Las relaciones de pareja no siempre tienen un final feliz. Muchas se rompen por el camino. En esos casos, es normal atravesar un periodo de duelo, el cual nos sirve para decirle adiós a esa persona y realizar los cambios necesarios en nuestra vida que nos permitan adaptarnos a la nueva situación. Sin embargo, hay personas que no logran pasar página y se quedan atascadas en la órbita de su ex pareja.
¿Cómo saber si estás orbitando alrededor de alguien?
El fenómeno del orbiting, como se le conoce en inglés, es la tendencia a apegarnos a alguien de nuestro pasado, ya sea una ex pareja, un antiguo amigo, compañero de trabajo o cualquier otra persona para la cual hemos dejado de ser significativos. Orbitar no significa simplemente mantener el contacto de manera esporádica, va mucho más allá:
- Te mantienes al tanto de todo lo que ocurre en la vida de esa persona, ya sea revisando sus redes sociales o hablando con sus amigos o familiares.
- Sigues enviando mensajes o llamándole con una frecuencia que traspasa los límites del nivel de cercanía que establece vuestra relación actual.
- Te sigues preocupando por esa persona más allá de lo que cabría esperar después de la ruptura o el distanciamiento.
- Alimentas ilusiones irreales sobre la posibilidad de una reconciliación o acercamiento, deseando que las cosas vuelvan a ser como antes a pesar de que la otra persona no ha dado señales claras de desear volver sobre sus pasos.
- Tomas decisiones que afectan tu vida como si todavía mantuvieras una relación con esa persona, teniendo en cuenta sus preferencias o buscando su aprobación.
En muchos casos, la tendencia a orbitar alrededor del otro se materializa en el mundo digital, vigilando e interactuando con sus perfiles. En otros casos, sobre todo cuando las personas mantienen un vínculo porque tienen un hijo en común o trabajan en el mismo sitio, la órbita se extiende al mundo físico mediante los contactos cara a cara.
El problema del orbiting es que puedes terminar planificando tu día a día o incluso tu vida alrededor de una persona para la cual has dejado de ser significativa. Como resultado, tus decisiones y comportamientos dejan de ser adaptativos y, más temprano que tarde, te harán daño.
Los 3 motivos del orbiting que te impiden avanzar
1. Dificultad para dejar ir
Romper todos los lazos con alguien por quien todavía sientes algo puede ser un gran desafío emocional. Dejar que una persona significativa salga de tu vida puede ser aterrador, sobre todo si la considerabas como una fuente de apoyo que te transmitía seguridad y alrededor de la cual giraba tu vida.
Si esa ruptura te ha tomado por sorpresa, es más probable que termines en la órbita de esa persona ya que te aferras al vínculo para no perder la tierra bajo los pies. La dificultad para aceptar el cambio, ya sea por el miedo al futuro o porque no sabes cómo reorganizar tu vida, es el principal motivo del orbiting.
2. Sesgo de confirmación
Todos tenemos la tendencia a fijarnos en la información que confirma nuestras expectativas y creencias, es un fenómeno psicológico que se conoce como sesgo de confirmación. En una relación de pareja, si todavía sientes algo por la otra persona, es comprensible que busques señales que te indiquen que también siente algo por ti.
Si esa persona responde a tus mensajes solo para ser amable, por ejemplo, puedes asumir que en realidad quiere retomar la relación. Si te felicita el día de tu cumpleaños o se muestra cortés cuando os encontráis, puedes pensar que todavía te ama. Esos pequeños detalles se convierten en una recompensa que refuerza tus ilusiones.
De esta forma, el sesgo de confirmación hace que te aferres a la creencia de que todavía es posible una reconciliación. Las ilusiones, la mayoría de las veces completamente infundadas, te empujan a no cortar los lazos y quedarte en la órbita de esa persona esperando que ocurra lo que tanto deseas.
3. Falta de cierre
En otros casos, la falta de cierre es lo que conduce al orbiting. O sea, no recibir una explicación clara sobre lo que ha ocurrido puede hacer que te aferres a la ilusión de que todo volverá a ser como antes.
Si la relación se ha deshecho abruptamente, sin hablar sobre los problemas y causas que han llevado a la ruptura, puedes tener la sensación de que no ha sido un verdadero punto final sino más bien unos puntos suspensivos. Orbitar alrededor de la pareja se convierte entonces en un intento por encontrar respuestas que te permitan cerrar ese capítulo de tu vida.
Es posible que caigas en un bucle en el que cuestionas las intenciones del otro y te preguntes si todavía le interesa retomar la relación. Sin embargo, esa confusión no hará más que mantenerte estancado emocionalmente, impidiéndote avanzar y encontrar un cierre adecuado.
Las consecuencias de orbitar alrededor de quien no te quiere en su vida
Cabe aclarar que aunque el orbiting parece una acción inocente, en realidad puede llevarte por derroteros tóxicos o directamente dañinos. Si te mantienes en la periferia de la vida de una persona a la que has dejado de importarle o en la cual ya no tienes cabida, estarás poniendo en pausa tu propia vida.
Orbitar alrededor de alguien puede conducirte a la obsesión, afectar tu equilibrio mental y generar una profunda insatisfacción emocional. De hecho, el orbiting es una falsa inversión emocional que te hace gastar energía psicológica inútilmente.
Aferrarte a esta falsa esperanza puede obstaculizar tu crecimiento personal y retrasará tu curación emocional. Por eso, es importante comenzar a cortar los lazos, aunque sea lentamente, de manera que puedas dejar ir a esa persona. Así podrás rehacer tu vida y tomar las decisiones que sean mejores para ti.
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