
En el artículo Hoarding: el deseo de acumular objetos, hice referencia a este trastorno caracterizado porque la persona adquiere un número considerable de posesiones de poco o ningún valor que les dificulta su movilidad por la vivienda causando peligros potenciales para su salud. Pero este trastorno no se ha quedado estático y para ponerse en sintonía con la Era de la Información ha desarrollado una nueva versión, ha surgido: ¡el infohoarding!
La diferencia estriba, como ya podrán imaginarse, en el hecho que las posesiones no se acumulan en el espacio físico de la casa sino dentro de los ordenadores.
Son personas que acumulan compulsivamente: DVD’s, CD’s, e-book’s, programas televisivos, programas operativos, música… en fin, guardan en su ordenador todo lo que puede ser descargado de la red. Estos acumuladores poseen cuantos episodios, series, discografía, imágenes, e-mail enviados y recibidos, los documentos de años…
Algunos, en su intento de no perder la información a ningún costo la suelen guardar en CD’s y DVD’s que ocupan grandes espacios de la habitación, basta solo imaginar que sus colecciones pueden encerrar 2 500 GB por lo cual se podría recrear la historia digital de la humanidad regresando varios años en la memoria.
Estas personas son conocidas en la web como «digital packrats», el equivalente moderno a lo que antaño se le llamaba «ratones de biblioteca». Por supuesto, ellos exhiben sus posesiones digitales con gran orgullo.
El infohoarding es un trastorno obsesivo compulsivo y las personas que lo padecen pueden sufrir fuertes ataques de ansiedad ante la sola idea de perder alguna de sus informaciones, que aunque no tienen gran valor, para ellos son preciosas.
Pero… ¿cuál es la línea que determina cuando una persona es un coleccionista o un infohoarding? La línea divisoria es muy fina pero una de las diferencias esenciales radica en que los infohoarders evitan tomar decisiones porque afirman que necesitan tener toda la información posible antes de tomar una decisión. Evidentemente experimentan una enorme dificultad para deshacerse de informaciones que no tienen ningún valor objetivo.
Por el momento existe muy poca información científica al respecto pero ya existen grupos de psicólogos que se plantean posibles terapias.
Fuente:
Koyen, J. (2007, julio) Downloading Is a Packrat’s Dream. En: Wired Journal.
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