La idea de hablar en público puede aterrorizar a muchas personas. Las manos empiezan a sudar, el corazón se desboca, unos extraños escalofríos recorren todo el cuerpo y la parálisis domina hasta la voz. En resumen: un desastre, en el sentido más extenso del término, pero todo no tiene por qué seguir siendo así.
Tampoco yo me siento 100% confiada cada vez que debo enfrentarme a un nuevo auditorio; sin embargo, esas mariposillas en el estómago me hacen recordar que estoy viva e incluso me impulsan a estar más alerta, más consciente e inmersa en la situación, me ayudan a estar plenamente presente. Así, a la larga, todo es cuestión de cómo se asumen esos síntomas fisiológicos y cómo se prevee el próximo paso.
Pero antes de zambullirnos en algunas estrategias psicológicas para perder el miedo a hablar en público; es imprescindible determinar a qué cosa, específicamente, le tememos.
Usualmente el miedo a hablar en público proviene de:
– El temor a quedarse en blanco.
– La creencia de que las personas que te escuchan pensarán que eres tonto o no eres suficientemente capaz.
– El miedo a ponerse nervioso de forma que el discurso sea ininteligible y falto de lógica.
– El miedo a cometer errores.
– El pánico ante la respuesta de la audiencia que se sustenta en la idea de que ésta no aceptará los presupuestos que estamos transmitiendo.
Así, podrás percatarte que estos miedos pueden resumirse en dos grandes macro categorías:
1. El fallo en la presentación, relacionado con el temor a que nosotros mismos cometamos un error que de al traste con la calidad del discurso o la presentación.
2. El fallo en la respuesta, referido al temor de que la audiencia no responda positivamente ante el mensaje que le estamos hacienda llegar.
Sea de una forma u otra, la base siempre es la misma: la inseguridad.
Para controlar el miedo a fallar en la presentación, la técnica del anclaje suele ser muy efectiva. Esta técnica, asumida como un recurso de la Programación Neurolinguística, realmente sienta sus bases en la terapia conductual y en el establecimiento de reflejos condicionados. Su principal objetivo se centra en propiciar los sentimientos de seguridad antes y durante la presentación oral a través de la conexión de diferentes experiencias.
Los pasos de la técnica del anclaje son muy sencillos:
1. Traer a la mente una experiencia en la cual nos sentíamos seguros y confiados, intentando hacerla lo más vívida posible a partir del recuerdo de los detalles y las sensaciones que experimentábamos.
2. Crear el anclaje o activar el disparador. En este punto debemos elegir un gesto que pueda pasar desapercibido para las demás personas como puede ser cerrar el puño o unir el dedo índice y el pulgar.
3. Repetir el paso uno y dos pero con recuerdos diferentes que evoquen situaciones donde nos sentíamos confiados y seguros.
4. Evaluar el anclaje. Se trata simplemente de realizar el gesto ante una situación que nos atemoriza y verificar en qué grado este gesto es capaz de calmarnos y brindarnos la seguridad necesaria para seguir adelante con la tarea.
Como puede presuponerse, el anclaje no se logra de un momento a otro, por lo cual es necesario practicar varias veces.
De la misma manera, otros tips para controlar el miedo a hablar en público se centran en la repetición. Hacer el discurso delante de una supuesta audiencia o pedirle a los amigos o familiares que nos escuchen.
Por supuesto, estas estrategias no evitan del todo el hecho de que en la misma medida en que se vaya acercando el día del discurso la tensión o nerviosismo vaya en aumento. En este caso es imprescindible cambiar nuestra percepción sobre lo que experimentamos. Las mariposillas en el estómago son simplemente una señal física que nos adelanta que estamos preparándonos para una actividad, un resultado de la producción de adrenalina que puede utilizarse lo mismo para incrementar nuestro nivel de alerta que para asustarnos y hacernos huir en el sentido contrario. Todo depende de nuestra perspectiva
blpgirl dice
Muy chevere esta entrada. A mi personalmente, me pasa mucho al ser una persona tímida y lo que me sirve usualmente es practicar mucho sobretodo frente a familiares.
Voy a intentar lo del anclaje a ver que tal ;D.
Jennifer Delgado Suarez dice
blpgirl,
Me alegro que te haya resultado interesante el post. Gracias también por linkearlo en tu blog.
Creo que las dificultades para hablar en público las hemos enfrentado una buena parte de la población mundial 😉 Lo importante es aprender mecanismos para enfrentar este temor.
Al final, el miedo del hecho es peor que el hecho en sí.
Un saludo
Montse dice
Interesante… mis presentación en la Universidad han sido un verdadero fiasco, hasta he pensado tratarme con un psicólogo. Pondré en práctica tus consejos. Gracias.
Jennifer Delgado Suarez dice
Montse,
Hacer un discurso es una habilidad que se va perfeccionando con el paso del tiempo. Hay quienes simplemente necesitan mucho entrenamiento y eso solo se logra saliendo al mundo dispuestos cada día superar este miedo.
alberto alonso soto dice
buenas a todos. a mi exactamente lo que me pasa es lo siguiente:
soy una persona muy extrovertida. si extrovertida. y pensareis porque una personaextrovertida le sucede esto? pues no lo se. me viene desde hace unos años donde fracase en un trabajo como comercial. era muy joven y aun pensando qeu los años pasan y aquello debe marcarme como un momento en mi vida para aprender un poco mas , todo lo contrario. me da miedo todo. una simple entrevista de trabajo me da miedo. ya no digamos una enrtrevista con un cliente puesto que mi vocacion es ser comercial. creo que valgo para ello y los demas tambien lo creen. pero no se que me pasa que cada dia que pasa tengo mas miedo a que me llamen de untrabajo asi por miedo a tener que enfrentarme a dichas situaciones. un saludo y espero al igual que todos vosotros, superar todo esto.
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola Alberto,
Es muy probable que esa experiencia negativa en el pasado te marcara profundamente y por eso tienes dificultades para hablar en público.
La solución sería aceptar esa experiencia como parte del pasado e impedir que continúe determinando tu presente. No obstante, no siempre es fácil por lo que te recomiendo que vayas a un psicólogo, considero que en pocas sesiones podrías vencer ese problemilla.