La esquizofrenia es una enfermedad que no aparece totalmente formada sino que es un proceso en desarrollo que poco a poco se va apropiando de la voluntad y la conciencia de la persona. Por esto la vida infantil y la adolescencia pueden aportar pistas importantísimas en el orden de prevenir el trastorno. De hecho, algunos especialistas afirman que años antes de que los adultos muestren los primeros síntomas de esquizofrenia existe un patrón de dificultades cognitivas que se experimentan durante la niñez.
Esta idea ha sido recientemente validada a partir de un estudio desarrollado en la Universidad de Duke que ha dado seguimiento durante más de 30 años a más de mil neo zelandeses nacidos entre 1972 y 1973 y ha encontrado un patrón consistente de dificultades del desarrollo que aparecen por vez primera a los siete años en las personas que posteriormente padecen esquizofrenia.
A los 32 años el 1% de las personas del estudio desarrollaron todos los criterios para el diagnóstico de la esquizofrenia siendo hospitalizados y necesitando medicamentación antipsicótica. Otro 2.5% presentó algunos de los criterios para el diagnóstico de la esquizofrenia pero no fue necesario someterlos a tratamiento medicamentoso.
Regresando en el tiempo, se retomaron las pruebas que fueron realizadas a estas personas cuando tenían 3, 5, 7, 9, 11 y 13 años. Los resultados mostraron que sus puntuaciones en los test de habilidades verbales eran extremadamente pobres mientras que con el decursar de los años fueron empeorando sus resultados en otras áreas como la memoria y el procesamiento verbal. Entre los 7 y los 13 años los niños que posteriormente serían diagnosticados con esquizofrenia habían perdido entre 0.17 y 0.26 años en comparación con el resto de los niños de idéntica edad cronológica.
Dos patrones fueron visibles: Los niños que posteriormente desarrollarían esquizofrenia presentaban tempranamente déficits en el aprendizaje verbal y visual así como en el razonamiento y la conceptualización que se mantuvieron con ellos mientras crecían. A la vez presentaban un desarrollo más lento que sus coetáneos en la velocidad de procesamiento de la información, la atención, dificultades en la resolución de problemas viso espaciales y en la memoria de trabajo. Estos resultados rebaten una de las teorías que explica la esquizofrenia como un deterioro progresivo de las habilidades cognitivas ya que pudo observarse que, al menos las personas participantes en el estudio, no mostraron nunca un desarrollo cognitivo normal.
El cómo o el por qué se desarrolla posteriormente la esquizofrenia continúa siendo un misterio pero los investigadores postulan que es posible que estos niños luchen por brindarle un sentido al mundo que les rodea y en esa búsqueda de organización (sin las herramientas cognitivas necesarias) se apartan cada vez más de las relaciones sociales y del apoyo que éstas brindan, sintiéndose altamente desilusionados en un entorno que no logran comprender.
Lo cierto es que estas nuevas evidencias pueden favorecer el diseño y la puesta de práctica de algún tipo de tratamiento preventivo. No obstante, el problema radica en que sería necesario tratar a un 20% que presenta las dificultades cognitivas para prevenir solo el 1%, lo cual indicaría que 19 personas serían tratadas innecesariamente arriesgándose a los posibles efectos secundarios.
Fuente:
Reichenberg, A. et Al. (2010) Static and Dynamic Cognitive Deficits in Childhood Preceding Adult Schizophrenia: A 30-Year Study. American Journal of Psychiatry; DOI: 10.1176/appi.ajp.2009.09040574
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