Hay personas que pueden llegar a ser extremadamente desagradables y sarcásticas. Sus bromas de mal gusto pueden herir donde más duele, causando un malestar considerable. Si ese menosprecio proviene de los más cercanos, el impacto de sus burlas será aún mayor e incluso puede minar tu autoestima haciendo que dudes de ti.
De hecho, existe un tipo de burlas que psicólogos de la Universidad de Macedonia han catalogado como “humor despectivo”, el cual se enfoca precisamente en degradar, humillar o subestimar al otro. Curiosamente, estos investigadores han apreciado que la prevalencia de ese tipo de humor ha aumentado en las últimas dos décadas.
Cada vez más anuncios publicitarios están incluyendo historias que implican burlas sobre otras personas en un intento por captar la atención y vender más. Por tanto, no es extraño que este tipo de humor se esté volviendo más común también en nuestro día a día.
¿Por qué las personas recurren al humor despectivo?
En ciertas circunstancias, todos podemos hacer bromas fuera de lugar. A fin de cuentas, el sentido del humor es un arte difícil de dominar. Sin embargo, hay quienes tienen una fuerte propensión al humor despectivo. Estas personas se burlan de los demás humillándoles, menospreciándoles y avergonzándoles. ¿Por qué?
En la mayoría de los casos este fenómeno puede sentar sus raíces en una tendencia al catagelasticismo, que implica sentir placer riéndose de los demás. De hecho, investigadores de la Universidad de Granada descubrieron que las personas que disfrutan burlándose de los demás suelen considerar que las bromas despectivas son más divertidas.
También constataron que estas personas suelen sentirse superiores y presentan niveles más bajos de amabilidad, honestidad y humildad. No es una relación casual ya que detrás del humor despectivo suele esconderse una necesidad de sentirse mejor que los demás.
Estas personas pueden crear un escenario en el que humillan a los demás para destacar ellos mismos. Ese tipo de humor puede ser una forma para llamar la atención en el grupo. Atacar indirectamente a alguien es una demostración de “poder” retorcida para presumir ante los demás de una supuesta “superioridad”. De hecho, no podemos olvidar que las bromas despectivas son, en el fondo, un comportamiento pasivo-agresivo.
Eso significa que en muchos casos, ese tipo de humor proviene de personas con un ego frágil, problemas de autoestima e inseguridad. De hecho, no es inusual en quienes han sido ridiculizados en el pasado. Estas personas pueden recurrir a bromas crueles para evitar que los demás se rían de ellos. Piensan que la mejor defensa es el ataque y ridiculizan a los demás porque secretamente temen que se rían de ellos, de manera que con sus bromas pesadas desvirtúan la atención de sí mismos.
¿Cómo responder a las burlas – sin perder la calma?
Para lidiar con el humor despectivo de los demás, el primer paso consiste en asumir una distancia psicológica. De esta forma podremos crear una especie de escudo protector y evitaremos ponernos a la defensiva o perder nuestro equilibrio psicológico. ¿Es difícil? ¡Por supuesto! Pero no imposible.
Te ayudará intentar comprender los motivos de esa persona. Quizá tu suegro o tu tía solo usa ese tipo de humor como una forma para demostrarte su afecto porque le cuesta expresar sus emociones de otra manera. O tal vez sea una forma disfuncional de lidiar con sus propios sentimientos de insuficiencia.
Si se trata de un desconocido, puedes consolarte pensando que ese comportamiento es tan solo la expresión de una profunda necesidad de demostrar su superioridad ante los demás, de manera que en el fondo, refleja su propia inseguridad. Por supuesto, entender algo no significa justificarlo. Comprender las razones psicológicas de alguien no implica dejar que nos humillen.
Sin embargo, antes de dar el siguiente paso es conveniente que mires en tu interior y te preguntes por qué te molesta tanto esa broma. ¿Qué disparador emocional ha activado? ¿Qué inseguridad ha sacado a colación? Si te molestan mucho las bromas, quizá sea el momento de trabajar algunos puntos débiles para dejar de reaccionar de manera tan visceral ante los comentarios de los demás.
Así como existen personas con tendencia al catagelasticismo, también hay quienes son proclives a la gelotofobia, que es el miedo a que se rían de nosotros. Un estudio desarrollado en la Universidad de Lleida comprobó que las personas que temen que se rían de ellas son más vulnerables ante las bromas pesadas. También tienen más miedo a la crítica y el rechazo, son más reactivas emocionalmente y es más probable que se sientan heridos por el humor despectivo.
Eso significa que si logras controlar los temores o inseguridades que se encuentran en la base, es poco probable que te sientas amenazado por una broma. A fin de cuentas, recuerda que las bromas son solo eso: bromas. Intenta no hacer una tormenta en un vaso de agua. No le des demasiada importancia a lo que piensan o digan los demás.
No obstante, si realmente las burlas son desagradables o continuas, quizá tengas que ponerles coto. No necesitas enfadarte. Recuerda que tu máxima prioridad no es “ganarle” al otro ni “ponerlo en su sitio” sino tan solo preservar tu serenidad.
Por tanto, limítate a expresar tu postura de manera firme. Puedes decirle: “esa broma ha sido de mal gusto, me gustaría que no volvieras a decir algo así”. Recuerda que la mejor manera para responder a las burlas es mantener la calma y no permitir que esas palabras te afecten. Tú eres mucho más que eso.
Referencias Bibliográficas:
Blasco, A. et. Al. (2022) Vulnerable narcissism is related to the fear of being laughed at and to the joy of laughing at others. Personality and Individual Differences; 190: 111536.
Hatzithomas, L. et. Al. (2021) A superiority–inferiority hypothesis on disparagement humor: The role of disposition toward ridicule. Journal of Consumer Behaviour; 20(2): 923-941.
Torres, M. J. et. Al. (2019) Beyond the big five as predictors of dispositions toward ridicule and being laughed at: The hexaco model and the dark triad. Scandinavian Journal of Psychology; 60(5): 473-483.
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