Hace poco descubrí este término y aunque ya practicaba con anterioridad esta dieta tan particular creo que revalorar nuestros hábitos informáticos es una buena forma de iniciar el año.
Ya sabemos que Internet reporta sus beneficios pero también acarrea sus desventajas, como la adicción. La posibilidad de acceder a la nueva información en pocos segundos nos convierte en personas mejor informadas pero también nos puede saturar de datos que envejecen a una velocidad increíble. La posibilidad de que todos podamos expresarnos libremente es maravillosa pero encierra sus riesgos, sobre todo para los más jóvenes o para aquellos que no saben discernir entre las informaciones verdaderamente confiables y aquellas que no tienen ninguna rigurosidad.
El fenómeno blogger ha impulsado una competencia desmedida en la red hasta el punto de que existen muchos sitios que abordan temas muy sensibles y complejos desde perspectivas sustentadas en el desconocimiento. En ocasiones la red se convierte en un juego de «pasapalabra», donde los lectores consumen una historia bastante distorsionada con la correspondiente pérdida de tiempo que esto comprende, por no hablar de las posibles consecuencias nefastas en otros ámbitos.
Todos quieren que su sitio aparezca en los primeros puestos en la búsqueda de Google y en el intento de atraer más y más subscriptores las noticias se convierten en sensacionalistas y los temas del blog se hacen muy generales (encontramos sitios que hablan de Tecnología, Salud, Psicología, Economía, Sociedad). Dice un amigo, haciéndose eco de la sabiduría popular que: «especialista de todo es especialista de nada».
Probablemente ese sea el precio a pagar por la democracia, en una sociedad donde cada cual se puede expresar libremente podemos hallar desde las ideas más brillantes hasta aquellas que nos hacen temblar y lindan en lo absurdo. Lo cierto es que debemos auto protegernos porque la navegación en la red sin objetivos muy precisos nos resta un tiempo invaluable. Debo confesar que de vez en cuando también yo he sido víctima del navegar sin rumbo y las horas se han pasado volando pero como considero que el tiempo es una de mis posesiones más preciadas, hace unos meses que estoy a dieta de información (sin haberle dado este epíteto tan chic). Entonces les comparto algunos de los tips que utilizo para optimizar mi tiempo en la red.
1. Plantearse un objetivo y lo que es más importante aún: seguirlo. Lo cierto es que plantearse objetivos nos permite focalizarnos en una tarea y llevarla a buen término y lo mismo vale para Internet. Todos sabemos que Internet se conoce como la red de redes y esta «nota aclaratoria» no es banal, como todos los sitios están interconectados, resulta muy fácil perderse entre los vericuetos de la red. Cuando me dispongo a navegar me pregunto qué es lo que verdaderamente debo hacer o buscar en la red; de esta manera evito perder minutos y minutos en los más diversos sitios que no tienen ninguna relación con la búsqueda que estoy realizando.
2. Crearse hábitos «flexibles» de navegación. Mal que me pese, porque la palabra hábitos no me gusta mucho, reconozco que tener hábitos de navegación en algunas ocasiones suele ahorrarme mucho tiempo. Cuando me refiero a hábitos de navegación quiero decir que, sobre todo al sentarme por primera vez delante del ordenador, sigo algunas rutinas de sitios que visito diariamente y que considero de ¡Alta Prioridad!. La palabra flexible entrecomillada la utilizo para destacar que si un día no podemos acceder a uno de estos sitios el mundo no terminará, al contrario, es muy oportuno apartarse del ordenador al menos un dia a la semana. Sería un proceso equivalente a una desintoxicación.
3. Revalorar nuestros feeds y lo que verdaderamente nos aportan. En ocasiones tenemos algunos feeds a los cuales nos hemos subscrito hace meses e incluso años. Probablemente hemos encontrado nuevos sitios que nos brindan la misma información de una manera más atrayente y fidedigna, entonces, es momento de borrar aquellos sitios que no nos aportan nada nuevo y solo consumen nuestro tiempo. Aunque eso indique eliminar el feed de este mismo sitio 🙂
4. Brindarle una jerarquía a cada uno de los feeds. He conocido personas que actualizan sus sitios preferidos aproximadamente cada una hora aunque saben que es muy probable que no haya ninguna información nueva y en el caso de que exista alguna noticia, no es esencial conocerla apenas sale a la red.
Cuando nos convertimos en lectores habituales de algún blog o sitio… sabemos: 1. con qué frecuencia aproximada se actualizan los contenidos y, 2. qué cantidad de información nueva aparece. Así, habrá sitios que brindan semanalmente muy poca información, no hay necesidad de visitarlos a diario, mientras que otros debemos revisarlos al menos cada dos días o podemos perdernos en el mar de información que nos hacen llegar.
5. El email tiene sus horarios. Usualmente lo reviso al levantarme e intento responder inmediatamente. En varias ocasiones se me ha atiborrado el buzón de mensajes pendientes por responder, después de una semana no sabía por dónde comenzar. Cuando voy a estar fuera de casa y desconectada del correo suelo avisarlo a los amigos así a mi regreso no tengo innumerables mensajes de cada uno.
6. Desconectarse de la red cuando escribes. A no ser que sea absolutamente imprescindible mantenerse conectado a la red considero que la mejor opción para trabajar con tranquilidad es desconectarse de Internet. En demasiadas ocasiones he experimentado las interrupciones de un correo o un chat y después la musa no ha vuelto. Así, cuando deseo encontrar a los amigos que están lejos generalmente fijamos día y hora para el encuentro virtual.
7. Las redes sociales como Facebook o Twitter son un medio para mantenerse en contacto, no una forma de vivir. Debo reconocer que mi cuenta Facebook la reviso una vez cada 15 días y Twitter aproximadamente tres veces a la semana. Las utilizo mayormente para compartir información con los amigos de todo el mundo pero no se convierten en una doble vida de la cual debo estar constantemente pendiente. Les puedo asegurar que solo eso ahorra un tiempo precioso.
Organizar nuestras costumbres de navegación nos devolverá el esfuerzo convertido en: 1. más tiempo para dedicarle a otras tareas y, 2. una mayor satisfacción personal.
José Luis Gonzalo Marrodán. dice
Hola, Jennifer: Lo primero, Feliz Año Nuevo.
Estoy completamente de acuerdo con lo que planteas y creo que, al empezar el año, no hay nada como hacernos reflexionar sobre nuestros hábitos interneteros y ofrecernos, además, unas pautas la mar de útiles y NECESARIAS.
Pienso que es realmente positivo porque al final internet puede terminar rayando la obsesión, sobre todo de "estar conectado", "estar en la onda", "no perderme nada", cuando en realidad, como muy bien dices, no estamos recibiendo una información de calidad.
Me ha gustado particularmente la reflexión que haces sobre las redes sociales y lo que recomiendas: es una forma de crear redes y mantenerme en contacto con la gente, no una forma de vida. Creo que se está maximizando esta forma de estar con alguien que para mí es eso, estar, pero para nada relacionarse.
Recibe un cordial saludo y hasta pronto,
José Luis Gonzalo
Jennifer Delgado Suarez dice
José Luis:
Como bien dices hay muchas veces en que estar conectado a Internet llega a convertirse en un estilo de vida, una obsesión o adicción que cada vez se va extendiendo más, sobre todo entre las nuevas generaciones que han nacido con estos recursos debajo del brazo.
Hay muchas personas que se dejan obnubilar por las facilidades que brinda la tecnología sin percatarse que "estar a la moda" es una carrera que consume nuestros recursos sin ningún sentido.
Particularmente soy de las que amo la tecnología pero la utilizo cuando me es necesaria.
Gracias por tus comentarios, siempre enriquecen el blog.
Mis saludos