imaginación, creatividad, perseverancia y una gran confianza en sí mismos, lo que los impulsa hacia la persistencia en las tareas que se proponen; sin embargo, los genios no siempre poseen estrategias de afrontamiento asertivas ante las situaciones frustrantes. La existencia de una gran auto-confianza también implica que la frustración sea menos esperada y por lo tanto, estas personas podrían desarrollar mecanismos menos efectivos para afrontarla.
Los genios son personas con una notable imaginación, creatividad, perseverancia y una gran confianza en sí mismos, lo que los impulsa hacia la persistencia en las tareas que se proponen; sin embargo, los genios no siempre poseen estrategias de afrontamiento asertivas ante las situaciones frustrantes. La existencia de una gran auto-confianza también implica que la frustración sea menos esperada y por lo tanto, estas personas podrían desarrollar mecanismos menos efectivos para afrontarla.
En los genios la frustración generalmente no viene dada por la presencia de obstáculos en el camino de la creación sino por la inconformidad con lo creado; cuando su obra no se halla a la altura de sus exigencias personales (que suelen ser muy elevadas). En muchos casos los estados frustrantes se hallan precedidos por crisis emocionales que generalmente producen estados de estancamiento en el proceso de creación.
Sin embargo, lo que hace diferente a estas crisis de las dificultades vivenciadas del resto de las personas es que detienen sólo momentáneamente la actividad creativa, pues posteriormente ésta resurge con nuevos bríos, como por ejemplo en el caso de Verdi, quien luego de componer Oberto, compuso una serie de malas músicas que lo sumieron en la desesperación para luego componer Nabucco; callando nuevamente y sintiéndose incapaz de escribir óperas mejores hasta que dio a la luz a Otelo, su ópera más grandiosa. El panorama literario y artístico está lleno de otros tantos ejemplos.
En fin, que quizás el proceso de frustración de los genios nos pueda conducir a una nueva perspectiva en su comprensión: no siempre constituye un obstáculo en el camino de la creación, sino que por el contrario, en ocasiones puede vestirse con las ropas de las mejores musas.
Fuente:
Lorenzo, R. & Martínez, M. (2003) ¿Talento, precocidad, superdotado o genio? En: Inteligencia, creatividad y talento. Debate actual. Cuba: Editorial Pueblo y Educación.
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