¿Qué es ese olor? ¿No lo sientes? ¿No huele como a comida echada a perder, plástico quemado, humo…?
Si tienes más de 40 años, es probable que en más de una ocasión te haya ocurrido. Sientes un olor penetrante pero las personas que están a tu lado no lo perciben. ¿Cómo es posible? No es que tengas súper poderes sino que sufres una alucinación olfativa o fantosmia.
¿Qué es el olor fantasma?
La fantosmia es un fenómeno que se produce cuando percibimos un olor que no tiene una fuente real en el ambiente. El olor fantasma fue descubierto por primera vez por el neurólogo francés Jules Cotard a finales del siglo XIX. En su trabajo clínico, Cotard notó que algunos de los pacientes que sufrían depresión y trastornos mentales experimentaban olores desagradables y persistentes que no estaban presentes en su entorno.
Aunque al inicio Cotard atribuyó la percepción de esos olores a los problemas mentales, con el tiempo se dio cuenta de que estaba presente en muchos de sus otros pacientes que no presentaban ningún otro síntoma psiquiátrico, por lo que el olor fantasma era un fenómeno real y objetivable. Ahora, un estudio desarrollado en la Universidad de Vermont descubrió que 1 de cada 15 personas perciben olores que no están en el ambiente.
Tras analizar a 7.417 personas, estos investigadores descubrieron que la prevalencia de los olores fantasma no está relacionada con nuestra capacidad para identificar correctamente los olores. Es decir, no importa cuan fino sea el olfato, puede ocurrirle a todos.
Curiosamente, las personas entre 40 y 60 años experimentan más olores fantasma. Este fenómeno también es más común en las mujeres, que tienen el doble de probabilidades de percibir olores inexistentes, fundamentalmente en las menores de 60 años.
Fantosmia: causas del olor fantasma
Esta experiencia olfativa puede ser un signo de un problema de salud subyacente o una experiencia completamente inofensiva.
- Problemas de salud. En algunos casos, el olor fantasma puede ser una señal de un problema de salud subyacente, como una lesión cerebral, una infección sinusal o una enfermedad neurológica. En otros casos, la fantosmia puede ser un síntoma de trastornos psiquiátricos como la depresión o la ansiedad. También se ha asociado con la sensación de boca seca persistente.
- Efectos secundarios de los medicamentos. Algunos medicamentos pueden generar un olor fantasma como efecto secundario. Los medicamentos utilizados para tratar la epilepsia y la migraña, por ejemplo, se han relacionado con cuadros de fantosmia en algunas personas. También están bajo la lupa algunos agentes quimioterapéuticos, los antihipertensivos, ciertos antibióticos y los medicamentos para la depresión.
- Alteraciones del sistema olfativo. El olor fantasma también puede estar causado por alteraciones en el sistema olfativo. Por ejemplo, el envejecimiento, las lesiones en la nariz o los problemas en los nervios olfatorios pueden afectar nuestra capacidad para percibir los olores de manera adecuada. De hecho, podría estar relacionado con una hiperactividad en las células de detección de olor en la cavidad nasal o con un mal funcionamiento de la parte del cerebro que interpreta esas señales o una neurogénesis disminuida en el bulbo olfativo.
- Factores ambientales. Los olores fantasma también pueden ser una respuesta a factores ambientales como la contaminación del aire, el humo de tabaco o los productos químicos. Las personas expuestas a estos factores pueden percibir olores que no están en el ambiente debido a la irritación nasal. De hecho, la fantosmia es más común en los fumadores que en los ex fumadores o quienes nunca han fumado.
- Diferencias en la percepción olfativa. Es posible que haya olores presentes en el ambiente que no son detectados por otras personas debido a diferencias en la percepción olfativa. Además, los olores pueden ser percibidos de manera diferente por cada persona, lo que significa que un olor que una persona describe como «fantasma» podría ser percibido como real por otra.
En la actualidad se están barajando diferentes hipótesis para explicar las causas de la fantosmia. Por ejemplo, se piensa que el mecanismo biológico de la percepción del olor fantasma se debe a las neuronas sensoriales olfatorias periféricas aberrantes, que activan los centros de percepción en el cerebro ante la ausencia de un olor. También podría tratarse de unas células cerebrales hiperactivas que crean esa falsa percepción.
¿Fantosmia por ansiedad y estrés?
En algunos casos, la ansiedad también podría estar en la base de los olores fantasma. Neurocientíficos de la Universidad de Wisconsin-Madison expusieron a un grupo de personas a una serie de imágenes perturbadoras, como accidentes automovilísticos y escenas de guerra, para generarles un estado de ansiedad y estrés. Mientras tanto, escaneaban sus cerebros.
Comprobaron que el estrés y la ansiedad hicieron que se “cruzaran” los circuitos cerebrales del olfato y la emoción. Estos investigadores explican que normalmente estos circuitos cerebrales no se “comunican” entre sí, pero se conectan cuando experimentamos ansiedad inducida por el estrés. Eso significa que las experiencias estresantes transforman los olores neutros en desagradables.
Así como un aroma puede generar diferentes emociones, cuando nos sentimos ansiosos o estresados, el sistema emocional se convierte en parte del flujo de procesamiento olfativo. Estos neurocientíficos también sugirieron que ese efecto se podría acumular con el tiempo; es decir, cuanta más ansiedad experimentamos más se fortalece el cableado cruzado entre estos dos circuitos cerebrales, lo que da como resultado que un mayor número de aromas neutros se convierten en desagradables y experimentemos esos olores fantasmas más a menudo.
¿Cómo diferenciar un olor fantasma de un olor real?
Cabe destacar que no todos los olores percibidos de forma subjetiva son “fantasmas”. Es posible que en el ambiente existan olores que otras personas no detectan debido a las diferencias en la percepción olfativa. Además, cada quien puede percibir los olores de manera diferente, lo que significa que un olor que alguien describe como “fantasma” podría ser percibido como muy real por otra persona.
Para determinar si un olor es real o fantasma cuando no hay nadie más con nosotros, debemos analizar la fuente del mismo para asegurarnos de que no proviene del ambiente y se trata de una falsa alarma. En muchos casos, el olor fantasma no se circunscribe a un sitio, por lo que es imposible encontrar de dónde proviene, a diferencia de los olores reales, que se vuelven más intensos a medida que nos acercarnos a su origen.
¿Cómo lidiar con los olores fantasma?
El «olor fantasma» es una experiencia relativamente común y no suele causar problemas más allá de la molestia que causa el olor. En la mayoría de los casos desaparece solo, aunque también podría empeorar con el paso del tiempo.
La percepción olfativa distorsionada suele afectar la calidad de vida, aunque a menudo es un problema que se trivializa. No obstante, puede causar frustración y una gran inseguridad en quienes lo padecen ya que no pueden confiar en su olfato para detectar posibles peligros, desde el humo de un incendio hasta un alimento que se ha echado a perder o el olor de una fuga de gas natural.
Cuando la fantosmia se agrava, la persona se mantiene alerta todo el tiempo, de manera que no logra relajarse. Por esa razón, si te ocurre a menudo, es importante que busques la ayuda de un profesional que pueda descartar causas médicas o psicológicas.
La fantosmia se aborda de manera multidisciplinar, por lo que primero conviene consultar a un otorrinolaringólogo, quien realizará una prueba olfatoria. Si no se detecta ningún problema, el próximo paso es descartar alguna lesión cerebral con un neurólogo. En caso de que no se halle una fuente física que explique el olor fantasma, tendrás que pedir ayuda a un psicólogo para tratar la ansiedad, depresión o cualquier otro problema que se encuentre en la base de esta condición.
Fuentes:
Bainbridge, K. E. et. Al. (2018) Factors Associated With Phantom Odor Perception Among US AdultsFindings From the National Health and Nutrition Examination Survey. JAMA Otolaryngol Head Neck Surg; 144(9): 807-814.
Krusemark, E. A. & Li, W. (2013) From Early Sensory Specialization to Later Perceptual Generalization: Dynamic Temporal Progression in Perceiving Individual Threats. Journal of Neuroscience; 33 (2): 587-594.
Daniel dice
Hace casi dos años comencé a sentir un olor fantasma (a masa horneada luego de haber trabajado en una pizzería). Fui a la neuróloga y me hizo un encefalograma y un escáner, pero todo estaba bien (gracias a Dios). Luego fui a la psiquiatra por depresión y ansiedad y me dio medicamentos respectivos. Al tiempo desapareció la fantosmia, y ahora que dejé los medicamentos hace unos 2 meses, me volvió el mismo olor que sentía antes…
Jennifer Delgado dice
Hola Daniel,
Te recomiendo que vuelvas y se lo comentes. Aunque si se han descartado causas fisiológicas y no te molesta mucho, no recomendaría recurrir a los psicofármacos solo para ello. Pero siempre es mejor que lo hables con la psiquiatra.