Sin embargo, los síntomas cognitivos son muy comunes en la depresión y desempeñan un papel importantísimo en la aparición y el curso de esta patología. De hecho, estos síntomas suelen ser los más debilitantes y a menudo dan pie al estado depresivo.
Obviamente, los síntomas cognitivos pueden interferir en todas las áreas de la vida de una persona, incluyendo el trabajo, la escuela y sus relaciones interpersonales. Pueden afectar el proceso de resolución de problemas y el pensamiento haciendo que una persona se sienta impotente y sin un plan de acción con el cual combatir la depresión. Por ejemplo, la falta de concentración puede causar problemas en la comunicación mientras que la indecisión puede tensar las relaciones.
Como podrás suponer, los síntomas cognitivos crean un círculo vicioso que alimenta la desesperanza y la apatía. Por eso cuando la persona se somete a terapia, una de las principales armas del psicólogo es la re valuación cognitiva; es decir, enseñarle a analizar las situaciones desde una perspectiva más objetiva.
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