Expresiones como “duerme como un angelito” o “a dormir tranquilamente” no pueden generalizarse a todas las personas y, es que algunos durante el sueño muestran la faceta más oculta de su carácter a través de la violencia. Este síndrome se denomina “trastorno de conducta asociado al sueño REM”.
La Unidad Multidisciplinar del Sueño del Hospital Clínico de Barcelona ya ha realizado 3 809 visitas, un total de 1 819 pruebas clínicas y 40 intervenciones quirúrgicas a pacientes con trastornos del sueño, identificando como los más comunes: la apnea, el insomnio, los ronquidos, los trastornos de la conducta del sueño REM, la narcolepsia, la epilepsia nocturna y la hipersomnia. Estos especialistas aseveran que los pacientes que padecen un trastorno del sueño poseen además de una mala calidad de vida, un bajo rendimiento laboral y alteraciones psíquicas.
Es precisamente durante el período del sueño REM (rapid eye movements) que ocurren las alteraciones más comunes; durante este proceso tiene lugar una elevación del flujo sanguíneo cerebral, evidenciándose un elevado consumo de oxígeno y glucosa y una ausencia total de actividad motora ante una dinámica acción del cerebro.
A pesar que desde el año 1966 se conocían los modelos de los trastornos del sueño REM en animales; no fue hasta 1986 que C.H. Schenck detalló una parasomnia con episodios de descontrol conductual violentos durante el sueño.
Las personas con esta patología refieren pesadillas muy vívidas que guardan una estrecha relación con la conducta agresiva que expresan durante el sueño. Habitualmente estas personas se autoagreden o atacan al cónyuge que duerme con él, sin expresar conductas relacionadas con el apetito sexual o la alimentación. Los episodios de agresión ocurren de manera variable desde unos pocos al mes, hasta varios en la noche con una tendencia al incremento progresivo; si bien generalmente comienzan a partir de los 90 minutos de haber conciliado el sueño.
Vale aclarar que el 25% de las personas puede pasar años sólo con débiles manifestaciones motoras, las cuales tienden a agravarse paulatinamente, aunque casi ninguno experimenta síntomas de interrupción del sueño o fatiga diurna, sólo en casos excepcionales.
El primer paciente descrito con un trastorno de conducta de la fase REM del sueño fue un hombre de 67 años remitido a psiquiatría por presentar comportamientos agresivos durante el sueño. Este paciente no presentaba antecedentes de mal dormir en su infancia o adolescencia; sin embargo, después de casarse su esposa descubrió que hablaba dormido, gruñía, rechinaba los dientes y se movía incesantemente.
Al cumplir los 63 años, el hombre comenzó a patear y dar puñetazos a su esposa, cayéndose de la cama en contadas ocasiones, chocando contra la cabecera o la mesa de noche hasta autolesionarse.
La evaluación neuropsicológica realizada a las personas con trastorno de conducta asociado al sueño REM ha revelado la existencia de un ligero deterioro circunscrito tanto a la memoria a corto plazo como a largo plazo, visual y verbal. A la misma vez, en la cuarta parte de las personas estudiadas se ha podido apreciar un deterioro en las funciones del lóbulo frontal.
La causa de este trastorno permanece en el misterio. Algunos especialistas abogan por una alteración en los sustratos neuronales troncoencefálicos (encargados de regular el tono durante el sueño) mientras que otros afirman que el trastorno de conducta asociado al sueño REM es el resultado de un descenso sutil en la actividad de poblaciones neuronales serotoninérgicas o noradrenérgicas (responsables de la inhibición fásica del sueño REM). Igualmente, este trastorno se ha descrito en personas que sufren patologías degenerativas.
Este trastorno del sueño es más común en adultos del sexo masculino y debe puntualizarse que de manera general es una alteración que puede resultar grave de no ser tratada médicamente. Aunque algunos tienden a atar a los pacientes para evitar que agredan a otros o se autolesionen; el mejor tratamiento es el farmacológico. Actualmente el clonazepam, que actúa actúa suprimiendo la actividad fásica y restaurando la atonía muscular, es uno de los tratamientos más usados; provocando una mejoría considerable en aproximadamente el 85% de los pacientes. Sin embargo, como siempre digo: consultar a un especialista en estos casos es la opción más indicada.
Fuente:
Navarro, J. F. & Espert, R. (1994) Trastorno de conducta asociado al sueño REM. Psicología Conducual; 2(3): 323-330.
Schenck, C. S. et. Al. (1987) Rapid eye movement sleep behavior disorder. JAMA; 257: 1786-1789.
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