El diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) se basa generalmente en una entrevista exhaustiva cara a cara realizada por un profesional de la salud mental, como el psicólogo y el psiquiatra. En algunos casos, este problema comienza luego de una enfermedad, por lo que puede tener en su base una reacción anormal del sistema inmunitario, si bien no es lo más usual y normalmente tiene un origen psicológico.
La mayoría de casos de TOC empiezan discretamente y poco a poco los síntomas se vuelven más evidentes, a lo largo de los meses o años. Solo cuando se mira en retrospectiva, se reconocen algunos de los primeros signos de la enfermedad.
¿Cómo saber si padeces un TOC?
Existen algunos signos que te pueden indicar que padeces un trastorno obsesivo compulsivo. De hecho, la mayoría de las personas a quienes se les diagnostica un TOC ya han llegado a esa conclusión por sí mismas.
Lo usual es descubrir la existencia del TOC a través de un programa de televisión, una película o un artículo en Internet. De hecho, un programa emitido en Estados Unidos en el año 1987 sobre el TOC desencadenó una serie de diagnósticos de este trastorno, permitiendo que muchas personas finalmente pudieran ponerle nombre a lo que les ocurría.
Estas personas se sentían solas e incomprendidas, hasta que conocieron las historias de otros que padecían su mismo trastorno. Lo usual es que piensen que se están volviendo locos, hasta que descubren que sufren un trastorno psicológico.
Aún así, lo usual es que las personas con TOC tarden mucho en pedir ayuda psicológica, incluso cuando son conscientes de que padecen un trastorno obsesivo compulsivo. Muchos afirman que tardan tanto porque les da vergüenza o piensan que no es para tanto.
Los síntomas del TOC pueden ser tan desagradables y tan íntimos, que resulta muy difícil hablar de ellos con alguien, incluyendo los seres queridos y los psicólogos. A veces algunos comportamientos parecen absurdos, de manera que uno no puede imaginar cómo alguien en su sano juicio podría tener tales pensamientos o realizar esas conductas. De hecho, incluso a la persona que padece el trastorno le resulta difícil entenderlo.
Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo
1. Pensamientos o imágenes repetitivas sobre cosas diferentes, como el miedo a los gérmenes, la suciedad o a los intrusos. También pueden versar sobre los actos sexuales, las creencias religiosas o la higiene personal.
2. Realizar los mismos rituales una y otra vez, como lavarse las manos, abrir y cerrar puertas, contar objetos, guardar artículos innecesarios o repetir los mismos pasos aunque no sea necesario.
3. Aparecen pensamientos y comportamientos indeseados que no se pueden controlar.
4. Los comportamientos o rituales solo proporcionan un alivio momentáneo pero acto seguido provocan una gran ansiedad y sentimientos de vergüenza.
5. Esos pensamientos y rituales consumen gran parte de su tiempo, al menos una hora al día, por lo que no solo causan angustia sino que además interfieren con sus vidas cotidianas.
La buena noticia es que este trastorno se puede controlar, la mala noticia es que mientras más tiempo dejes pasar, más probabilidades existen de que sea necesario combinar la terapia psicológica con los medicamentos para el TOC, al menos durante el primer año del tratamiento.
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