La soledad emocional no siempre coincide con la soledad física. A veces, es posible sentirse solo rodeados de personas. Sin embargo, la soledad acompañada suele ser una señal de alarma cuando se produce en una relación romántica. Si piensas a menudo “me siento sola con mi pareja”, es probable que exista algún problema de base que sea necesario solucionar porque este tipo de soledad suele ser contradictoria y devastadora.
Las consecuencias de sentirse solo en pareja
Hay dramas que no se cuecen con discusiones y portazos, sino que se hilan en el silencio del día a día generando un sufrimiento cada vez más profundo. Tal es el caso de la distancia acompañada, de la pérdida de conexión que se produce entre dos personas que antes se amaban pero que se han ido distanciando paulatinamente.
De hecho, la soledad acompañada suele experimentarse como un sentimiento de desconexión. Sentirse solo en pareja indica una falta de sintonía emocional. Suele ser una sensación extraña que genera cierta perplejidad ya que, aunque tengamos a nuestro lado a la persona que amamos, no la “sentimos”.
Obviamente, sentir que el otro vive mentalmente en otras latitudes y percibir esa desconexión puede llegar a ser doloroso. Este tipo de situaciones tienen un impacto serio en nuestro bienestar, autoestima y en la relación. Percibir cómo nuestra pareja está situada mentalmente en otras latitudes donde no podemos llegar, no solo duele, sino que termina siendo descorazonador. A la larga, si no se acortan las distancias, la ruptura es el camino más probable en el horizonte.
¿Por qué me siento sola con mi pareja?
Generalmente la sensación de soledad en la pareja se produce cuando las personas se distancian, ya sea porque llevan estilos de vida diferentes o porque sus intereses han cambiado. Cuando empezamos a mirar en direcciones opuestas, se abre una brecha emocional que conduce a esa sensación de distancia psicológica.
Obviamente, eso no ocurre de la noche a la mañana, sino que suele ser una situación que se va gestando a lo largo del tiempo. Puede producirse cuando, por ejemplo, uno deja de dar importancia a los detalles, las costumbres y los rituales compartidos, de manera que los mundos se van distanciando, como dos planetas que orbitan, pero jamás llegan a tocarse.
Cuando no crecemos junto al otro y no nos esforzamos por comprenderle, las incompatibilidades se agravan. El resentimiento y la intolerancia pueden sentar casa generando una sensación de insatisfacción e inseguridad que nos distancia.
También se produce cuando se deja de prestar atención al otro, dejándose llevar por la rutina, de manera que no se fomentan los espacios para seguir descubriéndose y explorar a esa nueva persona en la que nos vamos convirtiendo con el paso de los años. Esa falta de interés por el otro puede convertir a una pareja en dos extraños viviendo bajo el mismo techo.
De hecho, sentirse solo y triste en pareja es más probable cuando la rutina expande sus tentáculos sobre la relación, en especial durante esas épocas en las que simplemente nos dejamos llevar por el trabajo, las responsabilidades y los compromisos sociales. Cuando comenzamos a vivir en piloto automático, el espacio para el afecto, mirarse a los ojos y reencontrarse se restringe cada vez más. La rutina termina erosionando el cariño, el amor y la intimidad, generando esa sensación de soledad, aislamiento y desconexión con el otro.
De hecho, en algunas ocasiones esa sensación de soledad nace de la insatisfacción vital y la falta de significado. El problema no siempre tiene su origen en la forma en que se lleva la relación sino en los cambios que ha experimentado uno de sus miembros.
Hay quienes se sienten solos a pesar de tener pareja porque ya no son los mismos. Han cambiado y están navegando por las aguas de la frustración al no tener lo que sesean.En esos casos, la relación deja de ser satisfactoria porque el otro no puede darnos lo que deseamos en ese momento de la vida.
¿Qué hacer si te sientes sola estando en pareja?
La sensación de soledad en pareja tiende una trampa mortal: la idea de que ya no hay nada de qué hablar. Aunque en realidad, hay mucho de lo cual hablar, a pesar de que ya no se habla de nada. Por esa razón, el primer paso es restaurar la comunicación y evitar que cada uno se encierre en su universo.
Para no sentirse solo en pareja es fundamental evitar los reproches y el fuego de acusaciones cruzadas apostando por un diálogo sincero en el que ambos puedan expresar lo que sienten y, sobre todo, lo que esperan de la relación.
Es importante identificar las causas de esa soledad acompañada para trabajar en ellas y recuperar el vínculo perdido. Debemos decir lo que queremos y escuchar la versión de la historia de nuestra pareja, así como validar sus sentimientos.
La idea es que ambos se sientan cómodos y felices en la relación. Para ello, es posible que tengamos que negociar, hacer concesiones y aplicar cambios en nuestro estilo de vida. Y si nos damos cuenta de que el amor ha desaparecido, también es importante dejarlo claro ya que los engaños y autoengaños solo sirven para prorrogar el sufrimiento. Cuando la relación no se puede recuperar, es mejor ponerle punto final que vivir en la indiferencia.
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