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¿Cómo superar el resentimiento? 5 estrategias psicológicas liberadoras

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Cómo superar el resentimiento

El resentimiento es una emoción universal, tan humana como la alegría o la tristeza, pero mucho más incomprendida y a veces incluso rechazada. Sin embargo, todos la hemos experimentado en algún momento.

Un comentario hiriente de un amigo, una traición inesperada en el trabajo o una relación que termina dejando un sabor amargo… El resentimiento se instala sin que lo invites, y de repente, descubres que estás reviviendo una y otra vez lo que ocurrió, sintiendo la misma rabia e impotencia como si acabara de pasar.

Lo peor de todo es que no existe un botón de encendido y apagado. No basta con decidir que quieres superar el resentimiento. El rencor suele tener vocación de permanencia. Pero si le dejas espacio, puede seguir creciendo hasta envenenar tu estado de ánimo y tu salud, desencadenando o agravando diferentes enfermedades.

¿Qué es el resentimiento exactamente?

El resentimiento es como una herida que no cicatriza del todo, una especie de recuerdo amargo y enraizado. Es una mezcla de ira, frustración y dolor que se enquista en nuestro interior cuando sentimos que hemos sido tratados de manera injusta, menospreciados o traicionados por alguien en quien confiábamos.

Se alimenta de la repetición mental del agravio y de la sensación de que no hemos recibido una reparación justa. En el fondo, el resentimiento no es más que un intento de hacer justicia emocional, pero el problema es que rara vez nos proporciona el alivio que buscamos.

El resentimiento nos permite ubicarnos en el papel de víctimas, lo que nos da «derecho» a buscar venganza o tomar represalias – al menos en nuestra mente. Asimismo, anula el paso del tiempo, dejándonos atados al momento doloroso. «La memoria del rencor se atrinchera y se nutre de la esperanza del poder de un tiempo de revancha a venir«, según Luis Kancyper.

¿Es una respuesta natural? Sí. Pero si no la gestionamos adecuadamente, puede convertirse en una carga emocional que nos impide avanzar.

¿Por qué surge el rencor?

El resentimiento no aparece de la nada. Tiene raíces profundas en nuestra psique. Cuando alguien nos lastima, nuestro cerebro registra esa experiencia como una amenaza, activando emociones intensas como la ira o la tristeza.

El problema es que, en lugar de procesar esas emociones, a veces las guardamos, les damos vueltas y las alimentamos con pensamientos recurrentes como: “no merecía esto”, “¿Cómo ha podido hacerme esto?” o “Nunca se lo voy a perdonar”.

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Este ciclo de pensamientos negativos no solo mantiene vivo el resentimiento, sino que también nos mantiene atados al pasado, impidiéndonos vivir plenamente el presente. La persona resentida se halla poseída por reminiscencias vindicativas. No puede perdonar ni perdonarse. Se encuentra abrumada por la memoria de un pasado que no puede separar de su presente. Como resultado, se produce una rumiación indigesta de la afrenta.

Por supuesto, no cabe duda de que el resentimiento a menudo opera como un «puerto seguro» en medio de la tormenta en una situación en la que nos sentimos indefensos. «Es el último recurso de lucha, tendiente a restaurar el quebrado sentimiento de la propia dignidad«, como indicara Kancyper.

Obviamente, alimentar esos sentimientos durante largo tiempo puede acabar afectando nuestra salud mental y física, generando estrés crónico, ansiedad e incluso problemas en nuestras relaciones personales. Por tanto, aunque el rencor es un intento fantaseado de hacer daño al otro, en realidad nos hacemos más daño a nosotros mismos.

¿Cómo superar el resentimiento?

El resentimiento no desaparecerá de la noche a la mañana, pero existen estrategias psicológicas efectivas para soltar ese rencor y recuperar tu bienestar emocional:

  1. Reconoce y acepta lo que sientes. El primer paso para superar el resentimiento es reconocer que está ahí. No lo niegues ni lo minimices. En su lugar, pegúntate: ¿Qué es lo que realmente me duele? ¿Por qué esta situación me afecta tanto? Acepta que estás resentido sin juzgarte. Acepta que te has sentido indefenso o vulnerable. Dale espacio a esa emoción para que puedas entender su mensaje y, eventualmente, dejarla ir.
  2. Identifica la narrativa que te mantiene atrapado. El resentimiento se alimenta de la historia que te cuentas sobre lo sucedido. De todas las interpretaciones y caminos alternativos que elaboras en tu mente. Por tanto, pregúntate: ¿Estoy exagerando algunos aspectos? ¿Hay otra forma de interpretar lo ocurrido? A veces, hacemos una tormenta en un vaso de agua, por lo que es probable que cambiar la perspectiva te ayude a mitigar su impacto emocional.
  3. Corta el ciclo de la rumiación. Si notas que piensas en lo que te ha dañado una y otra vez, intenta interrumpir ese ciclo. Toma el control y decide cómo seguir adelante. Pregúntate: ¿Realmente quiero seguir cargando con esto? ¿De qué me sirve? Aferrarte al resentimiento no castiga al otro, solo te mantiene atrapado en el dolor. Elegir soltarlo no significa que apruebas lo que pasó, sino que decides priorizar tu serenidad y salud mental.
  4. Expresa lo que sientes de manera saludable. El resentimiento no tiene buena prensa. Las personas rencorosas o resentidas no son bien vistas, por lo que a veces es difícil reconocerlo, pero guardártelo solo lo intensificará. Escribe en un diario terapéutico lo que sientes, habla con alguien de confianza o incluso exprésalo en voz alta cuando estés solo. Darle salida a esa emoción reducirá su impacto y te ayudará a dejarla ir.
  5. Si es necesario, busca un cierre. En algunos casos, una conversación honesta con la persona involucrada podría ayudarte a aclarar malentendidos y aliviar el resentimiento. Si no es posible, puedes realizar otro ritual de cierre que te ayude a soltar lo que pasó. Escribir una carta (que no necesariamente enviarás) puede ser una forma simbólica de soltar lo que sientes. Lo importante es que logres deshacerte de esa emoción porque un estudio realizado en la Northwest Nazarene University reveló que para sentirse mejor no basta con decir que perdonas, tienes que liberarte del resentimiento enquistado.
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Liberarte del rencor es un proceso, por lo que requiere paciencia. Sin embargo, cuando logras superar el resentimiento podrás ir por el mundo más sereno. Piensa en ello como en una piedra que llevas en la mochila de la vida. Puedes seguir cargándola, o decidir dejarla atrás para caminar más ligero. Por consiguiente, es un regalo que te haces a ti mismo. Al final, soltar no es olvidar, sino decidir que el pasado no definirá tu presente.

Referencias Bibliográficas:

Bankard, J. et. Al. (2022) The interaction between forgiveness and resentment on mental health outcomes: two sides of the same coin? Religion, Brain & Behavior; 13(4): 368-378.

Kancyper, L. (2003) La memoria del rencor y la memoria del dolor. Intercambios, papeles de psicoanàlisis; 10: 84-94.

Johnson, M. (1986) An Exploratory Study of the Experience of Resentment. West J Nurs Res; 8(1): 49-62.

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Jennifer Delgado Suárez

Psicóloga Jennifer Delgado Suárez

Soy psicóloga. Por profesión y vocación. Divulgadora científica a tiempo completo. Agitadora de neuronas y generadora de cambios en mis ratos libres. ¿Quieres saber más sobre mí?

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