Algunas personas temen ir a un psicólogo o un psiquiatra, ¿tendrán alguna memoria genética de los tratamientos psiquiátricos que se aplicaban antiguamente? A continuación se recogen diez terapias bastante peculiares:
1. Coma inducido por insulina
Este tipo de terapia fue descubierta en el año 1927 por el médico vienés Manfred Sakel. Accidentalmente este doctor le dio a una paciente diabética una sobredosis de insulina que provocó un estado comatoso.
Pero lo que parecía un fracaso total terminó convirtiéndose en un éxito ya que la señora que era adicta a la morfina despertó sintiéndose completamente curada de su adicción.
Sospechosamente, porque sabemos que no se puede experimentar con pacientes, Sakel cometió el mismo error con otra persona que también resulto curada.
Tras estas revelaciones esta terapia se comenzó a aplicar en pacientes con distintas patologías consiguiéndose un 90% de recuperaciones, especialmente exitosas en personas con esquizofrenia.
Aún hoy la clave del éxito es un misterio pero por fortuna el tratamiento cayó rapidamente en desuso por su alto nivel de peligrosidad y porque alrededor del 1 o 2% de los pacientes no despertaban del coma inducido.
Es una de las formas más tempranas de tratamiento utilizada desde el Neolítico hasta principios del siglo XX y se practicó en casi todas las culturas del mundo. La técnica es bastante sencilla: consiste en hacer un agujero en el cráneo para que la enfermedad pueda escapar del cuerpo y deje sanar a la persona pues antiguamente se creía que las enfermedades psíquicas eran originadas por un demonio que habitaba dentro del cráneo. Anque la explicación científica es que al agujerear el cráneo se alivia la presión del cerebro.
3. Terapia rotacional
Erasmus Darwin, abuelo de Charles Darwin, fue médico y filosofo con algunas prácticas y teorías verdaderamente bizarras.
Un ejemplo de tales ideas es el tratamiento del sillón giratorio. La lógica de Darwin era que dormir cura las enfermedades y girar rápidamente induce el sueño. Así, de la combinación de estas dos ideas surge la terapia: Un sillón para dormir que da vueltas para que la persona se duerma más rápido.
Por supuesto, nadie prestó mucha atención al descubrimiento de Darwin hasta que Benjamin Rush adaptó el tratamiento con propósitos psiquiátricos pues pensaba que girar rápidamente descongestionaba el cerebro aliviando la enfermedad mental. El tratamiento de Rush también terminó en el fracaso.
4. Hidroterapia
La hidroterapia, usada a principios del siglo XX, era un poco menos agradable que la que conocemos en la actualidad. Los tratamientos con agua se usaban para los más variados casos, el más frecuente era el uso de chorros de agua de alta presión para calmar a los pacientes agitados y para curar la histeria.
Otra curiosa utilidad consistía en envolver a la persona en toallas heladas o simplemente dejar a la persona reposando en una bañera por horas y hasta días.
Los doctores más compasivos prescribían baños de agua caliente para pacientes hiperactivos o duchas frías para pacientes letárgicos o deprimidos.
El mesmerismo debe su nombre al doctor austriaco Franz Mesmer (padre de la hipnosis) que pensaba que existía una fuerza invisible que dominaba todo en la existencia y que, cuando este fuerza se ve interrumpida o coartada, produce dolor y sufrimiento. Por otra parte estaba convencido de que las fases lunares afectan los fluidos corporales y por ende, las enfermedades.
Así Mesmer comenzó a poner en el cuerpo de sus pacientes imanes para contrarrestar los efectos nocivos de la gravedad y estabilizar los fluidos. Muchos pacientes se sintieron curados con esta terapia pero la comunidad médica desacreditó los descubrimientos adjudicando las mejorías al efecto placebo.
Actualmente se continua utilizando la magnetoterapia y el magnetismo animal; opción por la que posteriormente optó Mesmer y que consiste en curar a las personas a través del magnetismo personal o como se le conoce hoy: la sugestión.
6. Terapia con Malaria
La malaria, enfermedad caracterizada por dolores de cabeza y musculares, decaimiento, tos y fiebre; se utilizó en la antigüedad para curar la sífilis, que como ya saben es una enfermedad de transmisión sexual que, a modo de curiosidad histórica, también la sufrieron: Mozart, Allan Poe y Oscar Wilde.
A principios de los 1900 no existía ningún tratamiento para la sífilis pero habían bastantes personas aquejadas por lo cual el neurólogo vienés Wagner Von Jauregg tuvo la idea de infectar a los pacientes con malaria pues la fiebre intensa que ésta producía podía aniquilar la bacteria causante de la sífilis.
Por supuesto, depués era necesario curar al paciente de la malaria con quinina, substancia altamente peligrosa.
Wagner Von Jauregg obtuvo el premio Nobel por este tratamiento que se utilizó hasta el descubrimiento de la penicilina.
7. Convulsiones inducidas químicamente
La idea proviene de Ladislas Von Meduna, doctor húngaro, quien comenzó a inducir convulsiones con drogas para tratar a pacientes esquizofrénicos. Este médico pensaba que como la esquizofrenia es rara en paciente epilépticos y los pacientes epilépticos parecen más calmados después de una ataque, entonces ¿porque no producir convulsiones en los pacientes esquizofrénicos para calmarlos?
Von Meduna experimentó con varias drogas antes de decidirse por el metrazol aunque el tratamiento fue considerado demasiado peligroso.
No obstante, las terapias convulsivas se siguen usando en la actualidad en algunos sitios, especialmente la terapia electroconvulsiva, más conocida como electroshock para tratar la esquizofrenia, la depresión severa y otros trastornos psiquiátricos muy resistentes.
8. El embarazo como terapia para la histeria
En la antigüedad cualquier enfermedad psíquica femenina era diagnosticada como histeria, se pensaba que su origen estaba en que las ansias del útero comenzaban a expandir su “frustración” a través del cuerpo generando los síntomas que aquejaban a la féminas.
El mejor remedio: darle al útero lo que busca, ni más ni menos que un hijo. Si bien este tratamiento y esta conceptualización de la histeria cayeron en desuso hace varios siglos, el término se mantiene para hacer referencia a patologías caracterizadas por una fuerte manifestación en el cuerpo de lo psíquico.
Aunque debe destacarse que no muy lejano en el tiempo algunos doctores recetaban orgasmos para combatir la histeria.
9. Frenología
A finales del siglo XIX se desarrolló una corriente localizacionista en la medicina neurológica que aseveraba que a cada área específica del cerebro le correspondía una capacidad, habilidad o característica de personalidad.
El médico alemán Franz Gall fue uno de sus más acérrimos representantes. En esencia Gall postulaba que las partes del cerebro más usadas por una persona se desarrollaban y se hacían más grandes. Por lo cual al mirar los abultamientos y depresiones del cráneo de una persona uno podía saber como era su personalidad.
Para ello Gall confeccionó un mapa donde registró áreas cerebrales a las cuales les correspondían aspectos de la personalidad bien específicos. Por ejemplo: el abultamiento sobre la zona de las orejas indicaba una personalidad destructiva mientras una cresta en la parte superior mostraba benevolencia.
La frenología fue muy aplicada para detectar y encarcelar a delincuentes y vagos pero en realidad nunca se desarrollo un tratamiento basado en ella.
10. Lobotomía
Probablemente el procedimiento más terrorífico y famoso de la historia de la psiquiatría inventado por el portugués Egas Moniz.
Moniz se inspiró en un procedimiento realizado en un chimpancé por Jacobsen, Wolf y Jackson en el 1935. El experimento en el simio se desarrolló porque mostraba severos ataques de violencia y para resolver este problema se removieron partes de los lóbulos frontales.
Moniz aplicó este ejemplo a seres humanos y la operación llegó a ser muy popular. Tanto así que desde la primera lobotomía realizada se han llevado a cabo millares de lobotomías para tratar problemas emocionales en todo el mundo. De hecho Moniz recibió el premio Nobel en 1949.
No obstante, después de varis años se descubrieron las alteraciones no deseadas que producía esta operación en la personalidad: infantilismo e irresponsabilidad, en el mejor de los casos.
Fuente:
Mental Floss Magazine
Puedes hallar más información sobre curiosidades y casos extraños de la Ciencia Psicológica en el libro: Psicología Curiosa
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