La poesía son dardos con forma de palabras que van directo a la parte más emocional de nuestro cerebro. Hay poemas que despiertan un auténtico tsunami emocional y hacen que se nos pongan los pelos de punta, como la “Primera Elegía” de Rainer Maria Rilke, cuyas estrofas dicen:
La poesía genera más placer a nivel cerebral que la música
Curiosamente, todas las personas, incluso quienes no leían poesía, reportaron escalofríos en algún momento durante la lectura y al 40% se les puso la piel de gallina varias veces. Estas respuestas son similares a las que experimentamos cuando escuchamos música o vemos alguna escena de una película que genera una gran resonancia emocional.
La poesía estimula la
memoria, facilita la introspección y nos relaja
cerebro de un grupo de participantes mientras leían diferentes contenidos,
desde un manual de instalación de la calefacción hasta pasajes evocadores de
novelas, sonetos rimados y su poema favorito.
procesa la poesía de manera diferente a cómo procesamos la prosa. Se activa una
“red de lectura” peculiar que comprende diferentes zonas, entre ellas aquellas
relacionadas con el procesamiento emocional, que se activan fundamentalmente
con la música.
vinculadas con la memoria y partes del cerebro como la corteza cingulada
posterior y los lóbulos temporales mediales, unas zonas que se activan
fundamentalmente cuando estamos relajados o ensimismados en nosotros mismos.
Esto demuestra que existe algo muy especial en la forma poética que genera placer. De hecho, la poesía es una expresión literaria muy especial que transmite sentimientos, pensamientos e ideas acentuando las restricciones métricas, la rima y la aliteración.
Por tanto, no está de más insertar un poema al día en nuestra rutina 🙂
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