Conocer el perfil del chantajista emocional te ayudará a no caer en sus redes o liberarte lo antes posible. Por desgracia, el chantaje emocional es un tipo de violencia psicológica invisible que puede atraparte en una dinámica malsana. Al adoptar el papel de víctima, pierdes paulatinamente tu capacidad para tomar tus propias decisiones y comienzas a estar a merced de la persona manipuladora.
Para contentar a un chantajista emocional tendrás que pagar un precio muy elevado. Es probable que sientas que caminas sobre cristales ya que nunca sabes de qué humor estará o cómo se tomará sus palabras. Para contentar a ese tipo de personas tienes que sacrificarte continuamente, anteponiendo sus necesidades y deseos a los tuyos.
Como resultado, las víctimas del chantaje emocional terminan con la autoestima destrozada, sintiéndose culpables por las emociones, actitudes y comportamientos del manipulador. Suelen caer en la indefensión aprendida, un estado en el que aprenden a sobrevivir con ese sistema de manipulación porque no saben cómo salir de la telaraña que han tejido a su alrededor.
¿Quién es el chantajista emocional?
Cualquier persona puede llegar a convertirse en un chantajista emocional. Se trata de alguien que manipula y extorsiona a los demás para conseguir beneficios personales, a expensas de las necesidades de su víctima. El chantajista emocional es aquel que se relaciona usando métodos de manipulación dirigidos a limitar de poder de decisión de sus víctimas para conducirlas a que tomen una decisión determinada.
Suele tratarse de personas con desequilibrios psicológicos. De hecho, el perfil del chantajista emocional se caracteriza por:
– Miedo a ser abandonado y que le dañen emocionalmente.
– Necesidad intensa de tener todas las cosas bajo control.
– Baja tolerancia a la frustración.
– Distorsiones del pensamiento que le hacen creer que sus demandas son razonables.
Los tipos de chantajista emocional
- Castigadores
Se trata de personas manipuladoras que amenazan directamente con tomar represalias si no accedes a sus demandas. No tienen reparos en expresar lo que quieren y dejar claras las consecuencias de no hacerlo. Los ejemplos en la vida cotidiana abundan: “Si no dejas el trabajo, te abandonaré”, “Si te separas de mí, no verás más a los niños” o “Si te vas solo, atente a las consecuencias”.
Este tipo de chantajista emocional conoce tus puntos débiles y te atacará donde más te duele. Suele expresarse de manera agresiva, aunque en algunos casos puede asumir una actitud pasivo-agresiva. Entonces su táctica preferida es dejar de hablar como castigo, aunque es evidente que ese silencio esconde una gran ira.
Lo peor es que cuanto más estrecha sea la relación, más control querrá el chantajista y más vulnerable serás. Cuando el chantaje se intensifica, las consecuencias de no acceder a sus peticiones pueden llegar a ser graves, como el abandono, la frialdad emocional, la retirada del apoyo económico o incluso el daño físico.
- Autoagresivos
En este caso la amenaza se dirige hacia ellos mismos, para generar un sentimiento de culpa y así lograr que hagas lo que desean. Si les llevas la contraria o no cedes a sus deseos, amenazarán con hacerse daño a sí mismos o incluso con quitarse la vida, en los casos más extremos. “Si me dejas, no quiero vivir”, es una de las frases más comunes.
A veces este chantajista emocional desarrolla un perfil más refinado. “Si discutes conmigo, enfermaré”, es la frase típica de quienes recurren a la salud como moneda de cambio para generar sentimiento de culpa en su víctima.
En cualquier caso, estos manipuladores convierten el drama en su principal herramienta, se muestran excesivamente necesitados y dependientes con quienes les rodean para luego exigir que hagan lo que ellos desean. En realidad, se aprovechan de tu empatía, preocupación y culpabilidad para hacer que te pese la conciencia de antemano.
- Mártires
El perfil de este chantajista emocional es el más sutil y, por ende, uno de los más difíciles de detectar. También se vale del sentimiento de culpa de la víctima para controlarla. De hecho, son especialistas en hacer sentir culpables a los demás.
En este tipo de chantaje emocional todas las frases llegan acompañadas de una fingida actitud de resignación: “No te preocupes por mí, solo soy un estorbo” o “Ve y diviértete, así no seré una molestia para ti”. El objetivo de su actitud es mostrar cuán miserables, infelices, enfermos o desafortunados son. Así te dejan entrever que tus decisiones le causan daño y que, por ende, eres una mala persona.
Al final, si no quieres cargar con la culpa de su desgracia, no te queda más remedio que darle lo que quiere, aunque ni siquiera te ha dicho directamente qué es. El problema es que, hagas lo que hagas, nunca será suficiente porque esta persona siempre pedirá más.
- Benefactores
El perfil de este chantajista emocional proyecta una gran seguridad. Es una persona “generosa” que te ofrece amor y protección, pero solo mientras cedas a sus necesidades. Se esforzará porque desconfíes de tus capacidades e intentará que te veas como una persona débil e indefensa que no puede valerse por sí misma. Al despertar tus inseguridades, se reafirma como benefactor.
Al inicio, se desvivirá por ti, pero muy pronto comenzará a sacar cuentas y exigirte esa misma entrega, o incluso más, porque en realidad detrás de ese altruismo se esconde una imperiosa necesidad de control.
Si es preciso, no dudará en sacar a colación todo lo que ha hecho por ti, cuánto se ha sacrificado y a cuántas cosas ha renunciado. Frases como “con todo lo que he hecho por ti, y así me pagas” son comunes en el discurso de estos chantajistas. Te pondrá en una posición en la cual, si eres una buena persona, no te quedará más remedio que compensarles por esa entrega. El problema es que tu compensación jamás tendrá fin, nunca podrás saldar la deuda.
- Seductores
Suele tratarse de personas muy carismáticas y con una personalidad seductora. Su chantaje emocional se basa en las promesas. No dudarán en prometerte el cielo y las estrellas, pero solo a condición de que accedas a sus deseos.
Su estrategia se basa en una especie de chantaje invertido porque en vez de amenazarte, te contarán todas las cosas buenas que harán por ti, siempre y cuando te dejes manipular. Su frase estrella es: “Tú haz lo que yo te diga y no tendrás que preocuparte por nada”.
De esta manera el manipulador logra crear una relación de dependencia y le arrebata el poder a su víctima. Sin embargo, en la mayoría de los casos ni siquiera cumple sus promesas, pero siempre tiene a mano una buena excusa para justificarse.
MOC: Las 3 emociones que usa el chantajista emocional
Independientemente de las tácticas de manipulación que se utilicen, en el fondo el mecanismo de chantaje emocional es el mismo pues se basa en activar tres estados emocionales clave en las víctimas, gracias a los cuales logra someterla:
- Miedo
Los chantajistas emocionales construyen sus estrategias, ya sea de manera consciente o inconsciente, sobre la información que les brindamos. Se basan en nuestros temores, incertidumbres y puntos débiles.
El miedo a no obtener lo que desean y a perder el control es tan intenso que les ayuda enfocarse con extrema precisión en sus objetivos y detectar con mayor nitidez nuestras debilidades, por lo que en algunos casos pueden llegar a conocernos mejor que nosotros mismos.
Y no dudarán en usar ese conocimiento como munición para manipular y alimentar el miedo en su víctima, aunque ello signifique romper la confianza que esta había depositado en ellos.
- Obligación
A menudo, nuestra idea sobre el deber y la obligación es razonable y forma una base ética y moral que se convierte en la brújula que guía nuestra vida. Sin embargo, a veces esa idea nos hace ir demasiado lejos, de manera que perdemos la perspectiva y el equilibrio.
Los chantajistas no dudan en poner a prueba nuestro sentido de obligación, una y otra vez. Por ejemplo, el apego a la familia y la creencia de que es un vínculo sagrado mantiene a muchas personas en relaciones que han perdido sentido o que incluso son dañinas para ellas.
Un manipulador siempre tensará la cuerda para ver cuánto puede aprovechar a su favor ese sentido de la obligación. Y si este es más fuerte que nuestra autoestima, caeremos rápidamente en sus redes.
- Culpa
La culpa es una pieza esencial en la forma de ser una persona responsable que se preocupa por el bienestar de los demás. Se trata de una herramienta de la conciencia para generar incomodidad y autorreproches si hemos violado nuestro código de ética y valores. Los chantajistas lo saben.
Una de las maneras más rápidas para que un manipulador logre su cometido es generar una culpa inmerecida, atribuyendo activamente a su víctima cualquier molestia o problema que tengan. Cuando el chantajista ve que la culpa puede servirle para alcanzar sus objetivos, no tendrá límites y la usarán una y otra vez.
Por último, recuerda que el chantajista busca controlarte a ti y a la situación, de manera que perderás tu libertad, tu confianza y tu felicidad. Cada vez que cedes al chantaje, cedes más espacio de libertad. Por tanto, mantente alerta para no dejar que una persona que no respeta tus prioridades, límites y necesidades gobierne tu vida. Quizá es mejor perder a esa persona que perderte en el chantaje.
Ruth Jiménez niño dice
Me parece excelente todo todo el tema del chantajista ..,pues yo lo viví al pie de la letra ..tal cual !
Ahora estoy en proceso de separación y El usa todas esas estrategias miles de estrategias para hacerme sentir culpable condenada ,injusta ,sin sentimientos sin valores , impotente para salir adelante ect,ect.