Los bebés están indefensos, durante los primeros años los padres deben encargarse de satisfacer todas sus necesidades. Sin embargo, aunque tengan una apariencia muy débil y a veces nos preguntamos si realmente comprenden lo que sucede a su alrededor, lo cierto es que en el cerebro de los pequeños está ocurriendo una verdadera revolución que les permite hacer cosas increíbles, cosas más propias de los adultos que de un bebé tan pequeño.
1. Pueden ver a una persona una vez y recordarla durante muchos años. Un estudio sorprendente realizado en Dinamarca les presentó a niños de tres años dos vídeos, uno al lado del otro, en cada uno aparecía un investigador diferente. Lo curioso fue que uno de estos investigadores ya había encontrado al bebé dos años antes, cuando tenía tan solo un año. Curiosamente, los niños pasaron más tiempo viendo el vídeo del investigador que no conocían mientras que del otro hicieron prácticamente caso omiso, como indicando que no se trataba de una novedad y que su memoria ya lo tenía codificado.
2. Pueden fingir el llanto. En el imaginario popular se ha asentado la idea de que los bebés no mienten y que no podrían fingir. Sin embargo, un investigador japonés se ha propuesto desmontar esta teoría y ha ido recogiendo evidencias que muestran como los bebés de menos de un año ya son capaces de de fingir el llanto solo para llamar la atención. De hecho, no podemos olvidar que durante los primeros años de vida el llanto es un reflejo de supervivencia pero poco a poco se va convirtiendo en una manera de comunicarse con quienes le rodean. ¿Cómo se detecta el llanto falso? Porque generalmente está precedido por emociones positivas y no por sensaciones negativas, que son las que deberían dar lugar a las lágrimas.
3. Pueden distinguir entre una melodía alegre y una triste. Investigadores de la Brigham Young University trabajaron con decenas de bebés a partir de los tres meses de edad. A estos pequeños les presentaban un vídeo de una persona que cantaba con una expresión facial neutra, una vez que los bebés se habían acostumbrado a la música y desviaban su atención del vídeo, los investigadores cambiaban la melodía, si al inicio era triste la hacían alegre y viceversa. Lo interesante fue que a partir de los nueve meses los bebés comenzaron a reaccionar a este cambio, notaron que el ritmo había variado y volvían su atención al vídeo. Curiosamente, lo que más acaparaba su atención era el cambio de la música triste a alegre.
4. Pueden percibir sonidos del lenguaje que escapan a los adultos. Los bebés pueden oír los sonidos del habla que pasan desapercibidos para los adultos. Investigadores de las universidades de Washington y de Tokio descubrieron que antes de los seis meses el oído del bebé es muy fino y como aún no se ha acostumbrado del todo al idioma materno, es capaz de detectar los contrastes fonéticos del lenguaje, incluyendo los de otro idioma y que las personas adultas no pueden distinguir. Por eso, si los bebés han estado expuestos a un idioma extranjero, pueden notar los errores gramaticales.
5. Tienen gustos artísticos. A los bebés no les da igual cualquier cuadro, así lo demostró un grupo de investigadores de la Universidad de Zurich. Estos trabajaron con bebés de nueve meses, a los cuales les presentaron varias pinturas de Picasso y Monet hasta lograr que se aburrieran (lo que se conoce como «habituación»). A continuación, les presentaron dos cuadros nuevos de ambos pintores y la mayoría desviaba su atención a Picasso, mirando el cuadro durante más tiempo, señal de que lo consideraban más atractivo y novedoso.
¿A dónde nos conducen estas investigaciones?
Al hecho de que los padres no deben limitarse en el momento de estimular a sus bebés pensando que estos no les comprenderán. Los bebés no tienen la misma percepción de los adultos y no procesan los estímulos de la misma manera pero eso no significa que no sean capaces de disfrutar o aprender de las situaciones aparentemente más complejas.
Fuentes:
Kingo, O. S.; Staugaard, S. R. & Krøjgaard, P. (2014) Three-year-olds’ memory for a person met only once at the age of 12months: Very long-term memory revealed by a late-manifesting novelty preference. Consciousness and Cognition; 24: 49-56.
Nakayama, H. (2013) Changes in the affect of infants before and after episodes of crying. Infant behavior & development: 36 (4): 507-12
Cacchione, T.; Möhring, W., & Bertin, E. (2011) What is it about Picasso? Infants’ categorical and discriminatory abilities in the visual arts. Psychology of Aesthetics, Creativity and the Arts; 5(4): 370-378.
Flom, R.; Gentile, D. & Pick, A. (2008). Infants’ discrimination of happy and sad music. Infant Behavior and Development; 31(4): 716-728.
Kuhl, P. K. et. Al. (1997) Effects of language experience on speech perception: American and Japanese infants’ perception of /ra/ and /la/. The Journal of the Acoustical Society of America; 102: 3135.
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