A lo largo y ancho del mundo existen muchísimos rituales, algunos son comunes a diversas culturas y otros son específicos de ciertas zonas pero todos tienen un punto en común: propician la esperanza, ayudan a lidiar con la tristeza y generan la sensación de control.
De hecho, cada vez más psicólogos han comenzado a considerar que el verdadero objetivo (quizás a nivel inconsciente) de los rituales es hacernos sentir más tranquilos y confiados puesto que aumenta la percepción del control que ejercemos sobre nuestro entorno (aunque en realidad no es así). Además, hay algunos profesionales que van un paso más allá y afirman que incluso las personas ateas se pueden beneficiar de los rituales.
Ahora investigadores de la Harvard Business School han reclutado a 247 personas con una edad media de 33 años y les han pedido que escriban sobre una pérdida que hayan sufrido en el pasado o una relación que haya terminado. A la mitad de ellos se les pidió además que escribiesen sobre un ritual que les hubiese ayudado a sobrellevar aquellos momentos. Los resultados fueron contundentes: quienes habían recordado los rituales se sintieron menos afectados por la pérdida. Es decir, experimentaron un dolor menos fuerte.
Sin embargo, los investigadores no se conformaron con estos resultados por lo que idearon otro experimento. En esta oportunidad reclutaron a 109 estudiantes a los cuales se les dijo que uno de ellos podía ganar un premio de 200 dólares y, con el objetivo de resaltar aún más el valor del premio, se les pidió que escribiesen brevemente qué significaría para ellos ser el vencedor y en qué utilizarían el dinero.
Rápidamente, se eligió a un vencedor y este abandonó la sala. A la mitad de los participantes se les pidió que realizaran un ritual compuesto de 4 fases: primero debían esbozar sus sentimientos sobre la pérdida en un papel, después debían espolvorear sal sobre este, romperlo y contar hasta diez. A los otros participantes no se les dio ninguna orientación ya que actuaron como grupo de control.
¿Qué sucedió? Que los estudiantes a los cuales se les había pedido que desarrollasen este extraño ritual reportaron sentirse menos enfadados y menos tristes que el resto.
Los investigadores consideran que el hecho de seguir ciertos pasos estructurados promueve la sensación de control, una necesidad muy fuerte que tenemos los seres humanos, sobre todo cuando nos enfrentamos a una pérdida. Así, sin importar si se trata de un ritual católico, budista, musulmán o simplemente una serie de pasos que nosotros mismos nos inventamos, podemos encontrar confort y aliviar la pena simplemente porque aumenta nuestra sensación de control sobre el entorno y eso hace que confiemos más en nuestras potencialidades y nos convierte en personas más optimistas ante el futuro.
Fuente:
Norton MI, and Gino F (2013) Rituals Alleviate Grieving for Loved Ones, Lovers, and Lotteries. Journal of Experimental Psychology.
Pedro Nelson Henriquez Velsquez dice
Saludos. Respecto a la sensaciòn de control respecto al dolor causado por la pèrdida…si, excelente…me atreverìa a decir que a pesar de todo el racionalismo tècnico cientìfico de nuestro mundo…subyace en nosotros una fuerza, no se còmo llamarla, que viene desde lo màs hondo, quizàs desde la la època de los hielos…tiene un nombre…ya me recordarè…es cerca no al mundo màgico en algunas enfermedades mentales…incluso hay una pelicula …HOMBRE MIRANDO HACIA EL HORIZONTE…tiene que ver con los rituales de los totems…y otros…hoy no hacemos tan mal…se pone una corona en las construcciones, se inaguran los tijerales, le arrojamos arroz a los matrimonios, para ahuyentar a los malos espìtitus…se comen lentejitas en año nuevos…se le dejan moneditas al ratocito que se lleva el dientecito que se le saca al niño…se rompe una champaña contra el casco de un buque nuevo, como augurio de que triunfalmente se alzarà sobre las holas del mar…se hacen ceremonias de iniciaciòn a los nuevos integrantes. Tambièn hay rituales para pedir el favor de los dioses en las cosechas, fertilidad a los animales, se ponen luces en los funerales, para proteger al fallecido de las oscuridades…en fin…
Jennifer Delgado Suarez dice
Creo que por mucho que hayamos avanzado en la ciencia y la técnica, dentro de nosotros persiste el temor a la incertidumbre. Intentamos buscar explicaciones a los sucesos y cuando no las encontramos echamos mano a las supersticiones o los rituales.
Por ejemplo, se sabe que en época de crisis e incertidumbre las personas consultan más el tarot y el horóscopo. No se trata de rituales en sí pero demuestra que nos aferramos a cualquier cosa con tal de volver a tener esa sensación de control que nos transmite una falsa seguridad.
Fede Llarena dice
Cada vez que utilizo algún tipo de exageración terapéutica (que casi siempre es tediosa pero eficaz) le agrego un elemento anti estrés al final, y aunque también le aclaro al participante que no se trata de un ritual éste siempre lo toma como tal… ¡y siempre da resultado esta combinación!
Jennifer Delgado Suarez dice
Fede,
En efecto. Las personas comprenden muchas de las técnicas antiestrés como rituales porque así pueden autoconvencerse de que serán más eficaces. Es como una suerte de efecto placebo autoaplicado. No obstante, a la larga solo reporta beneficios.