El desenamoramiento no suele llegar sin previo aviso. Va dando signos de alarma. Lo que sucede es que en ocasiones no prestamos suficiente atención a las señales que indican que la relación está haciendo aguas, ya sea porque llevamos una vida demasiada agitada, porque damos por sentado que el amor durará toda la vida o simplemente porque nos aterroriza reconocer que la relación no tiene futuro.
Aunque nos gusta creer que el amor es para toda la vida, un mito muy popular que ha alimentado tanto el séptimo arte como la literatura romántica, lo cierto es que el enamoramiento, la pasión y el deseo de estar juntos pueden tener una fecha de caducidad, sobre todo en los tiempos que corren, cuando las relaciones líquidas están a la orden del día.
Algunos psicólogos afirman que el desenamoramiento en la pareja comienza en un periodo que oscila entre los seis meses o los dos años después de iniciada la relación. Por supuesto, eso no significa que las personas no se amen, sino que pasan a otro estadio de la vida en pareja.
La buena noticia es que todos no comparten esa idea: algunos psicólogos creen que el amor también puede mejorar con los años, como un buen vino. Pero para que eso ocurra es necesario que la pareja se esfuerce por alimentar esa llama.
Los principales síntomas del desenamoramiento
Cuando los conflictos se convierten en pan cotidiano, tu pareja te irrita más de lo habitual, el deseo sexual se ha esfumado y las caricias y detalles brillan por su ausencia, es probable que el desenamoramiento ya haya sentado casa en la relación. Si quieres salvar la relación de pareja, es fundamental actuar antes de llegar a ese punto. Por eso es tan importante aprender a reconocer los primeros signos del desenamoramiento.
1. Pérdida de la alegría que significa estar en pareja
Cuando estamos enamorados queremos pasar tiempo en pareja porque la relación nos hace sentir cómodos y a gusto. Cuando los encuentros se espacian cada vez más o desaparecen los sentimientos positivos que solían generar, es probable que esa persona ya no despierte los mismos sentimientos positivos. De hecho, en los casos más extremos incluso podemos llegar a perder por completo el interés por estar a su lado, de manera que podemos inventar excusas para evitar los encuentros más íntimos.
2. Ausencia de actos de cariño, elogios y detalles
El amor no solo se siente, también se demuestra. Por eso, uno de los principales síntomas del desenamoramiento es la disminución de las expresiones de afecto. Cuando la pareja ya no nos importa tanto, desaparecen las caricias y esos pequeños detalles cotidianos espontáneos que hacían la vida mejor y más agradable. Se pierden las risas y la complicidad. Las manifestaciones de amor son remplazadas por expresiones de aburrimiento, hastío o indiferencia.
3. Reducción de los proyectos comunes
Cuando una pareja se ama, lo habitual es que con el paso del tiempo tenga más proyectos comunes porque ambos van compartiendo cada vez más actividades, intereses y metas en la vida. Por eso, una señal de desamor es que las agendas se dividan, de manera que esa otra persona tiene cada vez menos espacio en nuestra vida. En esos casos, el espacio individual termina imponiéndose sobre los espacios compartidos y los proyectos comunes se van difuminando hasta llegar a desaparecer.
4. Empobrecimiento de la comunicación
Todos no contamos con las mismas competencias comunicativas, pero cuando hay amor siempre intentamos llegar a un entendimiento. Cedemos para llegar a un punto intermedio que permita que la relación funcione. Cuando el amor se acaba suelen aparecer problemas de comunicación, ya sea porque se producen más recriminaciones y discusiones, muchas veces por motivos nimios, o porque la comunicación se empobrece tanto que prácticamente se reduce a monosílabos. En ese último caso, es probable que la pareja esté junta pero ausente porque solo compartimos la presencia física.
5. Intolerancia hacia los comportamientos del otro
Uno de los síntomas del desenamoramiento más difíciles de sobrellevar es la aversión que puede llegar a provocar la pareja. Cuando sentimos que ya no tenemos más nada en común con el otro, dejaremos de mirarle a través del prisma del amor y comenzaremos a mirarle con unas lentes grises, de manera que todos sus defectos y errores crecerán y se harán insoportables ante nuestros ojos. Desarrollamos una intolerancia ante los errores del otro, incluso aquellos más irrelevantes, que rápidamente se convierten en motivo de enfado o disgusto y terminan generando discusiones.
6. Fantasear con la infidelidad
En el fondo, el desenamoramiento se debe a que la relación de pareja ya no satisface adecuadamente las necesidades de al menos uno de sus miembros. Por eso, no es extraño que a la disminución de las fantasías placenteras con la pareja le sigan fantasías con otra persona. Si estamos experimentando una sensación de desamor, es normal que comencemos a fijarnos más en los otros, que encontremos a otras personas más atractivas y, en algunos casos incluso podríamos llegar a la infidelidad.
7. Falta de deseo sexual
Uno de los signos del desenamoramiento más evidentes es el distanciamiento físico de la pareja. No solo desaparece el deseo por el otro sino también esa necesidad de intimidad y de cercanía física que también une los corazones. En otros casos, la esfera sexual simplemente se vuelve monótona y carente de estímulos. Los besos y las caricias no desaparecen pero se convierten en actos automáticos que significan poco para el otro.
Vale aclarar que no siempre la ausencia de expresiones de cariño o la pérdida del deseo sexual son síntomas de desenamoramiento. En algunos casos, el estrés, la tristeza patológica, la existencia de alguna afectación emocional o una etapa de la vida particularmente difícil conducen a la omisión de los gestos de cariño o al interés sexual sin que esto signifique necesariamente que está iniciando el proceso de desenamoramiento.
Las fases del desenamoramiento, un proceso complejo
El desenamoramiento no suele ocurrir de la noche a la mañana. Suele tratarse de un proceso paulatino en el que se va perdiendo el interés por la otra persona y por la relación.
La primera fase suele ser de pérdida de la pasión. La pareja se mantiene junta, pero comienza a sentir que ya nada es como antes, ha perdido la llama inicial y la emoción al estar con el otro. En este punto la relación suele volverse más monótona.
En la segunda fase del desenamoramiento se comienza a resquebrajar el compromiso con la relación. Una de las personas se va distanciando, de manera que la relación comienza a debilitarse desde el punto de vista afectivo. En esta etapa la pareja comienza a hacer una vida cada vez más separada.
En la última fase del desamor se produce la decepción. Las imperfecciones del otro se vuelven más visibles y algunas de sus características o comportamientos se vuelven incompatibles e intolerables. Lo que antes era positivo se convierte en negativo y se afianza la sensación de que la relación no tiene futuro porque es muy difícil recuperar la ilusión.
Es importante tener en cuenta que muchas veces este proceso no ocurre de manera lineal. En algunos casos se pueden alternar fases de amor y períodos de desamor. En esas circunstancias la pareja es amada y desairada al mismo tiempo, debido a lo que podríamos llamar un “desenamoramiento incompleto” que es producto de la ambivalencia de sentimientos.
¿Es posible revertir el desenamoramiento?
Estar enamorado no es lo mismo que amar. El enamoramiento es un proceso profundamente mediado por la química cerebral ya que se libera una gran cantidad de hormonas, como la oxitocina y la vasopresina, que son las principales responsables de que tengamos mariposillas en el estómago, nos sintamos en las nubes o creamos que la otra persona es perfecta. El amor, al contrario, es un sentimiento más profundo y sólido basado en una imagen más realista del otro y de la relación.
Eso significa que las reacciones químicas que experimentamos al inicio del enamoramiento pueden desaparecer. Es en ese preciso instante cuando entra en juego el amor. Por tanto, cuando el enamoramiento desaparece, podemos contratacar alimentando un amor más maduro que nos permita redescubrirnos mutuamente – de verdad – y aceptar al otro por lo que es – con sus virtudes y defectos.
Para lograrlo, sin embargo, necesitamos comprometernos con la relación y estar convencidos de que vale la pena. Si hemos perdido completamente la ilusión, nos sentimos decepcionados o simplemente decidimos que no es lo que queremos, el desenamoramiento no tendrá vuelta atrás.
De hecho, necesitamos estar preparados para identificar cuando se termina el amor y saber determinar si se trata de una crisis de pareja o una ruptura definitiva. Negarnos a reconocer que hemos dejado de querer a una persona o que esta nos ha dejado de querer no detendrá el proceso de desenamoramiento, sino que solo prolongará la agonía causando heridas más graves de las cuales será más difícil recuperarnos.
Jennifer Delgado dice
Lestat,
Las dudas pueden deberse a muchas cosas. Por ejemplo, al inicio de la relación lo que predomina es la pasión, cuando esta va cediendo llega el momento de comprometerse, de pasar al amor maduro.
Si en una relación solo existía pasión, lo usual es que se rompa antes de llegar al año.
También se puede esconder cierto miedo al compromiso, que aparece enmascarado bajo las dudas.
En todo caso, debes saber que casi todas las parejas tienen dudas, la respuesta que encuentres determinarán si seguís juntos o no.
Las dudas también pueden servir para ratificar tu amor o, al contrario, para darle el golpe de gracia definitivo.
Anónimo dice
Pues a mi me gusto este blog, muy acertado la verdad; sigue así. (Y)
Maria dice
Ayer intenté enviar mi mensaje y no sé si es que tarda más de un día en publicarse o es que no hice bien el proceso, por lo cual, vuelvo a intentarlo.
Antes de nada agradecerte por brindar este espacio y por tus valiosas respuestas, me han ayudado mucho a aclararme dentro de mi caos interior. Mi caso es que llego 11 de convivencia con mi marido y nuestra convivencia siempre ha sido más que correcta, nos llevamos muy bien en todos los aspectos de la relación, sin discusiones. Es cierto que hoy pienso que si fue buena fue porque yo me ha adaptado completamente a él, y he aceptado todo de él. Tenía 19 años cuando empezamos a convivir y el 38. Esta diferencia de edad siempre fue para mí un pequeño hándicap pero no me impidió amarlo y dar todo por mi matrimonio. Realmente soñé con un matrimonio para toda la vida y puedo decir que hemos sido muy felices. Pero desde hace 3 años más o menos yo empecé a cambiar, ya no tengo esa dependencia emocional que tenía antes, empecé a pensar en la idea de dejarlo, me sentí muy atraída sexual y emocionalmente por otro hombre, algo que se me pasó al poco tiempo y volví a estar muy bien con mi marido, pero al año siguiente me volvió a pasar con otra persona, también lo pude superar. Él siempre ha sido muy bueno conmigo y me ha cuidado mucho y si en algún momento me hizo algún daño no lo hizo de manera consciente. Siempre que deseé dejarlo no tuve el valor de hacerlo, sentía que no iba a saber vivir sin él y a él lo iba a destrozar, la sola idea de hacerle daño me paraliza. Estos momentos en que tuve idea de irme de casa se lo conté a él, si bien en momentos en que estábamos receptivos y tranquilos cuando yo ya los había superado y ya me había aclarado, pero nunca los comenté con nadie más, siempre lo superaba yo sola para no alarmarlo o hacerle daño si podía superarlo pero se lo contaba después para que supiera siempre como estoy. Este verano volví a sufrir otra crisis pero mucho más fuerte, y desde que me atreví a comentarlo con una amiga y con mi madre, todo cambió en mí, me empecé a sentir más capaz de hacerlo aunque una tristeza enorme se instaló en mí, entre llantos, lágrimas y abrazos le dije que me quería ir de casa, pero al final él me convenció en quedarme. Me quedé, pero la tristeza era tan terrible que sentía que renunciaba a algo, una semana más tarde me dejó marchar para tomarme un tiempo. El tiempo que me tomé no fue mucho porque al final me llamaba y hablábamos todos los días, él estaba también destrozado. Le veía como cada día iba deteriorándose que dos meses después volví a casa, sin estar convencida de querer volver. Ahora llevo casi un mes de nuevo en casa y tengo tanto dolor dentro de mí que me siento tan mal por estar así, lo tengo todo con él, pero, sin embargo, siento una necesidad enorme de estar sola que no me deja ilusionarme con nada, no tengo ganas de luchar, ya ni siquiera me atrae, que en este mes apenas hemos tenido roces de cariño, no hemos tenido relaciones sexuales cuando siempre fui muy cariñosa con él hasta cuando me encontraba mal. No logro ver ya un futuro a su lado y ni sé por qué. Desde que me fui de casa estoy yendo a terapia con una psicóloga y sigo sin encontrarme bien. Hoy pienso que solo estoy centrada en que quiero irme y no puedo ver nada más. El intenta sonreírme, alegrarme pero no hay manera y eso me duele mucho. Creo que si después de estas fiestas sigo estando igual debería tomar la decisión definitiva de marcharme, pero no sé cómo hacerlo menos doloroso para los dos. Su dolor es mi peor dolor. Estoy desbordada y no puedo más. Si pudieras darme alguna reflexión, etc. me sería de gran ayuda. Muchas gracias. FELIZ AÑO! María.
Anónimo dice
Hola, me llamo Angélica.
Primero que nada admiro tu trabajo, y tu blog es toso un éxito.
Me gustaría me dieras tu punto de vista u opinión.
Estoy por cumplir 5 años de relación con mi esposo, 1 de novios y 4 de casados. El hace una semana me dijo que ya no me amaba y que ya no quería estar conmigo, que quería tiempo para el, la verdad nos casamos algo jóvenes, no tenemos hijos pero yo apenas tengo 25 y el 26, me dice que quiere ser independiente. Me he aferrado mucho a él, no soporto la idea de vivir lejos de su lado, lo he buscado y le pido que recapacite su decisión pero el está firme y me dice que no, que el ya tomó su decisión.
Yo lo amo y me duele pasar por esta situación, lo más raro es que estábamos bien, antes de que él me dijera eso, me buscaba mucho, me llamaba, me trataba bien y desde esa semana hacia acá solo me rechaza y cuando le insisto me dice que se va a fastidiar y ya solo se va a ir. Le propuse terapía de pareja pero el está muy renuente a ir, me dijo que si pero no está convencido y quiere ir solo porque le dije que nos podría servir o para darnos cuenta de que ya no podemos seguir juntos o de que podemos seguir luchando, pero no se que hacer, no lo quiero perder pero no se como hacer que vuelva a enamorarse o si puede haber otro factor que haga ese cambio tan drástico en su vida.
No se como ves tu mi situación Jennifer!!!
Maria Eugenia Contreras dice
Leí con mucha atención tu artículo ya que a mí me ocurrió algo curioso. Hace unos diez años atrás me enamoré perdidamente de un hombre. Era correspondida y vivimos un romance que fue más que tórrido. No soportábamos estar separados. Vivíamos pensando el uno en el otro. Surgieron momentos mágicos, creía estar en el paraíso, como si la vida cotidiana no existiera ya que andaba en la burbuja amorosa y en permanente estado de exaltación. Era tanta la pasión entre nosotros que cuando andábamos por la calle, la gente nos decía: «que parejita tan bonita! Dios los guarde!» Ese amor estuvo aderezado con besos apasionados, sexo salvaje, caricias plenas de ternura, celebraciones, música, (hasta hubo una «nuestra canción»), en fin…tuvo todo los adornos propios del enamoramiento clásico. Pero…a mí me duró sólo de mayo a diciembre. Después me sentía aburrida con el hombre encuestón. Ya todo me parecía predecible, cotidiano, normal. Era como si la pompa amorosa se hubiese roto. El todavía estaba enamorado y a mí me dolía haberme desenamorado…cómo me dolía! Ya no existía la euforia eso me entristecía mucho. Finalmente yo tomé la iniciativa de romper la relación. Y cómo sufrí la separación porque sabía que ya nada podía ser como los siete meses pasados. Estaba tan triste como si él me hubiera dejado y sabiendo que, apenas lo llamara, el volvería a mi lado. Pero era inútil…yo ya no le quería pero y ahí está la paradoja: el no poder quererlo como antes me dolía tanto. Sentía que algo se había acabado para siempre y sin retorno (sabía que volver a ser pareja no solucionaría nada). Ya han transcurrido unos años de esa experiencia y de la ruptura pero lo curioso es que apenas escucho lo que yo llamo fueron «nuestras canciones», me echo a llorar con tanta nostalgia como si hubiera sido él a quien se le acabó el amor. Pero lamentablemente fue a mí que me pasó eso. Curioso, curioso!!
Joana dice
Hola Muy buenas estuve leido y lo que me pasa a mi de hace tiempo Esque siento que perdí la alegría, todo lo que me hacía feliz con mi pareja y no entiendo porque porque estábamos muy bien solo que hubo problemas familiares y conflictos que desde entoces desconfíe de mi pareja y ya como que no vuelvo a sentir igual Y mi pregunta a todo esto es si yo siento que lo quiero porque por otro lado pienso que no? No entiendo porque aveces si y aveces no ? Gracias
Jennifer Delgado dice
Hola Joana,
A veces los conflictos dejan heridas emocionales que afectan la relación, haciendo que se pierda la confianza y la ilusión. Es probable que estés pasando por un «desenamoramiento incompleto”, o quizá simplemente tienes dudas sobre la relación y necesitas aclararte.
julia petronila elguera diaz de joachin dice
bueno, tengo 52 años y mi esposo 67 años, este año cumpliremos un año mas de vivir en cuarto separados desde el 2018, todo por que le puse una denuncia de maltrato psicologico y y el me puso otra denuncia de que lo quiero matar. cosa que de su parte es mentira, por que la psicoseada soy yo. cuando me conocio sabia que tenia caracter fuerte, era celosa, y asistia a un centro de rehabilitacion de adicion alcoholica. y a un asi se caso conmigo, pero como conoci a mi esposo padre soltero. pero con tres hijos mayores de edad y tambien padres de familia. no le tome importancia, y al pasar 20 años a su lado. ellos, por su ambicion provocaron que mi esposo me desherede tanto materialmente como economicamente, asi que gracias a la jueza le quitaron el 20% de su sueldo para mis alimentos. desde ese momento vivimos en la misma casa, gracia al juez que le hizo firmar para que no me bote de la casa, salvo que sus hijos vendan la casa. mi temor es que, apesar que hice el intento de salvar nuestro matrimonio a pesar de todo, no he tenido resultado bueno, no le pude dar hijos por mi esterilidad, y ahora el le pone alfombra roja a la madre de sus hijos. ya no le interesa que le haiga abandonado con su mejor amigo cuando sus hijos eran pequeños, o que tenga dos hijos del otro. me dice que por lo menos ella no le hizo problemas y le dio tres hijos, en cambio yo soy una loca enferma de celos y que le doy asco, pero a un asi sigo viviendo en esa casa por que no tengo donde caer muerta, no se hasta cuando tendre que soportar la maldita vida que vivo. lo unico que deseo que jose me perdone asi como yo le pedi perdon y lo perdone por todo lo que me ha hecho. gracias por su tolerancia
Lola dice
Hola. Llevo casada 38 años con un hombre qué me quiere mucho pero yo no lo deseo hace tiempo no me gusta nada no sé por qué estoy con el comodidad puede el nota algo le pedí el divorcio en septiembre y sé volvió loco jamás lo VI así me dijo de todo horrible yo estaba tranquila lo tenía decidido pero al final me camelo no sé como y vivir regular con problemas de estrés y ansidad, no sé que hacer tb algo de maltrato sicológico, un fuerte abrazo
Jennifer Delgado dice
Hola Lola,
Aceptar una separación no es sencillo. Es probable que tu pareja necesite tiempo para procesarlo. Si estás decidida, mantente firme y, si es posible, apóyate en personas cercanas que puedan mediar asertivamente en la separación.
asd dice
el enamoramiento se pierde también cuando la otra pareja no tiene lo que quisieras, aveces tema de combersación, que sea incomprensible en muchos aspectos , que no se exprece de una forma mas extensa, nosé. pero al menos a mi si me perjudica eso, y la verdad ya no ciento nada por ella, incluso sigo recordando a mi ex. havía otra chica que si me gustava, incluso después de mi ex, y creía tantas cosas con ellas pero me engañó y me usó de juguete. y pues no se que hacer, yo ya la quiero terminar pero a la vez no es fácil conseguir otra persona que me valore, por que si bien ecierto esta me valora, hay cosas que me disgustan de ella, y son cosas que no creo que cambie del todo.
Julián UK dice
Brutalmente esclarecedor el artículo y se lo agradezco eternamente. Uisiera poder obtener una copia por kindle o pdf del libro sobre los 10 recursos para combatir la depresión pues aquí en Reino Unido no lo obtengo por kindle. ¿Podría ayudarme, por favor? Gracias
Jennifer Delgado dice
Hola Julián,
Si te refieres a mi ebook, también se encuentra disponible en PDF: Eliminar la depresión.
Un saludo
Julieta dice
Hola me gusto mucho el articulo, deja varias cosas en claro. Llegue a el, buscando un poco de entendimiento en lo que me pasa ahora con mi ex/pareja. Hace poco descubrí que me mintió en algo que no tiene retorno y me decepcione mucho. Solo paso una semana que nos tomamos un tiempo. Y no logro sentir nada. No lo odio, ni lo extraño, me da lo mismo lo que haga de su vida. Aun así no dejo de pensar en los años que pasamos juntos y cuanto lo quería una semana antes de enterarme de todo. Suelo hacer los procesos rápido y ser bastante realista por lo que mi mente dice que ya no lo quiero y mi cuerpo le da lo mismo. Estamos separados por el momento y el daría todo por mi, hasta me esperara el tiempo que me tome y apoyara en lo que decida, pero realmente me esta costando tener sentimientos..
Muchas Gracias!
Anónima triste dice
Hola Jennifer. Excelente bloq.
Quiero consultarte algo, yo tengo 16 años de casada. No hemos podido tener hijos. Hemos construido una relación sólida, ambos profesionales, nos respetamos y valoramos mucho, una relación económica estable, respetuosa y de apoyo mutuo. Pero en los últimos 6 años poco a poco el contacto físico ha disminuido, las relaciones sexuales son nulas, al año 1 o 2 veces. Los detalles afectivos o románticos se han perdido. He hablado con él pero no cambia. Será desenamoramiento?
Será reversible luego de estar varios años así?
Jennifer Delgado dice
Hola,
No siempre es desenamoramiento. Las relaciones pasan por diferentes fases y a veces se puede perder la chispa inicial. Eso no significa que las personas han dejado de amarse, sino que tienen que reencontrar la pasión y el deseo. La rutina, el estrés y el día a día suelen conducir a esas situaciones, por lo que suele ser útil añadir novedad a la relación, dedicándose más tiempo de calidad. En cualquier caso, lo ideal es compartir con tu pareja sus preocupaciones. Quizá también le preocupe y no se atreva a abordarlo.
Un saludo