Cuando las personas no tienen autocontrol quieren controlar lo que les rodea, lo cual significa que quieren controlar a los demás. Se trata de un comportamiento típico de las personas inseguras, sobre todo desde el punto de vista emocional. De hecho, las personas más dominantes y celosas en una relación de pareja son las más inseguras y los jefes más autoritarios son los menos capaces.
La explicación a este fenómeno es muy sencilla: como estas personas no saben autocontrolarse y a menudo son víctimas de sus inseguridades y miedos, intentan compensar esta falta controlando su entorno. Obviamente, esto crea numerosos problemas en sus relaciones interpersonales ya que poco a poco, logran ahogar la independencia de quienes le rodean. Hasta que llega un punto en que estos se rebelan y reclaman la libertad a la que tienen derecho.
A veces esta situación de control/sometimiento se ha arrastrado durante años por lo que cuando la soga se tensa al máximo, la relación se puede romper irremediablemente. Para no asumir el papel del controlador posesivo, una de las características clave que debemos desarrollar es lo que se conoce como “autonomía emocional”.
¿Qué es la autonomía emocional?
La autonomía emocional es un concepto radicalmente opuesto a la dependencia emocional, es la capacidad para sentir, pensar y tomar decisiones por sí mismo. Las personas que son autónomas desde el punto de vista emocional son capaces de gestionar sus emociones y sentirse seguros de sus elecciones y objetivos en la vida.
La autonomía emocional no significa que no somos capaces de mantener una relación afectiva sino que construimos una relación de interdependencia y no de dependencia emocional. Es decir, no dependemos de la otra persona, no vinculamos nuestra felicidad o infelicidad a las variaciones del estado de ánimo del otro, no subordinamos nuestros objetivos a los deseos de la otra persona.
Vale aclarar que en una relación de pareja, es normal que nos sintamos tristes si la otra persona no se encuentra bien, o que cambiemos algunos de nuestros objetivos para lograr una meta común. Sin embargo, la persona dependiente emocionalmente vive exclusivamente por y para el otro, creando una relación enfermiza a la cual no puede aportar nada.
Al contrario, quien es autónomo emocionalmente es capaz de aportar seguridad y estabilidad a una relación, enriquece la pareja porque no se anula ni intenta anular al otro.
Pamela Ogaz dice
Buenas tardes mi nombre es Pamela,y realmente es difícil mantener y dejar ser libre a la persona que amamos sin sentir que se nos va…Esa sensación latente de perdida o de sentirnos perdidos sin el ser amado.Pero, como no caer en el desapego, si la linea entre la autonomía es tan delgada?
Jennifer Delgado Suarez dice
La persona que es autónoma emocionalmente no suele caer en el desapego porque comprende que el amor también implica libertad, no posesión.
Amar es unir dos universos pero logrando que ambos universos continúen siendo diferentes y autónomos.
victoria arevalo dice
me gusta mucho su articulo quisiera basar mi tesis en jovenes que no tienen autonomia emocional por la dependencia de sus padres y como esto les afecta si me puedieran ayudar con mas informacion
Jennifer Delgado Suarez dice
Hola Victoria,
Un buen punto de partida es la referencia bibliográfica que cito al final del artículo.
Por otra parte, si entras en Google Scholar y escribes "emotional autonomy", encontrarás una larga lista de investigaciones realizadas precisamente en jóvenes y adolescentes.
Suerte con tu proyecto de tesis.