Hace unos días estaba en una sala de espera de una clínica. Miré a mi alrededor y lo que ví, me asustó un poco. Había aproximadamente una docena de personas y todas, sin excepción, estaban con el móvil en mano, enfrascadas en un mundo que les permitía disociarse de su realidad. El móvil se convertía así, una vez más, en una barrera invisible entre las personas, en una burbuja que les permitía distanciarse del resto.
Quizás lo más alarmante es que las encuestas realizadas en los últimos años indican que las nuevas generaciones no pueden (o creen que no pueden, que no es lo mismo pero es igual) vivir sin su móvil. Y estarían dispuestas a sacrificar desde la cena hasta el sexo, con tal de pasar más tiempo usando la tecnología.
No estoy en contra de la tecnología ni mucho menos, creo que es un medio excelente para comunicarse e informarse, e incluso para divertirse. Sin embargo, hay un límite, una línea sutil que no debemos sobrepasar o, al contrario, corremos el riesgo de perdernos las cosas más bellas de la vida.
¿Qué te pierdes cada vez que usas el móvil?
1. Te pierdes tus propios pensamientos
No es una banalidad, el uso de la tecnología nos deja cada vez menos espacio para estar a solas con nosotros mismos. Cuando no estamos ocupados con alguna actividad, nuestra mente vaga libremente, realizando asociaciones de las cuales suelen surgir las ideas más brillantes y creativas. Sin embargo, cuando estamos continuamente ocupados, impedimos ese flujo de pensamientos. Así, poco a poco, matamos nuestra creatividad.
2. Te pierdes la maravillosa experiencia de perderse
Sin GPS, sin rutas preconcebidas, sin aplicaciones que indiquen los puntos turísticos… No hay nada mejor que descubrir una ciudad perdiéndose en sus calles. De esta forma logras apropiarte de su verdadera esencia y sentir esa increíble sensación de doblar una esquina y encontrar una imagen que te asombre. Recuerda que a veces es necesario perderse, para reencontrar lo verdaderamente importante.
3. Te pierdes la oportunidad de conectar emocionalmente con desconocidos
El móvil es una barrera invisible, una burbuja que te cubre y aísla del resto de las personas. Sin embargo, grandes amistades y amores han surgido entre dos perfectos deconocidos, que se encontraron por azar y conectaron emocionalmente. Conocer a gente nueva es simplemente fabuloso, pero cada vez que no miramos a nuestro alrededor, perdemos la oportunidad para conectar con otra persona.
4. Te pierdes el sonido del silencio
En un mundo plagado de ruido y vertiginosidad, necesitamos cada vez más del silencio para reencontrar la tranquilidad y el equilibrio, para conectar con nosotros mismos. Sin embargo, aunque estemos en silencio, el uso de la tecnología nos impide disfrutar de esos momentos de quietud. Sin embargo, recuerda la frase de Thomas Carlyle: “el silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes”.
5. Te pierdes la energía del ambiente
Ver un concierto a través de la pantalla del móvil o limitarse a fotografiar un lugar implica perderse la mejor parte, la energía que recorre el ambiente. Mientras estás ocupado intentando sacar el mejor vídeo o la mejor foto, te olvidas de disfrutar el presente y de captar esas sutiles diferencias de energía que recorren el aire. Sin embargo, recuerda que es esa energía la que genera emociones, y son las emociones las que hacen que una vivencia sea única. Vivir a través de la pantalla no es vivir.
6. Te pierdes la posibilidad de relajarte y desconectarte del mundo
Antes de que existieran los móviles, nadie esperaba que respondiésemos inmediatamente al teléfono. Las personas se limitaban a dejar un mensaje en el contestador automático y, cuando teníamos tiempo libre, devolvíamos la llamada. Ahora todos esperan que respondas en cuestión de segundos y si no lo haces, incluso se enfadan. De hecho, un estudio realizado en la Universidad Estatal de Kent, en Ohio, ha desvelado que el uso de la mensajería instantánea aumenta considerablemente los niveles de ansiedad.
7. Te pierdes los detalles que hacen único cada momento
Los detalles son los que hacen única cualquier situación. Sin embargo, cuando estás pendiente de la pantalla del móvil, te pierdes precisamente lo más bello porque eres incapaz de notar los pequeños cambios, los detalles que hacen que el camino que recorriste ayer, no sea el mismo del que recorres hoy. Estar pendientes del móvil te impide captar la sonrisa fugaz de la persona que está a tu lado, esa pequeña flor que creció al lado del camino o disfrutar del sabor de la comida. Para disfrutar, es necesario estar plenamente presentes, y no podemos estar en el aquí y ahora si estamos viviendo en una dimensión paralela.
8. Te pierdes la oportunidad de experimentar cosas nuevas
Una persona media, pasa dos horas al día navegando en Internet a través de su móvil (algunos mucho más, sobre todo los más jóvenes). De hecho, en realidad solo pasamos un 26% del tiempo hablando por un Smartphone, la mayor parte del tiempo la empleamos enviando mensajes, navegando por las redes sociales y consultando el correo o viendo sitios web. Sin embargo, se trata de tiempo robado a nuestra vida, tiempo que no podremos recuperar y que podríamos haber empleado en cultivar una pasión o en probar cosas nuevas. No es el tiempo lo que nos falta, sino que no sabemos utilizarlo sabiamente.
9. Pierdes salud y vida
Investigadores de las universidades de Kentucky y Ohio encuestaron a más de 300 jóvenes y descubrieron que aquellos que utilizaban más su móvil, llevaban un estilo de vida más sedentario y mostraban una menor capacidad cardiorespiratoria, lo cual no es extraño si tenemos en cuenta que los smartphones pueden convertirse en verdaderos agujeros negros por los cuales se escapa el tiempo. Por tanto, estos investigadores no tienen lugar a dudas: el uso excesivo del teléfono móvil puede representar un riesgo serio para nuestra salud y, a la larga, incluso podría restarnos años de vida.
10. Te pierdes tu mundo interior
La introspección es lo que nos permite conocernos, en esos momentos en que estamos a solas con nuestras emociones, sueños y miedos, descubrimos quiénes somos. Sin embargo, estar cada vez más conectados con el mundo exterior, nos desconecta de nuestro mundo interior. De esta forma, nos convertimos en completos extraños para nosotros mismos, en personas que simplemente reaccionan ante los estímulos, sin buscar dentro de sí una respuesta.
Fuentes:
Lepp, A. et. Al. (2014) The relationship between cell phone use, academic performance, anxiety, and Satisfaction with Life in college students. Computers in Human Behavior; 31: 343-350.
Lepp, a. et. Al. (2013) The relationship between cell phone use, physical and sedentary activity, and cardiorespiratory fitness in a sample of U.S. college students. International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity; 10: 79.
santi boix dice
Hola Jennifer. Hace poco que descubrí tu blog, pero desde entonces soy un asiduo seguidor.
Si escribiera una novela, dedicaría un capítulo a este tema titulado: Separados por la comunicación. Resulta sorprendente ver el grado de adicción de algunas personas a los teléfonos móviles y en especial al Whatsapp. Como anécdota un día invitamos a una pareja de amigos a visionar un montaje de fotos con música. El móvil sonó varias veces y ambos contestaron a los mensajes. En especial ella estuvo un poco menos pendiente de la tele que de su móvil. Aunque no les dijimos nada, no nos gustó su actitud.
En los ochenta era la televisión el artilugio que absorbía tiempo y limitaba la comunicación en el hogar, ahora son todos estos artilugios; teléfonos móviles, tablets y ordenadores.
Muchas gracias por tus artículos. Un abrazo desde tierras valencianas.
Jennifer Delgado dice
Hola Santi,
Pues sí. Antes era el televisor, cuando ibas de visita a una casa siempre estaba encendido, capturando la atención de las personas. Ahora el protagonismo se lo han robado los móviles. Desgraciadamente, muchas personas no se dan cuenta de ello, creen que es normal responder a un mensaje en medio de una comunicación. Ponen en pausa a quienes tienen a su alrededor priorizando la comunicación digital. Es triste.