Ocasionalmente algunas de las personas que tienen muerte cerebral muestran cierto tipo de movimientos causados porque sus reflejos espinales están intactos. Sin embargo, en este tema nada es sencillo, probablemente el factor más complejo y también más aterrador es el conocido como el Signo de Lázaro, que como supondrán debe su nombre al pasaje bíblico donde Lázaro vuelve a la vida siendo resucitado por Jesús.
En términos médicos el Signo de Lázaro hace referencia a que la persona con muerte cerebral muestra movimientos complejos, el más usual es que extienda sus brazos y los cruce sobre el pecho, asumiendo la posición de las antiguas momias egipcias. En otros casos las manos se extienden hacia delante cuál si se estuviese rezando.
Entre el 20 y el 40% de los pacientes que tienen muerte cerebral muestran movimientos espontáneos, particularmente cuando sus cuerpos son estimulados con objetos afilados. Aunque usualmente estos movimientos son pequeñas reacciones, en algunas ocasiones pueden ser verdaderas secuencias de movimientos como es el primer caso que ahora les traigo a colación referenciado en el Departamento de Neurocirugía de la Escuela de Medicina de Kitakyushu en Japón.
Una señora de 67 años de edad murió de una hemorragia cerebral. La hora de la muerte fue establecida a las 11:15 a.m. después de haberle retirado la respiración artificial con el consentimiento de su familia. A continuación les sintetizó el resumen clínico realizado por los médicos:
Cinco minutos después de retirar la respiración artificial se evidenció un movimiento de hombros tres veces seguidas e inmediatamente se presentó el Signo de Lázaro: Los brazos se movieron hacia adelante y los dedos de la mano izquierda se extendieron mientras que los de la mano derecha intentaron un movimiento de agarre. Consecuentemente se observaron movimientos repetidos de flexiones y extensiones de las rodillas y pies. Estos movimientos continuaron manifestándose durante 3.5 minutos más, en los cuales la presión sanguínea subió y el pulso mostraba 90 latidos/minuto. El corazón colapsó a las 11.35 a.m.
Finalmente el brazo izquierdo retornó al lado del cuerpo mientras el derecho se doblaba sobre el pecho.
Otros casos de personas con muerte cerebral que presentan movimientos complejos en sus extremidades (signo de Lázaro) han sido reportados en el contexto médico. En el Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires se observó que de los 38 pacientes con muerte cerebral que siguieron durante un periodo de 18 meses, 15 de ellos manifestaron movimientos motores complejos en algún momento posterior a las 24 horas de la muerte. En algunos casos estos movimientos pueden mantenerse durante horas, como han referenciado médicos del Hospital Universitario de Antwerp en Bélgica.
No obstante, el caso japonés constituye la primera descripción en la literatura médica que reporta un corto período de latencia de potenciales evocados somatosensoriales (respuestas que se obtienen en la superficie de la piel y/o cuero cabelludo, después de un estímulo específico) y movimientos respiratorios. Los médicos presuponen que este particular caso del signo de Lázaro tenga un origen espinal causado por la desinhibición de la médula.
Existen dos grandes mecanismos explicativos relativamente compartidos en el mundo médico:
1. La hipoxia medular (privación del suministro de oxígeno) y la hipercapnea (aumento de la presión parcial de dióxido de carbono) induce actividad en las neuronas de la médula cervical.
2. Los mecanismos de compresión/descompresión de la médula espinal provocados por los movimientos en el cuello en el momento de retirar la respiración artificial son los responsables de generar los movimientos.
Aunque no faltan quienes afirman que este signo es originado en centros integradores intracraneales y por lo tanto excluiría el diagnóstico de muerte cerebral y por supuesto, para una persona totalmente ajena a la medicina, podrían significar un verdadero retorno de la muerte.
Fuentes:
Saposnik, G. et. Al. (2000)Spontaneous and reflex movements in brain death. Neurology;54: 221.
Urasaki, E. Et. Al. (1992) Preserved spinal dorsal horn potentials in a brain-dead patient with Lazarus’ sign. Case report. Neurosurgery; 76(4):710-713.
Heytens, L. et. Al. (1989) Lazarus sign and extensor posturing in a brain-dead patient. Case report. Neurosurgery; 71(3):449-51.
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