Cuando se acerca Navidad nos hacemos un lío. Se deben comprar regalos pero… ¿qué comprar que satisfaga a las personas? En algunas ocasiones puede parecernos demasiado trabajo para una recompensa muy pobre, sobre todo porque las personas asumen que los conocemos suficientemente como para adivinar qué sería para ellos un «regalo decente».
Curiosamente, algunos psicólogos se han motivado por este tema preguntándose cómo incide la calidad de los regalos en las relaciones interpersonales.
En el 2002 a partir de un experimento desarrollado por Murray se concluyó que cuando recibimos un regalo «inadecuado» de una persona cercana a nosotros, este hecho nos hace replantearnos la relación ya que asumimos que la persona no nos conoce suficientemente por lo cual las relaciones interpersonales tienden a enfriarse y hacerse más distantes.
No obstante, psicólogos de la Universidad de Columbia afirman que hombres y mujeres actúan de manera diferente ante los regalos.
Para comprobar esta teoría los investigadores llevaron a cabo dos experimentos. En el primero los estudiantes que se ofrecieron como voluntarios se sentaban a conversar durante cuatro minutos con un nuevo conocido del sexo opuesto. Después de esto se les pedía que escogiesen un regalo para el nuevo amigo o amiga; debían seleccionar entre una lista que incluía los regalos más diversos.
La esencia del experimento radicaba en que las personas, una vez que recibiesen su regalo, debían evaluar la posible similitud con la nueva pareja que le obsequió. Antes de iniciar la conversación en pareja a cada participante se le pidió que evaluaran cada posible regalo de la lista según su orden de preferencia.
Cuando los experimentadores cotejaron las evaluaciones en la preferencia de los obsequios y los regalos recibidos, observaron que existían diferencias de género en las reacciones. Los hombres que obtuvieron los regalos deseados se percibían a sí mismos como muy similares con el obsequiante; sugiriendo así que un mejor regalo tendría efectos altamente positivos en el curso de la relación. Al contrario, las mujeres parecían estar menos afectadas por la posible similitud, independientemente de que el regalo fuese adecuado o no.
Entonces… ¿el estudio realizado por Murray no sería aplicable por igual para hombres y mujeres? El segundo experimento despejó las dudas:
En esta ocasión las personas que debían intercambiar regalos tenían una relación sentimental heterosexual. El resto del experimento se desarrolló de la misma forma excepto porque después de que cada uno había recibido su regalo debían responder a la pregunta: ¿Cuánto crees que durará su relación de pareja?
Nuevamente los hombres que recibieron regalos más «inadecuados» aseveraban que eran bastante diferentes de su pareja y que la relación terminaría pronto. Sin embargo, contradictoriamente, esta vez las mujeres que recibieron «malos» regalos percibían una gran similitud con su pareja y esperaban que la relación durase mucho tiempo. ¿A qué se deben estas diferencias?
Los investigadores afirman que las mujeres tienden a defender sus relaciones de las adversidades o trucos ambientales. De esta manera, en el primer caso, como no había relación alguna que defender, se mostraron indiferentes pero en el segundo experimento mostraron un mecanismo de defensa, un overreaction ante un regalo totalmente inadecuado.
Los hombres, al contrario, realizaban una identificación: «no me gusta el regalo por lo tanto tampoco mi pareja me agrada mucho».
Por supuesto, debemos tener en cuenta que este experimento habla de reacciones a corto plazo, esos primeros pensamientos que vienen a nuestra mente cuando nos hallamos ante un regalo totalmente fantástico o totalmente equivocado. El experimento de Murray se refiere a las reacciones a largo plazo a partir de un seguimiento de las parejas.
No obstante, considero que también existe una explicación eminentemente social: las mujeres están más acostumbradas a asumir el papel de «incomprendidas», todos conocemos las frases que hacen referencia a: «La mujer es un misterio», «no intentes comprender a una mujer»… quizás este rol social que se le ha asignado a las féminas las lleven a tener menos expectativas a la hora de recibir un regalo, por lo cual, las relaciones interpersonales se verían menos afectadas. Sin embargo, como los hombres asumen el rol de «sencillos» y «transparentes» sus expectativas serían más altas por lo cual se mostrarían más lábiles en relación con la asertividad del obsequio.
Aún así, esta es solo una hipótesis, las explicaciones pueden ser muy variadas, lo que si está claro es que es mejor investigar antes de comprar un regalo que puede tener consecuencias «nefastas» para la relación de pareja.
Fuentes:
Dunn, E. W.; Huntsinger, J.; Lun, J & Sinclair, S. (2008) The Gift of Similarity: How Good and Bad Gifts Influence Relationships. Social Cognition; 26(4): 469-481.
Murray, S. L. et. Al. (2002) Kindred spirits? The benefits of egocentrism in close relationships. Journal of Personality and Social Psychology; 82(4): 563-581.
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