La sabiduría popular afirma que si deseamos formar un hábito basta con ejercitarnos. Pero… ¿durante cuánto tiempo?
Evidentemente dependerá del tipo de hábito que deseemos formar pero existe un tiempo general que ha sido concordado por una buena parte de los psicólogos: 21 días. Aunque realmente la idea de los 21 días proviene de un libro de los años ’60 publicado por el especialista en cirugía plástica Maltz que se percató que cuando las personas sufren una amputación necesitan una media de 21 días para adaptarse a los cambios y conformar nuevos hábitos.
No obstante, una reciente investigación proveniente del University College de Londres reclutó a 96 personas que estaban interesadas en formar nuevos hábitos muy sencillos como ingerir frutas en las comidas o correr 15 minutos al día. Aunque el experimento en sí es muy simple posee amplias repercusiones para nuestra vida cotidiana.
A los participantes se les preguntaba diariamente cuán automatizados percibían que eran sus comportamientos; entendiendo como automatizados si sentían que la tarea «no era difícil de cumplimentar» y si lograban hacerla «sin pensar».
Como podrán imaginar, inmediatamente se evidenció una relación entre la práctica diaria y el grado de automatismo del comportamiento. Sin embargo, fue necesaria una media de 66 días para lograr consolidar el hábito. La práctica sin lugar a dudas facilita cierta automatización pero estos avances podrían perderse si la persona abandona el proyecto antes de los 60 días, donde el hábito finalmente se consolida. No obstante, para ser científicamente correcta también debo decir que no todas las personas necesitaron de 66 días; a unas pocas privilegiadas les bastó con 18 días mientras que otras necesitaron hasta 254 días, casi nueve meses para lograr consolidar el hábito.
Por supuesto, todo depende del hábito que se desee formar y consolidar, beber un vaso de agua antes de desayunar puede convertirse rápidamente en un hábito pero hacer 50 abdominales antes de tomar el desayuno requiere más dedicación.
Los investigadores además nos hacen notar algunos detalles que podrían sernos de utilidad para nuestra vida cotidiana:
– Saltarnos un día en el entrenamiento no reduce nuestras posibilidades de formar el hábito.
– El hecho de necesitar más días para formar un hábito no indica que éste no se consolidará sino que somos personas más resistentes a la rutina.
– Para formar un hábito en los primeros días es imprescindible una fuerte motivación intrínseca y un elevado grado de persistencia.
No obstante, antes de lanzarnos a formar un hábito debemos conocer que estos acarrean sus ventajas y desventajas. Dando un recorrido por la red he hallado varios sitios que abogan por la formación de hábitos, de manera indiscriminada diría yo. Una vez que nuestro comportamiento transcurre a nivel automático liberamos algunos recursos cognitivos que podemos comprometer en otras tareas; tal es el caso de la persona experta que conduce y a la vez puede fumar o conversar. Sin embargo, en ocasiones el hábito favorece un exceso de confianza que puede no ser muy útil en la vía. Así, antes de formar un hábito debemos preguntarnos si realmente es imprescindible y cómo nos facilitará la vida cotidiana, de lo contrario podríamos convertirnos en autómatas «eficientes».
Fuente:
Lally, P. et. Al. (2009) How are habits formed: Modelling habit formation in the real world. European Journal of Social Psychology; 40(6): 998-1009.
José Luis Gonzalo Marrodán. dice
Hola, Jennifer: Me alegra saber que si un día me salto la ejercitación del hábito que pretendo consolidar, no pasa nada. Y es que cuando ya lo dejamos un día tendemos irracionalmente a abandonar cuando se puede volver a retomar.
Me parece importante el tema de la motivación: cuando nuestra conducta está motivada, movida por un logro, una necesidad, etc. parece que es más fácil. Y parece que vences mejor la pereza.
Yo lo he notado ahora que estoy a vueltas con el objetivo de hacer algo de ejercicio todos los días (caminar); me motiva mucho el hecho de pensar que, aunque a la corta me da pereza, a la larga voy a conseguir un mejor nivel de salud general.
Gracias por ayudarnos con estas pautas tan útiles. ¡A ver si puedo consolidar mi hábito antes de 66 días! No obstante, no me parecen tantos.
Un saludo cordial,
José Luis
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola José Luis:
Como bien apuntas, creo que lo esencial para formar un hábito es estar intrínsecamente motivado y ser persistente.
También yo me propuse en mi tiempo crearme el hábito de hacer footing. Al inicio, creo que como le ha sucedido a todos, me daba un poco de pereza pero ahora es parte de mis hábitos cotidianos; incluso físicamente, cuando paso por alto esta costumbre, siento su necesidad.
Es lo bello de los hábitos saludables, una vez que se afianzan sientes su necesidad desde la misma biología.
Mis saludos, Jennifer