Quizá el término nootrópico no te resulte familiar, pero es prácticamente imposible que no hayas bebido en algún momento una taza de café para despertarte por la mañana o un té negro para concentrarte mejor en un proyecto. Estas bebidas tan populares pueden catalogarse como nootrópicos, que no son más que sustancias que potencian nuestras funciones cognitivas.
Compuesto por las palabras griegas antiguas νόος (nóos), que significa “mente”, “intelecto” o “pensar” y τροπή (tropḗ) que implica “girar” o “guiar”, los nootrópicos son una forma de “hackear” nuestro cerebro para potenciar su funcionamiento, generalmente ayudándonos a mantenernos más atentos, concentrados y relajados o incluso potenciando la agilidad mental o la memoria.
¿Para qué sirven los nootrópicos exactamente?
Corneliu E. Giurgea fue quien utilizó por primera vez el término nootrópico a inicios de la década de 1970. No solo era psicólogo, sino también químico, por lo que sintetizó el piracetam, un fármaco nootrópico que mejora el metabolismo de las neuronas al optimizar la captación del oxígeno. Giurgea describió los nootrópicos como sustancias que activan las funciones cognitivas, como la memoria y el aprendizaje, sobre todo cuando estas sufren alguna afectación.
A lo largo de los años se han ido descubriendo diferentes nootrópicos, por lo que cada uno actúa de manera distinta, aunque todos intervienen de una forma u otra en el metabolismo de las células nerviosas que componen nuestro sistema nervioso central. En algunos casos pueden mejorar el suministro de glucosa y oxígeno al cerebro, por lo que ejercen una actividad antihipóxica y protegen el tejido cerebral de la neurotoxicidad.
Otros nootrópicos pueden intervenir en la síntesis de proteínas y ácidos nucleicos neuronales y estimular el metabolismo de los fosfolípidos en las membranas de las neuronas. Eso significa que pueden mejorar el metabolismo del cerebro, aunque para lograr cambios estables generalmente es necesario consumirlos durante ciertos periodos de tiempo.
Hoy los nootrópicos se utilizan para tratar trastornos de la memoria, la conciencia y el aprendizaje. Se recomiendan para detener el daño cerebral incipiente que se manifiesta con síntomas como la pérdida de memoria y los cambios cualitativos en la conciencia. De hecho, suelen ser más eficaces en personas que sufren trastornos cognitivos leves o presentan una ligera ralentización de la función cerebral.
No obstante, los nootrópicos también se pueden usar para abordar los trastornos de atención y memoria debido a la fatiga y el agotamiento. Por esa razón, pueden ser una herramienta útil en periodos en los que estamos sometidos a una gran tensión o cuando necesitamos una dosis extra de energía.
Los nootrópicos naturales más efectivos usados desde hace siglos
1. Cafeína
¿Sabías que la cafeína es la sustancia psicoactiva más consumida en el mundo? Se encuentra de forma natural en el café, pero también en el cacao y el guaraná. Actúa como un potente energizante que reduce la somnolencia ya que bloquea los receptores de adenosina en el cerebro inhibiendo la señal de cansancio para ayudarnos a mantenernos despiertos y concentrados.
De hecho, un estudio realizado en Canadá comprobó que niveles bajos (40 mg o 0,5 mg kg) o moderados (300 mg o 4 mg kg) de cafeína mejoran nuestro estado de alerta, vigilancia, atención y tiempo de reacción. Por tanto, dos tazas de café al día podrían ayudarnos a combatir la fatiga y mantenernos más atentos.
2. L-teanina
El té es la bebida más consumida en el mundo después del agua. Contiene L-teanina, un aminoácido que también se puede encontrar como suplemento. En general, el té negro y el té pu-erh contienen la mayor cantidad de teína, seguidos del té oolong y el té verde.
La L-teanina es interesante porque tiene un efecto calmante, pero sin causar somnolencia. Nos mantiene despiertos sin generar un estado de excitación, como comprobaron investigadores del Instituto de Investigación de Alimentos y Salud de Unilever. Tras analizar la función cerebral de las personas después de beber una taza de té negro, constataron un aumento en la actividad alfa, la cual está vinculada a la relajación, pero también a una activación de la memoria y a la intuición y la creatividad.
3. Rodiola
La rodiola es una hierba que crece en las regiones frías y montañosas de Europa y Asia. Ayuda a nuestro cuerpo a lidiar con los efectos del estrés de manera más eficaz. De hecho, es útil para disminuir la sensación de agotamiento y la fatiga mental, sobre todo aquellas generadas por la ansiedad y la tensión psicológica.
En este sentido, investigadores de la Universidad de Surrey comprobaron que las personas que consumieron un extracto de este nootrópico natural reportaban una reducción significativa de sus niveles de ansiedad, estrés, ira, confusión y depresión en tan solo 14 días, acompañado de una mejora significativa del estado de ánimo en general.
4. Ginseng
La raíz de ginseng se usa desde hace siglos por sus propiedades medicinales y para estimular la función cerebral. Aunque no se conoce su mecanismo de acción, se hipotetiza que podría deberse a su potente efecto antiinflamatorio, el cual ayudaría a proteger el cerebro del estrés oxidativo y mejorar su funcionamiento.
Una serie de experimentos llevados a cabo en la Universidad de Northumbria revelaron que el ginseng reduce la fatiga mental y mejora significativamente el rendimiento en tareas complejas y particularmente exigentes desde el punto de vista intelectual. También mejora la memoria y puede generar una sensación de calma y bienestar.
5. Ginkgo bilaboa
Las hojas del árbol Ginkgo biloba también pueden tener efectos positivos en el cerebro. Esta planta medicinal procedente de Asia se lleva utilizando desde hace más de 2.000 años para tratar diferentes dolencias, pero en especial aquellas relacionadas con el cerebro y el flujo sanguíneo. De hecho, se cree que sus beneficios se deben a que estimula el flujo sanguíneo al cerebro.
Su consumo diario puede mejorar la memoria y el procesamiento mental en adultos mayores. No obstante, también es útil para disminuir el estrés. Un estudio realizado en la Academia de Ciencias Eslovaca demostró que si consumimos Ginkgo biloba antes de someternos a una tarea muy estresante, esta ejerce una acción inhibitoria sobre la presión arterial y bloquea la liberación de cortisol como respuesta, lo cual se traduce en menos estrés.
Más allá de los nootrópicos naturales, los suplementos
La principal ventaja de los nootrópicos naturales es que pueden tener una mayor variedad de efectos potencialmente beneficiosos debido a que están compuestos por varias sustancias que pueden tener efectos sinérgicos entre sí. Sin embargo, en ocasiones esos mismos compuestos pueden inhibir la actividad de otros.
Los nootrópicos naturales también suelen tener una menor toxicidad, lo que reduce la posibilidad de sufrir sobredosis. Eso también significa que se necesitan dosis más altas para lograr el efecto deseado, por lo que a menudo se debe recurrir a los extractos que se comercializan en forma de complementos.
De hecho, el mercado de nootrópicos es muy grande. Los nootrópicos con piracetam son algunos de los más conocidos por su capacidad para mejorar la memoria y la concentración. No obstante, los complementos con Alfa GPC se encuentran entre los mejores suplementos nootrópicos ya que esta sustancia es una excelente fuente de colina, por lo que también contribuye a potenciar la memoria y favorece la concentración.
En comparación con los nootrópicos naturales, los compuestos sintéticos destacan por su pureza farmacéutica y especificidad de acción, por lo que pueden ser más eficaces. Sin embargo, si decides consumir nootrópicos, infórmate primero sobre sus características y adquiérelos en sitios de confianza que garanticen su autenticidad. Y si estás consumiendo algún medicamento o padeces alguna patología, recuerda consultar primero a tu médico de cabecera.
Fuentes:
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