Estás cansado, llevas cinco horas seguidas sin levantarte del puesto de trabajo y te detienes para hacer un alto en la jornada. Entonces tomas una taza de café; su poder revitalizante lo sientes casi instantáneamente y vuelves al trabajo.
Vale, esta taza de café cotidiana no es un gran problema, incluso hay algunos especialistas que afirman que los efectos estimulantes del café son una ilusión, algo así como el efecto placebo; sin embargo, recientemente investigadores de la Universidad de Durham en Inglaterra afirman que han hallado una conexión entre el consumo del café y las alucinaciones.
Estos científicos aseveran que si consumimos una gran cantidad de cafeína diaria (315 miligramos; lo cual equivaldría aproximadamente a siete tazas de café instantáneo, nueve coca colas, seis tazas de té fuerte, cuatro Red Bulls o… ¡¡¡una taza y media de un café expreso!!!), tenemos tres veces más probabilidades de escuchar voces que si restringimos el consumo del café a una taza diaria.
Esta investigación afirma que la cafeína realmente actúa maximizando los efectos del estrés. Cuando nos sentimos estresados o ansiosos nuestro cuerpo libera cortisol, este esteroide nos provee la energía necesaria para mantener nuestra mente y nuestro cuerpo alertas ante el peligro potencial. Pero cuando producimos demasiado cortisol pueden aparecer secuelas fisiológicas como el incremento de la presión arterial, diabetes, ateroesclerosis, supresión inmunológica, osteoporosis o atrofia muscular. Recientemente estos investigadores han añadido un nuevo efecto: el cortisol puede disparar o exacerbar las experiencias psicóticas aumentando la cantidad de neurotransmisores de dopamina del área límbica.
Probablemente esté de más puntualizar que cuando ingerimos cafeína nuestro cuerpo tiende a producir una mayor cantidad de cortisol ante los eventos estresantes, de ahí que nuestras probabilidades de escuchar voces inexistentes o ver cosas irreales aumente en comparación con aquellas personas que no beben café.
Siguiendo en sintonía con este estudio, su principal investigador, Simon Jones, nos alerta que la prevalencia de las alucinaciones es mucho mayor de lo que la mayoría de las personas piensa ya que cada año entre el 5 y el 10% de la población mundial (que no sufre de ninguna enfermedad mental) experimenta algún tipo de delirio, normalmente relacionado con las voces. Lo cual indica que las alucinaciones son una vivencia más común de lo que pueda parecer y no se convierten necesariamente en un síntoma patológico pues muchas personas son capaces de lidiar con las mismas sin la necesidad de acudir a la ayuda especializada.
Por supuesto, debe puntualizarse que antes de dar por sentada la conexión entre la cafeína y las alucinaciones aún son necesarias futuras investigaciones, sobre todo aquellas que incluyan un mayor tamaño muestral ya que este estudio se realizó con un total de 219 personas con una media de edad entre los 18 y los 28 años. Además, los autores se han cuidado de puntualizar que el consumo de la cafeína no se relaciona con la psicosis o la esquizofrenia sino solamente con la vivencia de experiencias alucinatorias que podrían no tener ninguna repercusión posterior en la vida cotidiana de las personas.
Fuente:
Jones, S. R. & Fernyhough, C. (2009) Caffeine, stress, and proneness to psychosis-like experiences: A preliminary investigation. Personality and Individual Differences; 46(4): 562-564.
Anónimo dice
Muy interesante! Yo me bebo minimo dos tazas de café al día. Ya sé que hace mal pero es un vicio deliciosoooo…
Marjorie dice
Yo siempre he partido de la idea de que todo en exceso hace daño. Y en cuanto al café yo misma he padecido las consecuencias de pasarme de mis dos tazas pequeñas diarias. Cuando me excedo el pulso se me acelera, me pongo de mal genio o irritable además de que me afecta el estómago. No recuerdo haber tenido alucinaciones, pero si muchos otros malestares. Y he aprendido de esos sintomas para saber cuándo detenerme.
Gracias querida amiga. Tu artículo me resultó bien interesante
Un abrazo
Marjorie
de Marjorie Arte y Papel
http://mararteypapel.blogspot.com
Jennifer Delgado Suarez dice
Marjorie, al igual que tú, considero que todos los excesos (sea en un sentido u otro) son negativos. Buscar un punto de equilibrio es imprescindible, tanto para nuestra salud desde el punto de vista físico como mental.
Soy de las que me deleito con el aroma y el sabor de un buen expreso (vivir en Italia no ha hecho sino aumentar la tentación) pero precisamente por eso, limito mis dosis diarias como máximo a dos tazas.
Un abrazo y como siempre, un placer tenerte por este rincón.