La depresión es uno de los trastornos mentales más comunes: afecta al 5% de los adultos, según la OMS, por lo que es probable que conozcas a alguien que esté atravesando un episodio depresivo. Si quieres ayudarle, es importante comprender que la depresión no es simplemente estar de bajón, tener un mal día o sentirse triste. Es un trastorno complejo que afecta el estado de ánimo y el funcionamiento cerebral, por lo que la curación no depende únicamente de la fuerza de voluntad de la persona.
Si realmente quieres ayudar, necesitas una buena dosis de tacto, empatía y validación. Recuerda que, así como no puedes reparar un brazo roto – a menos que seas médico – tampoco puedes “curar” una depresión, por muy buenas intenciones que tengas. En la mayoría de los casos, lo mejor que puedes hacer es acompañar y apoyar, teniendo claras algunas de las cosas que no debes decir a una persona con depresión.
¿Qué no decirle a una persona con depresión?
La depresión no es un simple “bajón” que desaparece con una palmada amistosa en la espalda o un “tómate la vida con calma”. Aunque tus palabras tengan el objetivo de levantarles el ánimo, muchas veces pueden caer en clichés que empeoran la situación.
1. “Anímate”
La depresión no es un estado que se elige voluntariamente. La persona no disfruta sintiéndose deprimida, por lo que no puede simplemente pulsar un botón y animarse. Por ese motivo, las exhortaciones a mejorar su estado de ánimo o salir a divertirse a menudo solo expresan una profunda incomprensión de lo que está ocurriendo.
Las personas con depresión suelen perdersus aficiones, algunas padecen anhedonia y les cuesta disfrutar porque su trastorno no va y viene, como la tristeza, sino que es una situación permanente que va minando su interés por el mundo y la motivación. Decirle que se anime no solo es inútil, sino que también invalida sus sentimientos y sufrimiento.
Además, a menudo si la persona intenta animarse, suele terminar experimentando una frustración adicional que la sumerge aún más en la depresión. Las personas deprimidas que se animan a ir a una celebración, por ejemplo, suelen sentirse peor cuando comparan su estado de ánimo con el de los demás.
Por tanto, puedes preguntarle: ¿te apetece hacer algo juntos? O ¿damos un paseo? En muchas ocasiones, esas personas solo quieren que alguien las acompañe sin recordarles constantemente que tienen que divertirse o disfrutar de la vida.
2. “Sé positivo”
En los últimos tiempos, el optimismo tóxico lo ha inundado todo, por lo que no es extraño que también llegue en forma de consejo para la depresión. Sin embargo, empujar a la persona deprimida a “ser feliz” y ver el lado bueno de las cosas suele ser un ejercicio vacuo y a veces incluso iatrogénico.
De cierta forma, es como pedirle a alguien con una pierna rota que corra una maratón, solo porque lo positivo atrae cosas buenas. Es una pretensión descabellada e insensible. La depresión afecta la capacidad para ser optimista. Cuando a una persona le cuesta hasta pensar, es difícil que pueda ver el lado bueno de las cosas. Y lo último que necesita es atiborrarse de frases positivas de autoayuda barata.
De hecho, un estudio desarrollado en la Justus Liebig University Giessen, por ejemplo, comprobó que la depresión mayor altera la percepción emocional, haciendo que esas personas perciban las interacciones como más negativas de lo que son en realidad.
En vez de brindar esa motivación superficial, lo mejor que puedes hacer es prestar tu oído atento. Animarle a hablar, si lo desea, y prestar tu apoyo emocional.
3. “Sé fuerte”
La mayoría de las personas, cuando superan la depresión, se vuelven más resilientes. Pero es muy difícil afrontar la depresión con resiliencia, simplemente porque en ese momento, esas personas carecen de los recursos psicológicos necesarios. Aunque quiera, no puede ser resiliente, ni fuerte, ni estoico ante la adversidad. Simplemente no funciona así.
Ese tipo de frases equipara la depresión con la debilidad, asumiendo que para salir de ese bucle basta con quererlo o tener mucha fuerza de voluntad. Por supuesto, la capacidad para comprometerse con el cambio es fundamental, pero a menudo no es suficiente para dejar atrás la depresión.
Este tipo de frases suele hacer que la persona sienta que hay algo mal en ella. Y lo último que necesita una persona deprimida es tener precisamente más problemas de autoestima, dudas e inseguridades.
En su lugar, puedes hablar sobre la importancia de la vulnerabilidad y de pedir ayuda. No se trata de sentir lástima, sino de mostrar empatía y compasión. Se trata de no juzgar y proporcionar una validación emocional, de manera que esa persona se sienta más cómoda para expresar como se siente.
4. “Hay quien está peor”
¡Por supuesto! Y también hay quien está mejor. Aunque el objetivo de estas palabras es animar a mirar fuera, desde una perspectiva más objetiva, es una de las frases que no debes decir a una persona con depresión. Básicamente, es como decirle a alguien que tiene problemas graves en una rodilla que se alegre porque al menos tiene la pierna.
Es comprensible. Es probable que quieras despertar la gratitud. Pero no adecuado, porque si a alguien le duele una rodilla, solo quiere aliviar su dolor, y ese malestar no lo mitiga el hecho de que al resto del mundo también le duelan las articulaciones.
Para la persona deprimida, es bastante difícil mirar fuera de su situación. Es difícil que se sienta “afortunada” por estar viva. Esto se debe a que tienen un déficit en la inhibición cognitiva que genera sesgos de memoria y atención, los cuales preparan el terreno para las respuestas rumiativas a los acontecimientos negativos y los estados de ánimo negativos.
¿Qué puedes decirle a una persona con depresión? La gratitud puede mejorar la depresión. La ciencia lo ha demostrado. Pero para activarla no hay necesidad de animar a la persona a compararse con los demás. Puedes hacerle notar, con tacto y delicadeza, las cosas por las que puede sentirse afortunada.
5. “No te dejas ayudar”
Los mensajes anteriores eran ser poco pertinentes, pero al menos eran positivos. Este no es el caso. De hecho, aunque parezca un comentario neutral, lleva implícito un juicio que sugiere que la persona deprimida, por alguna razón, está eligiendo su dolor o rechazando las soluciones.
Esta frase, junto a otra bastante común “es que no escuchas”, implica olvidar que la depresión no es falta de ganas o carencia de actitud, sino una condición que afecta tanto la motivación como la capacidad para recibir ayuda. Escuchar que “no te dejas ayudar” solo logrará que la persona se sienta culpable por algo que en muchos casos está fuera de su control, añadiendo una capa extra de frustración.
En muchas ocasiones, esta frase lo que esconde es la frustración e impotencia de quien intenta ayudar y no puede. Es una proyección denuestro malestar por ver a una persona deprimida y no saber qué hacer para “solucionarlo”. De cierta forma, también culpa a la persona deprimida por su estado psicológico y la afectación que causa en quienes la rodean. Sin embargo, así como nadie se rompe una pierna adrede, nadie tiene depresión porque quiere. Y si pudiese solucionarlo “solo”, lo haría.
Que no debes decirle a una persona con depresión que no se deja ayudar ha quedado claro. ¿Qué puedes hacer en su lugar? Asume un enfoque más empático y compasivo en el que quede claro que estás a su lado para lo que necesite. Eso abre un espacio de apoyo sin exigir que la persona actúe o se sienta de la forma que deseas. Es un recordatorio de que puede contar contigo sin presión y sin expectativas, sintiéndose acompañada.
Por último, pero no menos importante, también hay que dejar de empujar a la persona a que salga a correr, haga deporte, vaya al gimnasio o se busque una afición. Por supuesto, las endorfinas pueden aliviar la depresión, pero si a esa persona le cuesta incluso levantarse de la cama, no podrá hacer todas esas cosas fantásticas que le estás proponiendo. Primero hay que lograr que salga de la cama y comience a llevar un estilo de vida adecuado, luego podrá ir incluyendo otras actividades.
En sentido general, en la mayor parte de los casos es mejor estar presentes, acompañando sin molestar ni juzgar. Dado que los sentimientos de soledad y aislamiento suelen ser comunes en la depresión, el simple hecho de tener una mano amiga y un hombro disponible pueden ser terapéuticos.
Hay que recordar que cada persona tiene un ritmo de sanación que no conviene violentar. Si vas a dar un consejo, que sea que busque ayuda profesional.
Referencias Bibliográficas:
Tomczyk, J. et. Al. (2022) Gratitude Can Help Women At-Risk for Depression Accept Their Depressive Symptoms, Which Leads to Improved Mental Health. Front Psychol; 13:878819.
Kaletsch, M. et. Al. (2014) Major Depressive Disorder Alters Perception of Emotional Body Movements. Front Psychiatry; 5(4): 10.3389.
Joormann, J. et. Al. (2007) Cognitive inhibition in depression. Applied and Preventive Psychology; 12(3): 128-139.
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