La ansiedad es una sensación desagradable, de eso no cabe dudas. Sin embargo, más allá de esa sensación de inquietud que nos asalta, la ansiedad también tiene algunos efectos muy curiosos, no solo sobre nuestra mente sino incluso sobre nuestra fisiología.
Las curiosas consecuencias de la ansiedad
1. La ansiedad hace que el mundo apeste, literalmente
Investigadores de la Universidad de Wisconsin llevaron a cabo un estudio muy interesante en el cual evaluaban el nivel de ansiedad de las personas y su agudeza para discriminar diferentes aromas. Así se pudo apreciar que la ansiedad no mejoraba la discriminación de los buenos olores pero sí de los olores desagradables. Usando la resonancia magnética funcional, también se apreció que las personas ansiosas reaccionaban de manera más intensa ante los malos olores, en comparación con quienes no sufrían ansiedad. En este punto no hay lugar a dudas, la ansiedad hace que el mundo huela peor.
2. La ansiedad afecta el equilibrio
Las personas que experimentan una ansiedad intensa, suelen tener problemas de equilibrio, es común que se sientan mareadas sin razón aparente. Neurocientíficos de la Universidad de Pittsburgh afirman que todo podría deberse a que la ansiedad y el equlibrio comparten algunos circuitos neuronales. El sitio de convergencia de este circuito sería el núcleo parabraquial, donde llega tanto la información del sistema vestibular como la relacionada con la ansiedad. Por eso, cuando estamos ansiosos, podemos experimentar mareos y pérdida del equilibrio.
3. La ansiedad nos hace sacar conclusiones apresuradas
Un experimento muy interesante realizado en la Universidad de Illinois demostró que las personas ansiosas tienden a sacar conclusiones demasiado rápido de los estados emocionales de los demás. Básicamente, estos investigadores le presentaron a las personas una serie de imágenes donde se veía un rostro que cambiaba su expresión emocional. Así se pudo apreciar que las personas ansiosas eran capaces de notar antes que las demás el cambio en la expresión pero se equivocaban más a menudo en identificarla.
¿Por qué?
Los investigadores piensan que el estado de hipervigilancia que caracteriza la ansiedad les alerta de cualquier cambio que ocurra en su entorno, por mínimo que sea. Sin embargo, ese mismo estado de agitación, le impediría tomarse el tiempo necesario para evaluar de qué emoción se trata y les hace sacar conclusiones apresuradas.
Y como colofón, también se ha demostrado que las personas ansiosas necesitan más espacio interpersonal para sentirse cómodas.
Fuentes:
Krusemark, E. A. & Li, W. (2012) Enhanced Olfactory Sensory Perception of Threat in Anxiety: An Event-Related fMRI Study. Chemosensory Perception; 5(1): 37-45.
Fraley, R. C. et. Al. (2006) Adult Attachment and the Perception of Emotional Expressions: Probing the Hyperactivating Strategies Underlying Anxious Attachment. Journal of Personality; 74(4): 1163–1190.
Baladan, c. D. & Thayer, J. F. (2001) Neurological bases for balance-anxiety links. Journal of Anxiety Disorder; 15(1-2): 53-79.
Zaida dice
Vaya, qué interesante!
Muchísima gracias por la nueva información.
Un saludo!