
Las sustancias que alteran el estado de conciencia se han usado desde hace siglos. Los sacerdotes y chamanes ingerían plantas para caer en estados de trance disociativo y el papiro Ebers, uno de los documentos médicos más antiguos de la humanidad, refiere al uso de las semillas de amapola con fines medicinales. Sin embargo, muchos también se dieron cuenta de los efectos negativos de esas sustancias y su poder adictivo. Aristóteles, por ejemplo, advirtió que beber durante el embarazo podía ser perjudicial y el médico romano Celso sostuvo que la dependencia de las bebidas embriagantes era una enfermedad.
No obstante, las primeras terapias para las adicciones eran muy rudimentarias y a menudo incluso peligrosas o yatrogénicas. En la década de 1800, por ejemplo, las adicciones al alcohol y el opio eran tratadas con morfina, cocaína y otros supuestos “medicamentos” que en realidad generaban una nueva adicción. Más adelante se difundieron terapias como el shock térmico con agua fría, la inducción del estado de coma con bromuro o insulina, o las lobotomías y el electroshock, las cuales terminaban causando más problemas de los que resolvían.
Todo comenzó a cambiar a mediados de 1920 cuando se introdujo un tratamiento de apoyo para facilitar la desintoxicación basado en la comprensión y la ayuda mutua. Hoy, gracias a los avances de las Neurociencias podemos comprender mejor las conductas adictivas y diseñar programas de prevención y tratamiento psicológico de adicciones realmente eficaces que ponen en el centro a la persona y su bienestar. Esos tratamientos son realizados por profesionales con una titulación universitaria en Psicología o Psiquiatría, que generalmente cuentan con un Máster en Drogodependencias o equivalente, de manera que siguen un método científico, contrastado en la práctica clínica.
Los principales enfoques en el tratamiento psicológico de las adicciones
“No existe un tratamiento único que sirva para todos. El tratamiento eficaz es aquel que abarca todas las necesidades del paciente, no solo respecto al consumo de drogas, y que se extiende durante todo el tiempo que sea necesario”, indicó el National Institute on Drug Abuse de Estados Unidos.
También señaló que “la orientación psicológica y otras terapias conductuales son las formas más comunes de tratamiento”. De hecho, las adicciones son un problema psicofísico, por lo que es necesario abordar las causas psicológicas y ambientales que están en su base, así como ayudar a la persona a lidiar con los estados emocionales negativos que experimenta y proporcionarle las herramientas para evitar las recaídas.
En Psicología existen diferentes maneras de ayudar a las personas que quieren desintoxicarse. Aunque la terapia cognitivo-conductual fue la primera en dar respuesta a los problemas que generan las adicciones y sigue siendo la más utilizada e investigada científicamente, existen otros enfoques que también son válidos y eficaces.
1. Terapia cognitivo-conductual
Este tipo de terapia para las adicciones integra los principios de la teoría conductual, la teoría del aprendizaje social y la terapia cognitiva, por lo que es un enfoque bastante integral, comprensivo y eficaz para tratar los problemas derivados del uso de sustancias y prevenir las recaídas.
El terapeuta de orientación cognitivo-conductual enseña a la persona estrategias de autocontrol que le permitan gestionar mejor sus impulsos. Trabaja con ella para que aprenda a reconocer las situaciones en las que es probable que use las sustancias y encuentre la manera de evitarlas. También potencia sus habilidades para afrontar con éxito las situaciones de riesgo y la entrena para evitar las reincidencias.
A través del análisis funcional, en la terapia cognitivo-conductual se identifican los antecedentes y las consecuencias de la adicción, para que la persona pueda comprender su impacto. El psicólogo la ayuda a analizar las cogniciones y creencias relacionadas con el comportamiento adictivo para promover estrategias más adaptativas dirigidas a erradicar los comportamientos, pensamientos y emociones vinculados al abuso de sustancias u otro tipo de adicciones.
2. Terapias humanistas y existenciales
Las terapias humanistas y existenciales enfatizan en la necesidad de comprender la experiencia humana, por lo que se centran en la persona, más que en el síntoma. Los problemas psicológicos, incluyendo la adicción, se abordan como el resultado de la incapacidad para elegir la forma de vida más adecuada.
Este tipo de terapia para la adicción hace hincapié en la libertad y la responsabilidad personal promoviendo la aceptación, el crecimiento y el compromiso. El enfoque humanista, por ejemplo, considera que todos tenemos la potencialidad para mantenernos saludables y que podemos tomar decisiones positivas y beneficiosas para nosotros mismos y los demás, por lo que la terapia se centra en potenciar el crecimiento personal en lugar de poner el foco únicamente en el trastorno.
En el caso del enfoque existencialista, el terapeuta ayuda a la persona a encontrar el significado de su vida, así como a pensar y actuar de manera auténtica y responsable. En este tratamiento psicológico para las adicciones se asume que la principal causa del problema es la inquietud y angustia que generan la soledad, el aislamiento y la falta de sentido, por lo que estos son los temas que se abordan fundamentalmente en las sesiones. En general, son terapias basadas en la empatía y la escucha reflexiva que fomentan la aceptación y el compromiso.
3. Terapia psicodinámica breve
La terapia psicodinámica se centra en la forma en que los procesos inconscientes se manifiestan en el comportamiento actual de la persona. Su principal objetivo es comprender cómo el pasado influye en el comportamiento presente para fomentar la toma de conciencia de esos aspectos inconscientes que están generando o alimentando la adicción.
En la modalidad breve, la persona analiza sus síntomas, los conflictos no resueltos y las relaciones disfuncionales que provienen del pasado y que se manifiestan a través de la necesidad de abusar de sustancias. En este caso, el terapeuta suele centrar la intervención en un foco limitado relacionado con la adicción.
La psicoterapia de apoyo-expresiva, por ejemplo, es un tipo de terapia psicodinámica adaptada al abuso de sustancias que también se basa en la idea de que la adicción está determinada por las experiencias de vida formativas. En este caso se combinan las técnicas de apoyo para lograr que las personas puedan hablar cómodamente de sus experiencias personales y emociones con técnicas expresivas que les permitan identificar y resolver los problemas en sus relaciones interpersonales.
4. Terapia familiar breve
Los problemas causados por el abuso de sustancias no se producen de manera aislada. En muchos casos, la dinámica de la familia de origen o actual actúa como un factor desencadenante para el abuso de sustancias o puede estar perpetuando ese comportamiento disfuncional. O sea, las interacciones con los miembros de la familia pueden agravar el problema o, al contrario, contribuir a su solución.
La terapia familiar se basa en la teoría de que cuando la persona sufre una adicción, es influida fuertemente por los familiares, sus comportamientos y/o el estilo de comunicación. Para comprender esa dinámica, el psicólogo analiza factores como la jerarquía de poder, los roles y los estilos de comunicación en la familia. Por esa razón, las sesiones suelen involucrar a otras personas, como los padres, la pareja o los hijos.
Mediante la terapia familiar se ayuda a la persona a identificar las áreas disfuncionales y reemplazar los patrones comunicativos y relacionales inadecuados por una comunicación más clara, directa y efectiva en la que existen límites saludables. Este tipo de terapia suele utilizarse cuando la familia puede ayudar a la persona a recuperarse o está sufriendo los efectos en cascada de la adicción de uno de sus miembros.
5. Terapia de grupo
La terapia de grupo es una de las modalidades más utilizadas en el tratamiento de las adicciones. Es útil porque permite a las personas observar el progreso de su conducta adictiva a través de sí mismas y de la observación de los otros, además de generar un compromiso con el grupo, lo cual facilita la recuperación en un clima de apoyo, comprensión y esperanza.
Existen a su vez diferentes modelos de terapia grupal para las adicciones:
- Grupos psicoeducativos. Su objetivo principal es generar conciencia sobre las consecuencias conductuales, médicas y psicológicas de las adicciones. También proporcionan herramientas para que las personas aprendan a identificar, evitar y gestionar los estados internos y las circunstancias externas asociadas con la adicción.
- Grupos de desarrollo de habilidades. Son fundamentalmente grupos de capacitación en habilidades de afrontamiento para que las personas puedan lograr y mantener un estado de abstinencia. Enseñan a sus miembros a rechazar las ofertas de drogas, evitar los desencadenantes del uso, domar los impulsos de consumir, lidiar con sentimientos como la ira y relajarse.
- Grupos de apoyo. En estos grupos se refuerza el trabajo y compromiso de los miembros para desarrollar las competencias sociales y de gestión de los pensamientos y emociones relacionados con el consumo a medida que se recuperan. Las personas se apoyan ayudan mutuamente y comparten consejos prácticos sobre cómo mantener la abstinencia y gestionar los retos de la vida cotidiana. Este tipo de terapia para las adicciones también se utiliza para mejorar la autoestima y fomentar la autoconfianza de los miembros.
En resumen, existen diferentes tratamientos psicológicos para las adicciones. Cada uno de ellos sigue un enfoque diferente, pero a la larga todos contribuyen a desarrollar las habilidades psicológicas que las personas necesitan para afrontar la adicción. Lo más importante es dar el primer paso y pedir ayuda especializada.
Fuentes:
(2019) Enfoques de tratamiento para la drogadicción. En: National Institute for Drug Abuse (NIDA).
Crocq, M. (2007) Historical and cultural aspects of man’s relationship with addictive drugs. Dialogues Clin Neurosci; 9(4): 355–361.
Substance Abuse and Mental Health Services Administration (2005) 2 Types of Groups Commonly Used in Substance Abuse Treatment. En: Treatment Improvement Protocol (TIP) Series; 41.
Sánchez, E. & Gradolí, V. (2001) Intervención psicológica en conductas adictivas. Trastornos Adictivos; 3(1): 21-27.
Deja una respuesta