Vivimos en una sociedad altamente competitiva. Como resultado, solemos confrontarnos a cada momento y prácticamente en todas las esferas. Nos comparamos con nuestros vecinos, amigos, otros profesionales e incluso con los famosos. Sin embargo, esas comparaciones suelen hacer más daño que bien, sobre todo porque siempre existirá un área en la que llevemos la peor parte. Siempre encontraremos a alguien más exitoso, habilidoso o atractivo. En cambio, en japonés, existe una palabra que puede actuar como antídoto ante esa manía de compararnos: oubaitori.
El precioso significado de oubaitori
Oubaitori se escribe «桜梅桃李» en japonés. Lo interesante es que cada carácter representa individualmente una flor diferente: cerezo, albaricoque, melocotón y ciruela.
Estos árboles florecen en primavera, una estación que se convierte en un maravilloso espectáculo de colores en Japón, inundando el paisaje con sus tonos rosa, malva, rubor y blanco. A menudo, estos árboles crecen muy cerca, pero cada uno florece siguiendo un orden, una forma y un momento específico.
Todos aportan algo único al paisaje. Cada uno lo embellece a su manera. Por eso, la palabra japonesa oubaitori encierra la noción de la no comparación. Aunque todos esos árboles producen flores preciosas que maduran hasta convertirse en frutos jugosos, oubaitori celebra la singularidad de cada uno de ellos. Por tanto, ni sus flores ni sus frutos son comparables.
Oubaitori es un concepto japonés que retoma esta idea y la aplica a las personas.
Cada flor, que crece siguiendo su ritmo, con sus propios colores, aromas y frutos finales, es un recordatorio permanente de que todos estamos siguiendo un viaje único en la vida. Eso significa que no tiene sentido compararnos con los demás sino que es mucho mejor enfocarnos en nuestro crecimiento y valorar lo que nos hace especiales.
Así como las flores crecen de manera diferente, las personas también se desarrollan de distintas maneras. Todos somos distintos. Tenemos diferentes habilidades y pasiones. Seguimos caminos diversos. Tenemos objetivos diferentes. Y debemos estar orgullosos de lo que nos hace únicos.
Los beneficios de abrazar el oubaitori
Theodore Roosevelt dijo que “la comparación es el ladrón de la alegría”. Cuando nos comparamos con los demás solo podemos ver las cosas desde nuestra experiencia. Asumimos una perspectiva estrecha porque no tenemos la imagen completa del viaje que ha realizado la otra persona y probablemente ni siquiera conocemos bien su realidad como para establecer patrones de comparación objetivos.
Todos comparten únicamente lo que quieren que los demás vean, de manera que cualquier comparación termina siendo sesgada. Eso puede hacer que nos juzguemos con demasiada severidad o que incluso nos menospreciemos ya que en la mayoría de los casos terminamos comparándonos con imágenes idealizadas o, en el mejor de los casos, sesgadas.
Practicar el oubaitori, en cambio, nos permite salir del bucle de las comparaciones tóxicas. Hará que nos sintamos mucho más seguros, más felices y probablemente aumentará la confianza en nuestras capacidades.
Lejos de desanimarnos porque no hemos podido llegar tan lejos como los demás, podemos sentirnos empoderados por haber llegado tan lejos como hemos podido. Ese cambio se produce porque dejamos de mirar fuera para valorar nuestra historia vital. Tenemos en cuenta nuestro punto de partida y los recursos con los que hemos contado para realizar nuestro viaje.
El concepto de oubaitori, por tanto, también puede servir como un potente motor impulsor. Nos anima a mejorar cada día partiendo del único patrón de comparación posible: nosotros mismos.
Los 5 pasos para practicar el arte de oubaitori
- Sé consciente de tu diálogo interior. Para practicar el oubaitori primero tienes que detener esa tendencia casi automática a compararte con los demás. Por consiguiente, necesitas mantenerte atento a tus pensamientos, en especial a las críticas destructivas que provienen de las comparaciones.
- Trátate con amabilidad. El oubaitori no implica únicamente dejar de compararte, sino también ser consciente de tu unicidad. Por tanto, debes aprender a tratarte con más amabilidad, recordándote tus fortalezas, capacidades y logros en vez de vapulearte incesantemente por tus errores.
- Cultiva el hábito de la gratitud. Llevar un diario de la gratitud o recordar cada día tres cosas por las que te sientes agradecido te ayudará a cambiar la perspectiva y centrarte más en ti mismo y todo lo que la vida te ha dado o has alcanzado, en vez de mirar incesantemente a los demás. Así podrás ser mucho más positivo y no te juzgarás tan duramente.
- Enfócate en tus potencialidades. En lugar de quejarte por lo que te falta, debes aprender a capitalizar tus fortalezas. Depende de ti usar esas capacidades para aprovechar las oportunidades que te da la vida. Ese cambio de perspectiva te aportará una mayor motivación para seguir adelante y alcanzar tus sueños.
- Usa el éxito de los demás como motor impulsor. Si ellos pueden hacerlo, ¿por qué tú no? Naturalmente, encontrarás barreras, obstáculos y desafíos a lo largo del camino, pero puedes usar los logros de los demás como una fuerza impulsora. No compares sus éxitos con los tuyos, simplemente úsalos como elementos motivadores para esforzarte más y creer más en ti.
Abrazar el concepto filosófico del oubaitori, en definitiva, nos permite desarrollar una mentalidad más positiva, nos ayuda a ser más felices y abre la puerta al crecimiento personal. Es un cambio que vale la pena.
Inés Dabe dice
Cuando alguien fracasa en suvtrabajo o en sus estudios en Japón, se suicidan. ¿ cómo se comprende el oubatori?
Jennifer Delgado dice
Hola Inés,
En otro artículo hice referencia a tu pregunta. Como muchos conceptos filosóficos, hay quienes lo llevan al extremo. El tema de los suicidios en Japón está más vinculado con el concepto de gaman, que también tiene un lado más «oscuro».