Hace algunos años la homosexualidad era considerada una enfermedad mental; usualmente a su carga patológica se le sumaba la problemática moral y social. Así, los centros psiquiátricos acogieron a muchas personas cuyo único “problema” era sentirse atraídos por personas del mismo género. En un intento de “curar” la homosexualidad, se utilizaron los tratamientos más diversos, uno de ellos fue la terapia aversiva.
La terapia aversiva es un tratamiento psiquiátrico en el cual el paciente se expone a dos estímulos de manera simultánea: uno de ellos es la actividad o estímulo que se desea erradicar y el otro es un estímulo que provoca cierto grado de displacer o incluso dolor. Vale aclarar que los orígenes de este tratamiento se fundamentan en los experimentos de Pavlov pero en la actualidad no se utiliza, al menos en los países occidentales; si bien se prohibió hace tan solo cuatro años. Este tratamiento no era utilizado únicamente para “curar” la homosexualidad sino también para combatir la pedofilia o para eliminar hábitos infantiles tan inocuos como chuparse el dedo o para dejar de fumar y beber.
Pero sin lugar a dudas esta terapia fue ampliamente utilizada para curar la homosexualidad, usándose los más diversos estímulos aversivos. Por ejemplo, el caso más conocido proviene del 1962 cuando el joven capitán Gerald William Clegg-Hill fue arrestado en Southampton y sentenciado a seis meses de terapia aversiva. Pasados tres días el capitán murió, los doctores que atendieron el caso afirmaban que su muerte se debió a causas naturales pero un examen realizado 30 años después confirmó que la causa de la muerte fueron una serie de convulsiones que le produjeron un estado comatoso, resultado de las inyecciones de apomorfina, un fármaco que produce fuertes vómitos.
Así, la terapia consistía en mostrar fotografías de hombres desnudos seguidas de inyecciones de apomorfina que le provocarían violentos vómitos. De esta manera, el capitán asociaría las náuseas y los vómitos con la homosexualidad, haciendo que ésta se convirtiese en una idea repugnante que lo condujese a cambiar su orientación sexual.
En el año 1965 se produjo otro caso que llegó a los medios de la mano de la BBC, el de Peter Price, un joven que fue enviado a un hospital psiquiátrico en Chester para que se tratase su homosexualidad. En esta ocasión los doctores decidieron combinar las imágenes de hombres desnudos con electroshock y diferentes drogas de potentes efectos secundarios.
Pero al mismo tiempo, otros jóvenes eran sometidos a tratamientos idénticos; como es el caso de Colin Fox, que ingresó por voluntad propia en un hospital de Manchester para intentar encajar en las expectativas de su familia y olvidar sus impulsos homosexuales. También en este caso el electroshock fue el estímulo aversivo que se unía a la presentación de imágenes de hombres en poses eróticas.
En la actualidad no se conoce cuántas personas se expusieron (de manera voluntaria o no) a este tratamiento que llegaba a ser altamente doloroso pero se conoce que era muy usual en la década de los ’50 y los ’60, sobre todo en los institutos de salud mental militares.
Según un informe realizado en el año 1987 por la American Medical Association, este tipo de terapia se comenzó a utilizar en el año 1935. En aquel momento al paciente se le pidió que fantaseara con hombres mientras recibía las descargas eléctricas. Después de cuatro meses el doctor consideró que el tratamiento había tenido un 95% de éxito.
En otro experimento realizado en el 1967, a los hombres se les propiciaba una dosis de tetosterona mientras le mostraban videos de hombres desnudos de forma que pudiesen excitarse y provocar una vez más el estímulo doloroso o desagradable. En esta ocasión se sometieron al tratamiento un total de 43 hombres, pero se reveló que en el 31% de la muestra no fue efectivo.
Vale aclarar que muchas de las personas que suministraban estos tratamientos probablemente actuaban de buena fe (si bien no puede excluirse que existieran algunos particularmente propensos al sadismo). En aquel tiempo ellos consideraban que el tratamiento era un mal menor para aliviar un mal mayor; compartiendo la cognición social que afirmaba que la homosexualidad era una enfermedad como la esquizofrenia, no es extraño que se aplicasen los mismos tratamientos, el electroshock.
En resumen, páginas negras de la historia de la Psicología y la Psiquiatría que estaban motivadas por el desconocimiento científico y la adopción de los estereotipos sociales.
Fuentes:
D’Silva, B. (Agosto, 1996) When gay meant mad. En: The Independent.
(Agosto, 1996) Dark Secret: Sexual Aversion. En: BBC.
Council on Scientific Affairs of the American Medical Association (1987) Aversion therapy. Journal of the American Medical Association; 258(18): 2562-2565.
Macculloch, M. J. et. Al. (1967) Aversion Therapy in Management of 43 Homosexuals. British Medical Journal; 2: 594-597.
hil_Jessi dice
muy buena informacion y muy bien explicado, me hubiera gustado tener esta fuente antes cuando la necesitaba para una exposicion. pero ahora me ha dejado mas claro la terapia aversiva.
José Luis Gonzalo Marrodán. dice
Feliz 2011 para todos y en especial para ti, Jennifer. Salud para todos!! Hace tiempo que no dejo huella con algún comentario, aunque sigo puntualmente tus interesantes y variados, y magníficamente documentados, artículos.
Menos mal que ya esta superada por la comunidad científica (exceptuando algunos fanáticos) esta idea de la homosexualidad como enfermedad. Y se han dejado de realizar estas "curas" que atentan contra los derechos humanos. Se ha hecho sufrir gratuitamente a muchas personas,
Por otro lado, para tratar otro tipo de problemas (como dejar de fumar, por ejemplo) siempre he estado en contra de esta "técnica terapéutica" porque no estoy de acuerdo en causar dolor para cambiar una conducta. Creo que el cambio de conductas radica en el "darse cuenta",
motivarse y reforzar positivamente.
Un abrazo fuerte para ti Jennifer, y ya veo que el rincón crece cada día en seguidores y calidad.
Jose Luis Gonzalo
Anónimo dice
Este tema siempre me ha interesado mucho y ha sido ampliamente debatido entre mis amigos. En que momento y como se decidio que la homosexualidad no era una enfermedad mental? Y si en un futuro bajo esos mismos argumentos, la pedofilia o la necrofilia dejara de ser considerada una enfermedad mental tambien? No las estoy comparando, nose si el sadomasoquismo se considera enfermedad mental o no. Mi pregunta es que hay tendencias sexuales ahora mismo en la sociedad que se ven depravadas (como la homosexualidad antiguamente) Y ahora esta aceptada. Si en un futuro podra pasar lo mismo.
Un saludo y felicidades por tu gran blog!
Jennifer Delgado Suarez dice
hil_Jessi,
Me alegra que te haya sido útil la información. Bienvenida al blog.
José Luis,
He estado de vacaciones, alejada de la tecnología e Internet pero aunque con retraso, también te dejo mis buenos deseos para este nuevo año.
Tampoco yo soy partidaria del dolor como cura para los trastornos psicológicos. Si de terapias conductuales se trata prefiero el "no reforzamiento"; aunque sea un proceso más lento u optar por los premios.
Un abrazo para ti.
Jennifer Delgado Suarez dice
Anónimo,
Tus inquietudes son muy acertadas y comprensibles.
Sólo puedo decirte que en términos de enfermedad mental se habla en términos de "normal" y "anormal", haciendo siempre referencia a la estadística y a los cánones morales de la cultura.
Así, lo que en un momento puede ser considerado una patología, puede que en otro momento histórico no lo sea. Incluso, hay algunas culturas que no consideran que las relaciones sexuales con adolescentes sea una patología o algo denigrante.
Un saludo!
Jano dice
Muy interesante, ahora me quedo todo mas claro. Gracias!